Las relaciones entre el Grupo Prisa y el presidente de México, Enrique Peña Nieto, siguen viento en popa y a toda vela. En el conglomerado mediático presidido por Juan Luis Cebrián ya se frotan las manos con la posibilidad de conseguir dos licencias de televisión en abierto en el país azteca. Una posibilidad que cada vez tiene más opciones de hacerse realidad porque el pasado viernes el Senado mexicano aprobó la reforma de la Ley de Telecomunicaciones. Esta modificación de la normativa, aplaudida en las páginas de El País el pasado fin de semana, abre la vía para que otras empresas puedan competir con más garantías frente a la ciclópea compañía mexicana Televisa, dirigida por Emilio Azcárraga. Este cambio legal se concreta solo un mes después de que Prisa agasajase a Peña Nieto en su visita a España.
El pasado 9 de junio el diario de Prisa organizó la jornada México, reformar para crecer, que contó con la presencia de Peña Nieto y con el patronicio de algunas de las principales empresas españolas. El presidente mexicano y el propio Cebrián protagonizaron un diálogo ampliamente publicitado en la página web del rotativo de Prisa. A esto hay que sumar la entrevista que el político concedió al mismo diario el fin de semana precedente. Durante el encuentro empresarial se habló mucho, por supuesto entre bastidores, de los intereses del grupo mediático español en México. Prisa aspira a hacerse con alguno de los dos canales que va a licitar el Gobierno mexicano, tal y como han publicado Vozpópuli, otros diarios españoles y varios medios del país azteca. Casualidad o no, lo cierto es que en las páginas del rotativo han aparecido constantes loas al líder del PRI por sus reformas.
El pasado sábado 'El País' afirmaba que el cambio legal impulsado por Peña Nieto abre la puerta a "la entrada de nuevos competidores tanto en la telefonía como en la televisión"
La última noticia positiva sobre Peña Nieto se publicó el pasado sábado. Bajo el título "México aprueba la reforma que limita el poder de Slim y Televisa", el diario destacaba que gracias al mencionado cambio en la Ley de Telecomunicaciones se crearán espacios para otras empresas. Aunque, eso sí, en El País nada se decía nada sobre su propio interés en el asunto. El primer párrafo del artículo, revelador, terminaba así: "El resultado ha sido un cambio en las reglas de juego, con una limitación de los perímetros empresariales de ambos gigantes y la creación de mecanismos de control. El siguiente paso será la entrada de nuevos competidores tanto en la telefonía como en la televisión".
Hasta ahora, el mercado de la televisión en México está dominado, tal y como ha ido informando el propio diario de Prisa, por un duopolio que forman la citada Televisa (60% de cuota de mercado) y TV Azteca (35%), compañías presididas por Emilio Azcárraga y Ricardo Salinas Pliego, respectivamente. Con las reformas aprobadas el pasado viernes en el Senado, el ejecutivo mexicano pretende ahondar en "la necesidad de abrir mayor competencia en el sector", en palabras del propio Peña Nieto en su entrevista a El País. "Por eso -añadía el presidente mexicano- se van a licitar dos cadenas más de televisión, y se va a crear además una cadena de televisión del Estado".
Una de las principales críticas a esta ley es el intervencionismo del Estado porque se incluyen, por ejemplo, varias medidas restrictivas para el usuario en aras de la "seguridad nacional"
Asimismo, la reforma de la Ley de Telecomunicaciones supone un varapalo para el multimillonario Carlos Slim, presidente de América Móvil, la principal compañía de telecomunicaciones del país. Estos cambios legales han encontrado una enorme contestación en diversos sectores de la sociedad mexicana. Una de las principales críticas es el intervencionismo del Estado que consagra esta normativa. De hecho, la ley incluye, por ejemplo, varias medidas restrictivas para el usuario en aras de la "seguridad nacional". Sin embargo, el pasado viernes el PRI, que consiguió el apoyo de parte del PAN, se impuso al PRD y aprobó la reforma.
Latinoamérica como apuesta
La gran apuesta de Prisa para el futuro es el mercado latinoamericano, como ya ha informado este diario. Así lo expresó el propio presidente de Prisa durante la última junta de accionistas de la compañía. "La mayoría de nuestras iniciativas de crecimiento están centradas de esta forma en el continente latinoamericano, que incluye a los más de cincuenta millones de hispanohablantes de los Estados Unidos", sostuvo. Y llegó a definir a Prisa como "un grupo Iberoamericano de empresas, antes que español". Los números hablan por sí solos. El conglomerado mediático, que cosechó 48 millones de pérdidas en el primer trimestre de 2014, tiene dos baluartes ahora mismo: Santillana en España y sus diferentes negocios, incluido el radiofónico, en Chile, Colombia, México y otros países latinoamericanos.
Otra prueba del enorme interés de Prisa en hacer negocios en México es la llegada a su consejo de administración de Roberto Alcántara Rojas. Alguien que es, según palabras de Cebrián en la junta de accionistas del pasado abril, un "exitoso empresario mexicano, curtido en el negocio del transporte aéreo y terrestre, así como en el financiero, que ha adquirido un importante compromiso inversor con nuestra compañía de acuerdo con el actual accionista de referencia". "Quiero poner de relieve en este trance el explícito acuerdo de Roberto con los intangibles que PRISA y el diario El País significan en el mundo Iberoamericano, y que es una de las principales motivaciones de su acercamiento a nosotros".
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