Ana Samboal saltó a la fama en Telemadrid, cuando presentaba el programa Diario de la Noche. De aquellos años guarda un buen recuerdo, aunque el final fuera amargo, pues en sus últimos tiempos, tras el cambio de director de informativos, fue apartada de su puesto.
Esta periodista abandera actualmente el programa La lupa de la mañana, en Trece. En esta entrevista, habla del estado del periodismo en España, de su experiencia en las televisiones públicas y de las características de su trabajo en un medio de la Conferencia Episcopal.
Pregunta: ¿Sabe que usted forma parte de la caverna mediática?
Respuesta: ¿Ah sí? ¿Y qué es la caverna mediática?
P: Donde la izquierda ubica a los periodistas que considera que hacen el juego a la derecha.
R: Vaya, no lo sabía.
P: Pues sí...
R: Es que, cuando eres periodista, no haces el juego a nadie, que yo sepa. Haces información como tú crees, honestamente y en conciencia, que debes hacerla. A partir de ahí, tienes una visión del mundo y una opinión, como toda persona. Y mientras manifiestes las cosas con respeto, digo yo que tienes derecho a existir.
P: ¿Se siente cómoda remando contra corriente?
R: Ni a favor ni en contra. Yo me siento cómoda siendo yo misma, diciendo lo que pienso y argumentándolo. Y, oye, si resulta que estoy equivocada, pues cambio de opinión. Como no me sentiría cómoda es yendo contra mí misma, contra mi conciencia y contra mi propio criterio.
"No es cómodo ni agradable que hablen mal de ti. O de forma injusta, como sucedió conmigo en mi momento. Aunque tampoco es algo que me quite el sueño".
P: De usted se dijeron muchas cosas. Y se escribieron...
R: Lo sé.
P: ¿Le afectaron esas publicaciones?
R: Si te soy sincera, no miro las redes sociales ni lo que se publica de mí y de otros periodistas. Suelo leer lo justo y menos. No obstante, no es cómodo ni agradable que hablen mal de ti. O de forma injusta, como sucedió conmigo en mi momento. Aunque tampoco es algo que me quite el sueño.
P: ¿Cómo recuerda aquellos años en Telemadrid?
R: Para mí, fueron años muy bonitos. Hice muchos proyectos profesionales, crecí profesionalmente, trabajé con compañeros de los que aprendí y espero que aprendieran conmigo. Pero hubo un momento en que se planteó un ERE y la cadena se convirtió en una batalla campal. Eso fue muy duro. La actuación de mucha gente fue dolorosa. Aun así, lo considero como un episodio puntual. Me quedo con lo demás.
P: Su último año no fue fácil...
R: No, cuando me apartaron de Diario de la noche lo pasé mal. Pero bueno, siempre pienso que lo que no te mata te hace más fuerte. De todo se aprende si sabes buscar la enseñanza.
P: En ese año, le nombraron coordinadora de Economía...
R: Y ni coordiné ni escribí.
P: Ni había muchas noticias de economía en los informativos...
R: Y si las había, las hacían otras personas a las que mandaban otros. Era algo surrealista.
P: ¿No se planteó irse?
R: Es que en el momento en que me apartaron de Diario de la noche yo ofrecí la posibilidad de negociar mi salida porque creía que era lo más razonable. Si ya no estaban cómodos conmigo, era lo más lógico. No quisieron negociarlo. Pero bueno, eso pasó hace mucho tiempo y afortunadamente desde entonces he tenido muchas oportunidades y he hecho muchas cosas.
P: Os acusaron de estar muy escorados a la derecha...
R: Es que en Diario de la noche había personas de todas las opiniones políticas. Entonces, lo que dijeran a mí, sinceramente, me da igual. Yo invitaba a personas de izquierda, derecha, centro... y hasta populistas de ultra-izquierda. Había pluralidad de opiniones. Otra cosa es que nos pusieran etiquetas o nos hicieran campañas... Todo es mejorable, pero estoy muy satisfecha con lo que hice.
P: ¿Hay en las televisiones públicas espacio para hacer programas que no estén alineados con la izquierda?
R: No lo sé. La respuesta fácil es decirte que no, pero es que no estoy siguiendo la programación de ninguna televisión autonómica.
P: Se lo pregunto de otra forma: ¿es muy fuerte la presión de los sindicatos en las televisiones autonómicas?
R: La única televisión que conozco es Telemadrid y en el tiempo en que yo viví, sí que había esa presión. ¿Si sigue ocurriendo ahora? Pues no lo sé. Te soy absolutamente sincera.
"En Telemadrid sí que viví la presión de los sindicatos".
P: Hubo un día que tuvieron que salir del programa por la puerta de atrás...
R: Hubo un día en el que habían convocado una huelga y el equipo de Diario de la noche que no la hizo tuvo que salir por el montacargas y acompañado de guardias de seguridad.
P: Qué duro, ¿no?
R: Fue el último día antes de que se enviaran las cartas a los despedidos del ERE. Nosotros estábamos allí para hacer el programa y, entonces, me llamaron para preguntarme si estábamos en casa y estábamos todos bien. Entonces, allí estábamos los miembros del equipo que no estaban en la huelga. Los de servicios mínimos, algunos, por cierto, que al final entraron en el ERE. Los de seguridad nos sacaron en el montacargas, en grupos por el parking. Fue surrealista.
P: ¿A quiénes temían?
R: Yo lo que te puedo decir es que algunos de los que protestaban habían sido compañeros hasta tres meses antes y habíamos trabajado juntos. Y mira cómo acabó...fue muy triste.
P: Llegaron a filtrar hasta el supuesto sueldo de Ana Samboal...
R: Era absolutamente falso. Pero creo que eso no salió de la televisión. Eso fue una operación muy bien orquestada.
P: ¿Recibió muchas consignas desde el Gobierno autonómico?
R: A mí, no.
P: ¿Y llamadas de los partidos?
R: Tampoco. A ver, hablas con los partidos en la medida en que les llamas para hacer información o para invitar a sus portavoces. Y ellos te cuentan lo que te quieren contar, como en cualquier otro medio de comunicación.
P. ¿Ponen los partidos tertulianos en las mesas de debate?
R: En Diario de la noche los tertulianos no eran políticos. Intentábamos tener un abanico de personas que representaban todas las opciones políticas. Yo propuse nombres de colaboradores que me parecían interesantes y por lo general aceptaron.
P: ¿Le costó encontrar trabajo tras la campaña que le hicieron?
R: No, en eso me considero bastante afortunada. La primera oferta que recibí fue de La Esfera de los Libros para hacer el libro de Ana Botín. Me enfrasqué en ese proyecto y me sirvió para olvidarme de otras muchas cosas y centrarme ese trabajo, que era muy periodístico. De ahí fui encadenando unas cosas y otras hasta que llegué a Trece, entonces, como colaboradora.
P: ¿Cómo se encuentra ahora en Trece?
R: Estoy contenta. Es una televisión pequeñita, lo cual tiene sus retos, pues no tienes los medios de una gran televisión pública, pero también es una gran oportunidad para desarrollar proyectos nuevos y probar cosas nuevas. Hay mucho todavía por hacer en Trece. Es una televisión que todavía tiene mucho que crecer. Y a medida que van aumentando las sinergias con COPE, la proyección es mucho mayor.
"Hay mucho todavía por hacer en Trece. Es una televisión que todavía tiene mucho que crecer. Y a medida que van aumentando las sinergias con COPE, la proyección es mucho mayor".
P: Cuando uno trabaja para un medio de la Iglesia, ¿se autocensura?
R: Cuando tú trabajas en un medio de comunicación, sea el que sea, tienes que respetar la línea editorial de ese medio. La empresa no es del periodista. Es verdad que es un difícil equilibrio, pero hay que trabajar bajo esa premisa. Por otra parte, tú no puedes estar en un medio si su línea editorial no tiene nada que ver contigo. No es mi caso en Trece por mis creencias religiosas, entre otras cosas. Yo estoy muy cómoda en ese sentido.
P: ¿Se puede hacer en la televisión española un debate que no derive en un gallinero?
R: Sí, yo creo que sí... Es difícil, ¿eh? (ríe).
P: Pues ya me dirá cómo...
R: Es difícil, pero tienes que escoger muy bien a las personas para que haya una pluralidad de opiniones en el debate. También tienes que dejar claro que eso tiene que ser un coloquio, no un enfrentamiento. Ahí la figura del moderador es muy importante. Es el que tiene que poner los límites y conducir el debate dando paso a las distintas opciones.
P: Tengo muchas veces la sensación de que los argumentos se repiten en los distintos debates televisivos. Parece que a alguno se los escribiera algún partido...
R: (Ríe). Bueno, es que al final vamos tan rápido que es muy complicado trabajar en los argumentos. Yo no sé si los reparten los partidos, no necesariamente. Pero si al final recurres a los partidos para que te den una información, de alguna manera puedes interiorizar algún argumento. Pero analiza el contexto: antes una información te duraba una semana. ¡Ahora no aguanta más de unas horas! Todo va muy rápido.
"Tú no puedes estar en un medio si su línea editorial no tiene nada que ver contigo. No es mi caso en Trece por mis creencias religiosas, entre otras cosas".
P: ¿Cómo sobreponerse a esto?
R: Pues mira, yo lo que intento, al menos, es tener todos los días a algún experto en el programa que lleve trabajando en los temas mucho tiempo. Eso aporta muchos puntos de vista diferentes y da un análisis más completo y sosegado. Eso hace mucha falta.
P: ¿Volvería usted a una televisión pública?
R: Ahora mismo estoy muy bien dónde estoy.
P: ¿Y si no estuviera ahí?
R: Estoy aquí y estoy muy cómoda.
P: ¿Es más complicado ser periodista en un medio público que en uno privado?
R: Cada medio tiene sus cosas. En cualquier caso, ahora estoy aquí, en el Grupo COPE, es muy grande y ofrece muchas oportunidades profesionales.