Incertidumbre creciente. Así podría definirse cómo está ahora la redacción de El Mundo y, por ende, del conjunto de Unidad Editorial. Tras el fulminante despido de Pedro J. Ramírez, el panorama cambia radicalmente para la compañía. Obviamente, en el rotativo Casimiro García-Abadillo marcará su propio estilo como director y, de hecho, en la redacción ya se habla de posibles cambios a medio plazo. Aunque el principal cambio afecta al conjunto del grupo editorial presidido por Antonio Fernández Galiano. La salida del hombre que ha dirigido el diario durante sus 25 años de existencia allana el camino para nuevas alianzas empresariales en el sector de los medios de comunicación.
Los números de Unidad Editorial van de mal en peor. Solo resta por conocer cuáles serán sus cifras finales de 2013, pero las de los tres primeros trimestres no eran especialmente positivas. Los dueños italianos, RCS Mediagroup, presionan hace tiempo para que el grupo aligere sus gastos. Y más aún tras inyectar 400 millones de euros vía ampliación de capital. En los últimos meses en todos los mentideros periodísticos se especulaba con dos ideas claramente entreveradas y que algunos tildaban de imposibles: la salida de Pedro J. y una fusión posterior con otro grupo. Si el primer aserto no eran imposible, lo mismo ocurre con el segundo. Tampoco han faltado los rumores referentes a una posible venta de Unidad Editorial al mejor postor.
Las operaciones estratégicas de Unedisa con otros grupos se han frenado en los últimos años por el mismo 'escollo': Pedro J.
En ambos casos, fusión con otro grupo o venta del accionariado a algún conglomerado, siempre había existido un escollo insalvable: Pedro J. Ramírez. Un escollo sea porque él mismo no quería una operación con otros medios o sea porque determinadas alianzas en marcha no terminaron de cerrarse porque los futuros socios pedían su cabeza. Ahora, una vez que el veterano periodista ha perdido su poder en Unidad Editorial, es mucho más sencillo que las negociaciones con otros holding lleguen a buen puerto. Más, si cabe, cuando está claro que el Gobierno del PP, enfrentado al exdirector, bendeciría cualquier operación como las citadas una vez fulminado Ramírez. De hecho, como adelantó Vozpópuli, en la plantilla de El Mundo se barruntan que la abrupta salida del fundador del diario es solo un paso más dentro de un plan más ambicioso en marcha.
En su comunicado oficial de este jueves, Unidad Editorial decía que el consejo de administración tiene el convencimiento de que "en la nueva fase que ahora se inicia se pondrán las bases que permitan restablecer el equilibrio económico y financiero de la cabecera". Lo que no explicaba el texto era el por qué de ese convencimiento. Quizás se refería a acercamientos a Planeta o Vocento, aunque ambos grupos niegan esa posibilidad por el momento. O quizás es que, como señalan algunas fuentes del periódico, con la salida de Pedro J. las relaciones de Unidad Editorial con determinados anunciantes o bancos van a ser más sencillas...
La plantilla cree que el nuevo director moderará en alguna medida su línea editorial pero también apunta que era el mejor sustituto posible
Otro de los temores candentes en la plantilla de El Mundo es cuál será ahora su posición respecto al Ejecutivo de Rajoy. Tras dos años de críticas feroces y libertad absoluta -un redactor asegura que las dos etapas de mayor libertad han sido las de Felipe González y Rajoy en La Moncloa-, parece evidente que García-Abadillo, con un perfil menos combativo y con mejores relaciones con el Gobierno, moderará la línea editorial en alguna medida. Aunque, paradójicamente, la plantilla también cree que el nuevo director era el mejor recambio posible porque mantendrá una línea más continuista que en el caso hipotético de que hubiera llegado algún periodista ajeno al grupo."Ahora Casimiro tiene que luchar contra la sensación de que el Gobierno le prefiere a él antes que a Pedro J.", explica un redactor.
Sus relaciones
A la espera de que haya o no modificaciones en la línea que seguirá el periódico, lo que sí dan por hecho los redactores consultados es que habrá cambios en la organización de la redacción. "Cada director debe tener su propio equipo de confianza y es normal que haya cambios", aseguran fuentes de la plantilla. "Es obvio que él estudia qué hacer ahora y quizás sean cambios a medio plazo", agregan. Las mismas fuentes apuntan a varios jefes que podrían subir en el escalafón con la llegada de García-Abadillo a la dirección por ser hombre de su confianza. Y, eso sí, entre los rostros más conocidos y más destacados de la mancheta está claro que el nuevo número uno mantiene una estrecha relación con Victoria Prego, al revés que con Eduardo Inda.
Como se ha dicho, la incertidumbre es la sensación generalizada en El Mundo tras el cambio en la dirección. Un trabajador lo resume con claridad: "No sé si podremos sobrevivir sin el principal valor de nuestra marca". El tiempo lo dirá.
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