La negativa de Podemos a blandear con el PSOE y los premeditados bandazos de Pablo Iglesias durante las negociaciones para formar gobierno han escocido en el Grupo Prisa, cuyo presidente ejecutivo, Juan Luis Cebrián, ha expresado su predilección por una gran coalición que aborde las reformas que necesita España y que, una vez cumpla su cometido, se disuelva. Desde que Pedro Sánchez fracasara en su intento de convertirse en presidente de España, El País ha emprendido una ofensiva por tierra, mar y aire contra la formación morada que ha incluido varios ataques a sus puntos débiles. Principalmente, a los relacionados con las fricciones entre sus cabecillas.
En las páginas del diario de Prisa han aparecido durante la última semana noticias y editoriales en las que se ha acusado a su líder de vetar al PSOE a pesar de la opinión de una buena parte de sus votantes. También han advertido de la inestabilidad que genera su faccionalismo -han definido al partido como un 'holding'- y han avanzado que la negativa de Iglesias a pactar con los socialistas podría traer consecuencias para ayuntamientos como Madrid, donde gobierna gracias a un acuerdo con esta formación.
Desde que el pasado 20 de diciembre los electores dieran la extramaunción al bipartidismo, el periódico dirigido por Antonio Caño ha defendido -con algún viraje editorial- la necesidad de que PP, PSOE y Ciudadanos alcancen un pacto que permita conformar un Gobierno con la fuerza suficiente para reformar el Estado y romper determinadas ataduras que se establecen en la Constitución de 1978. De esa unión de fuerzas no quiere que forme parte Podemos, un partido con una fórmula que considera inválida para España.
'El País' ha avisado del riesgo que corre Podemos de perder varios ayuntamientos si no accede a negociar con el PSOE
El diario presidido por Juan Luis Cebrián se ha mostrado agresivo con quienes han actuado a expensas de ese guión. Lo hizo con Mariano Rajoy ante su rechazo a apoyar a Sánchez. También con Podemos cuando se negó a abstenerse en la sesión de investidura. Incluso atacó al PSOE en el momento en que se aproximó a Pablo Iglesias para tratar de alcanzar un acuerdo de Gobierno. El único que se ha librado de la quema es Albert Rivera, a quien en la redacción del periódico se le considera como “el protegido” de Antonio Caño.
Un líder mesiánico y arrogante
De los golpes que ha propinado en los últimos días El País a Podemos, fue especialmente contundente el que figuraba en el editorial del pasado jueves, en el que acusaba a Pablo Iglesias de humillar a sus adversarios políticos con "imposiciones inviables” y de dirigir el partido de un modo personalista y casi mesiánico. “Se sorprenden algunos sectores críticos de Podemos por los procedimientos impuestos por Iglesias y el gobierno de su organización, pese a la inquietud que reina desde hace tiempo en ella por la soberbia y el 'endiosamiento/arrogancia' exhibidos por el cabeza visible de la formación”, destacaba.
En el texto, también se aludía a lo complicado que resulta mantener la cohesión interna dentro de un partido que está compuesto por un mosaico de facciones. Sus “intereses no (son) siempre coincidentes y (tienen una) voluntad dudosa de plegarse a la voz de mando, como lo prueban las dimisiones en cadena de dirigentes próximos al número 2, Íñigo Errejón”, incidía el periódico, que este viernes hablaba en sus páginas de los problemas entre los líderes de la formación en Madrid.
Resultó especialmente significativa la portada de El País del lunes, pues pudo interpretarse como un aviso hacia Podemos de que o deja de torpedear los planes del PSOE para formar gobierno o corre el riesgo de perder los consistorios que dirige gracias a un acuerdo con este partido. “Los socialistas creen que si Iglesias no apoya a Sánchez será difícil mantener los acuerdos en los Ayuntamientos” de Madrid, Barcelona, Zaragoza, La Coruña, Santiago o Cádiz, desvelaba la noticia. En su interior, el diario reproducía unas declaraciones de Antonio Hernando que reflejaban uno de los argumentos de peso durante la negociación por evitar el veto de los de Pablo Iglesias: “les dimos el apoyo a cambio de nada, sin sillones y sin líneas rojas”.
El diario de Prisa defiende, desde el día después de las elecciones, la creación de una gran coalición para reformar España
Una fractura interna que es difícil de maquillar
En Podemos hablan de que los medios de comunicación del establishment han emprendido una campaña para tratar de fragmentar el partido, al sentirse amenazados por sus vientos renovadores. Sin ir más lejos, así lo ha denunciado Juan Carlos Monedero, antiguo miembro de su cúpula, en las intervenciones televisivas que ha realizado recientemente. Ahora bien, lo que parece claro es que las dimisiones que se han producido en el partido durante los últimos días se deben a una indisimulable fractura interna. A esta falla se refería El País el miércoles con una noticia, que copaba su portada, en la que relataba la batalla que libran Iglesias e Íñigo Errejón.
A estas alturas, resulta una obviedad el destacar la beligerancia con el Partido Popular del periódico de Prisa o la cercanía a un PSOE del que ha sido tradicionalmente un aliado -pese a que ha habido momentos bajos en su amistad, como el de la 'Era Zapatero'-. Eso sí, es justo decir que el diario presidido por Cebrián también ha disparado contra los socialistas tras las elecciones generales. Algunas veces, con balas de fogueo. Pero, en otras, con cañonazos como el que supuso la publicación el pasado 28 de enero de una entrevista a Felipe González en la que aseguraba que “ni el PP ni el PSOE deberían impedir que el otro gobierne”.
Fue un mensaje claro a Pedro Sánchez y a sus mediadores para que se alejaran de las redes de Podemos. Un partido que, según el criterio de Prisa -coincidente con el de las grandes empresas del país-, debe quedarse fuera de la gran coalición que emprenda la tarea de reformar España.
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