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Los periodistas de 'El País' preparan un informe para mostrar su malestar a su director

El director del rotativo de Prisa prohibió terminantemente la celebración de una encuesta de evaluación sobre su gestión que se ha realizado en varias ocasiones en la historia de ‘El País’. Su plantilla, descontenta, ha burlado su censura y ha avanzado que redactará un informe con su opinión sobre la situación del periódico.

Tres veces han sido las que los periodistas de El País han trasladado durante los últimos meses a su director, Antonio Caño, su intención de celebrar una encuesta para expresar su postura acerca del rumbo del periódico. Y en las tres ocasiones han obtenido un rotundo rechazo por parte de su máximo responsable, que ha impedido esta consulta por todos los medios. Conscientes de esta actitud, han cambiado su estrategia y han anunciado que en las próximas semanas elaborarán un informe basado en las opiniones que recaben entre los miembros de la redacción, en el que señalarán, entre otras cosas, los fallos de su gestión.

El trabajo estará coordinado por el Comité de Redacción del diario, que en el pasado se ha mostrado especialmente crítico con Caño. De hecho, en sus comunicados le ha llegado a exigir el establecimiento de una línea editorial “clara y congruente”, ante la deriva que los periodistas del rotativo habían detectado en la cabecera.

"Los tiempos demandan modelos más estimulantes de trabajo en equipo, un ambiente más creativo que evite los riesgos de desafección hacia el producto que se está elaborando como consecuencia de la pérdida de la calidad informativa que constatamos”, exponía este órgano en uno de sus textos.

El informe se elaborará a partir de las opiniones de los trabajadores del periódico

El veto de Caño a la encuesta que querían realizar los periodistas del diario de Prisa causó un considerable malestar en su redacción madrileña, toda vez que las consultas de este tipo han sido habituales en los 40 años de historia de este medio de comunicación y nunca habían recibido un rechazo tan tajante por parte de los responsables del rotativo, han explicado a Vozpópuli fuentes del diario.

La estrategia que ha planteado el Comité de Redacción para burlar esta prohibición pasa por preguntar –de forma extraoficial- a los periodistas acerca de su opinión sobre la salud del diario para que puedan responder sobre ello de forma anónima. A partir de ahí, extraerán una serie de conclusiones que plasmarán en un informe que se distribuirá entre la plantilla del rotativo, según ha podido saber este periódico.

Las luces y sombras de Antonio Caño

Antonio Caño tomó oficialmente las riendas del periódico en mayo de 2014, tan sólo unos meses después de que culminaran con éxito las negociaciones para la refinanciación de su deuda. Desde entonces, han sido varias las voces que han advertido del excesivo respeto que el rotativo guarda hacia sus accionistas institucionales y de su buen trato a la figura de la vicepresidenta del Gobierno, Soraya Sáenz de Santamaría, a quien se atribuye un papel clave para convencer a la banca acreedora de que aceptara canjear deuda por acciones en la empresa de los Polanco.

Entre los más críticos con este cambio de rumbo editorial se encuentra Miguel Ángel Aguilar, que fue despedido de Prisa el pasado noviembre después de realizar unas afiladas declaraciones a The New York Times en las que aseguraba lo siguiente: "Los periódicos están en manos de sus acreedores y también en las de un Gobierno que ha ayudado a convencer a los acreedores que la prensa debe mantenerse con vida en lugar de dejarle morir de asfixia a causa de sus deudas".

El pasado marzo, el director y excorresponsal en Estados Unidos remitió una carta a su plantilla –publicada en la web del periódico- en la que exponía las dificultades que supone para los editores el mantenimiento de los periódicos en papel y certificaba que el futuro de ‘El País’ se encuentra en internet.

"Se puede dar ya por hecho que el hábito de la compra del periódico en el quiosco ha quedado reducido a una minoría", aseguró Caño el pasado marzo 

“Se puede dar ya por hecho que el hábito de la compra del periódico en el quiosco ha quedado reducido a una minoría (…) Asumimos el compromiso de seguir publicando una edición impresa de la mayor calidad durante todo el tiempo que sea posible. Pero nos adentramos a la vez en la construcción de un gran medio digital de cobertura global que pueda responder a las demandas de los nuevos y futuros lectores”, argumentaba.

El pacificador que, sin embargo, se enfrentó a la plantilla

Cuando Caño fue ascendido a director de El País, en Prisa se esperaba que aumentara la moral de la tropa, muy minada por el ERE de 2012, que supuso el despido de 130 periodistas y en el que Javier Moreno –máximo responsable del diario entonces- fue acusado de posicionarse del lado de la empresa, en lugar de defender a sus trabajadores.

Desde entonces, las estadísticas de la web y la facturación que se obtiene a través de los medios digitales han aumentado. Sin embargo, desde el punto de vista editorial y organizativo los periodistas han escenificado su malestar con Caño y con algunos de los miembros del staff (en especial con David Alandete y Eva Saiz) en múltiples ocasiones, lo que ha minado la relación entre la redacción y los responsables.

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