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El ERE de ‘El País’ se le atraganta a Cebrián: 40 trabajadores aún litigan contra Prisa

Este Expediente de Regulación de Empleo supuso el despido en 2012 de 130 trabajadores. Casi un tercio de ellos mantienen litigios abiertos con el periódico y, en algunos casos, han vuelto a firmar en sus páginas. El último, el de la periodista Eleonora Giovio.

La actuación que la Dirección de El País siguió en el Expediente de Regulación de Empleo (ERE) que supuso el despido de 129 trabajadores del diario aún escuece en su redacción. Tal es así que, a pesar de que han pasado más de dos años desde que se oficializara esta medida, sus consecuencias todavía colean en la empresa y en la plantilla. A día de hoy, casi 40 empleados mantienen causas individuales abiertas contra el periódico y no se ha aclarado ni la indemnización final que recibirán, ni tan siquiera si podrán ser readmitidos en su puesto de trabajo. Fuentes de la empresa aseguran que una docena de ellos ha vuelto a firmar en sus páginas.

El último caso que ha trascendido es el de Eleonora Giovio, quien hace unas horas anunció en su Twitter que se reincorporaba a la sección de Deportes, dirigida desde el pasado mayo por Amaya Iríbar (que sustituyó a José Sámano). Esta redactora escribió para este periódico como colaboradora durante “bastante tiempo”, hasta que fue contratada siete meses antes de que Prisa presentara el ERE, en el que fue incluida. Hace unos días, volvió al diario, aunque, de nuevo, en calidad de colaboradora.

Cerca de 40 trabajadores mantienen causas pendientes contra El País por el ERE de 2012

Esta situación no es excepcional, pues varios afectados por esta medida laboral han vuelto a trabajar para El País en los últimos meses. “Abandonaron el periódico tras el ERE y ahora vuelven a firmar como colaboradores, en unas condiciones laborales mucho peores”, lamentan desde la redacción, en la que existe un enfado manifiesto contra los responsables del diario por la actitud “torticera” seguida en este tema y ejemplificada en estos casos.

Incomprensión de la política de la empresa

Desde la redacción de la madrileña calle de Miguel Yuste, se sienten engañados por la empresa, que se niega en rotundo a contratar a los miembros del cada vez más nutrido grupo de colaboradores del diario, alegando estrecheces económicas. Eso sí, a la par, anuncia costosas medidas como una rehabilitación integral de su edificio principal que estiman que alcanzará cifras millonarias.

Tampoco entienden la política de recursos humanos que sigue su director desde el pasado mayo, Antonio Caño, que ha deparado el ascenso a cargos de responsabilidad de periodistas que hasta hace poco tiempo eran colaboradores, “saltándose varios peldaños en la escala de mando”.

En medio de esta situación, las cifras de ventas del diario insignia del Grupo Prisa no remontan y sus resultados de explotación no invitan al optimismo desmedido, ni mucho menos. Para más inri, las 40 causas pendientes que derivan de su sonado Expediente de Regulación de Empleo –defendido por el propio Caño antes de llegar a la Dirección- aún impiden calcular su costo final. Pero, si los tribunales otorgan la razón a los trabajadores, puede suponer una importante salida de dinero de las arcas de un grupo mediático con una deuda multimillonaria, que en los últimos meses se ha visto obligado a tomar duras decisiones empresariales para seguir con vida.

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