Medios

Las tortas de Wyoming y Marhuenda, el sueldo de Toñi Moreno y la voz de Iraila

Los dos comunicadores reproducen la eterna batalla entre las dos Españas. La presentadora de 'Entre todos' pasa apuros al recordarle un espectador que percibe 1.400 euros por programa. Tristemente, la noticia televisiva de la semana ha sido el fallecimiento de la pequeña cantante... 

Cuando el añorado Antonio Machado se refirió a España como "ese trozo de planeta por donde cruza errante la sombra de Caín", inmortalizó en sus versos una batalla eterna, pesadísima, aburrida, oscura y deprimente entre esas dos tipologías de españoles que, si pudieran, se matarían cruelmente a garrotazos. Nuestro cainismo lleva, en verdad, demasiado tiempo ensombreciendo a este país. Y, al ser imposible combatirlo, mejor será tomárselo a broma. La risa es, desde luego, lo único que provoca el brutal enfrentamiento que estos días protagonizan el Gran Wyoming y Francisco Marhuenda

La pelea entre estos dos comunicadores es, una vez más, el fidedigno reflejo de esas dos Españas que se detestan y odian a partes iguales. Ahí los tienen, lanzándose tortas mutuas, cada uno en el plató donde le dejan. Esta semana el director de La Razón desafió a su oponente en 13TV. Y el presentador de El Intermedio ha aprovechado su propio programa en numerosas ocasiones para caricaturizar al periodista que más quiere a Mariano Rajoy. Seguro que ambos protagonistas nos regalan más ejemplos de su pelea. Y nuestra pregunta, obligada, es qué opinará de estas cuitas el bueno de José Manuel Lara, presidente de Atresmedia y Planeta, o sea, dueño de La Razón y La Sexta y, por tanto, jefe de ambos. El tiempo lo dirá.  

Toñi Moreno ha protagonizado una vez más el momentazo de la semana en 'Entre todos', programa cuya desaparición exigen diferentes organizaciones sociales

Sin duda, el momentazo de la semana lo ha protagonizado, por enésima vez, Toñi Moreno, presentadora de Entre todos (TVE). Aquí ya nos hemos referido sobradamente a ese programa cuya desaparición generaría muchísima felicidad. La última vez dijimos que la que había liado esta mujer era insuperable. Pero no. Ella siempre puede ir más lejos. Aunque en este caso, justo es decirlo, quien desató la polémica fue un espectador de Bilbao que llamó para pedirle a la periodista que donase 400 euros de los 1.400 que cobra por cada edición del programa. Vean, vean el vídeo y aguanten la risa, si pueden. 

https://youtube.com/watch?v=pK0xnJXhJqU

Está claro que con Toñi Moreno no sería posible hablar sobre Faulkner James Joyce. No se lo tenemos en cuenta porque tampoco cobra por conducir un programa cultural. Además, si me apuran, su salario no es lo peor, aun siendo escandaloso. Lo peor es que este programa siga en antena. No solo porque diversos colectivos sociales hayan pedido su desaparición. No solo porque la caridad y el lagrimeo sean los leitmotivs del espacio. No solo por todas las que ha liado esta presentadora. No solo porque este espacio sea una copia exacta de otro similar que se emitía, con la misma presentadora, of course, en Canal Sur. Entre todos debe desaparecer porque es un programa eminentemente malo. ¿Motivos? Miles. Si lo ven más de cinco minutos, opinarán lo mismo. 

Tragedia en 'La Voz Kids'

Y, para concluir, nos ponemos más serios que nunca. El trágico fallecimiento de Iraila La Torre ha sido la noticia de esta semana en este universo televisivo tan particular. La emisión del programa La Voz Kids este jueves tras la muerte de la menor y los arrasadores datos de audiencia que cosechó han provocado no pocas polémicas, tanto en las pescaderías como en los medios. Una vez más, Telecinco y, por ende, Mediaset, están en el punto de mira de muchos ciudadanos. "¡Han convertido la muerte de la pequeña en un negocio!", claman algunos. "Ese programa no debería haberse emitido nunca", exponen. "¡Pero si lo han autorizado sus padres!", contratacan. "Si ha habido más audiencia de lo normal, es por el morbo del espectador, no por culpa de la cadena", apostillan.

Y uno, que al escuchar a unos y otros tiene la sensación de que todos tienen parte de razón, concluye que la única verdad absoluta, y perdonen la simpleza, es que esa niña que cantaba como un ángel ya reposa entre penumbras, sueños y fantasmas, en algún lugar inescrutable de otro mundo, acaso disfrutando, como nosotros, del bello eco de su propia voz. Esté donde esté, descanse en paz. 

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