En los últimos años, cada vez que se acerca el aniversario del Golpe de Estado del 23-F, se ha convertido en costumbre que Juan Luis Cebrián y Pedro J. Ramírez se enzarcen en una acalorada discusión -siempre salpicada de descalificaciones personales- sobre el papel que jugó cada uno aquel día. El presidente del Grupo Prisa recrimina a Ramírez que "no tuviera huevos” para lanzar una edición especial de Diario 16. Este último, lo niega e incide en que ese día la cabecera que comandaba salió a la calle y se opuso frontalmente al pronunciamiento encabezado por Tejero.
Hubo un tiempo en el que este tipo de acusaciones eran frecuentes entre El País y El Mundo, que mantenían una encarnizada pelea por la hegemonía de la prensa generalista y se dedicaban páginas que estaban cargadas de dinamita. Pero hace unos años que esa situación cambió. Para muestra, un botón: este lunes, el diario de Unidad Editorial ha otorgado un enorme protagonismo a la entrevista que Cayetana Álvarez de Toledo ha realizado a Cebrián con motivo de la publicación del primer tomo de sus memorias.
Este hecho se ha producido en un momento en el que algunos medios de comunicación han hablado de la existencia de conversaciones entre las editoras de El Mundo y El País para estudiar una posible fusión. El pasado 14 de febrero, El Economista publicó una información en la que detalló los contactos que se habían producido entre Prisa y Unidad Editorial para intentar crear un ‘macro-grupo’ de medios de comunicación.
“El empresario italiano Urbano Cairo, presidente de RCS (matriz de Unidad Editorial), ha paralizado un primer intento para adquirir el grupo Prisa. Según han apuntado fuentes conocedoras de la situación, el máximo responsable del grupo al que pertenecen publicaciones como El Mundo o Marca ha guardado en el cajón un plan que hubiera supuesto una concentración sin precedentes en el negocio de la prensa diaria española”, explicaba.
Y añadía: “La frustrada ofensiva no contemplaba la integración de las marcas, sino que las intenciones iniciales pasaban por mantener el funcionamiento de El Mundo y El País por separado”.
Unidad Editorial negaba tajantemente estos contactos y Prisa declinaba hacer comentarios al respecto. De hecho, las únicas palabras que han trascendido sobre este tema las pronunció Juan Luis Cebrián el pasado enero, dentro de un desayuno informativo que se celebró en el Hotel Ritz, en la capital madrileña. Entonces, se mostró convencido de que en los próximos “cinco o diez años” se producirán “fusiones y adquisiciones” en el panorama mediático español.
En su discurso, ante la aparente sorpresa de los asistentes, desveló la existencia de “conversaciones” entre las compañías del sector para estudiar posibles uniones, si bien negó que involucraran a las editoras de El Mundo y El País.
La incertidumbre de Prisa y Unedisa
No hay que olvidar que tanto Unidad Editorial como Prisa se encuentran actualmente rodeadas de una gran incertidumbre como consecuencia, principalmente, de la crisis del negocio de la prensa tradicional, de las costosas operaciones empresariales que emprendieron sus dueños en los años previos a la crisis económica –que generaron una buena parte de su deuda actual- y de los cambios que han tenido lugar en los últimos tiempos dentro de su accionariado.
La propietaria de El Mundo, Marca y Expansión fue adquirida el pasado verano por el magnate italiano Urbano Cairo, que ha descartado que vaya a poner a la venta los activos de Unidad Editorial o a realizar un nuevo recorte de personal, pero que ha emprendido un duro plan de ajuste de costes que hace temer entre su plantilla que adopte decisiones más “dolorosas” en el futuro próximo.
En cuanto a Prisa, el pasado noviembre anunció oficialmente la puesta en el mercado de Santillana, como parte de su plan para hacer frente al vencimiento de 960 millones de euros de deuda que tendrá lugar a finales de 2018.
A este factor, hay que sumar el ruido de sables que se ha producido últimamente en su Consejo de Administración, motivado por el malestar de los fondos buitre con la gestión de Cebrián. De hecho, el hedge fund Amber Capital (propietario del 20% de Prisa) utilizó hace un año al influyente Financial Times para criticar su gestión y para recordar a los inversores internacionales que, entre 2010 y 2015, el valor de las acciones de Prisa se desplomó un 95%, “teniendo el peor comportamiento entre los grandes medios de comunicación europeos”.
Dardos envenenados
A la inestabilidad que ha existido últimamente en los órganos de gobierno estas empresas hay que sumar la complicada situación en la que se encuentran sus negocios. En los últimos años, ambas compañías han perdido cientos de millones de euros y las tiradas de sus periódicos se han desplomado. Hace 10 años, El País contaba con una difusión de 432.204 ejemplares diarios, frente a los 330.634 de El Mundo. El pasado diciembre, el diario de Prisa lanzó 184.710, frente a los 101.967 de su competidor.
En esta situación, han sido varios los medios que han especulado con la posibilidad de que los dos principales grupos de prensa en España opten por unir fuerzas para intentar afrontar con mayores garantías de sobrevivir la dura crisis que vive el sector. Ninguna de las compañías ha confirmado estos contactos. Lo único que no se puede negar es que Unidad Editorial ha lanzado un guiño a su competidor este lunes con una entrevista que, hace unos años, cuando El País acusaba a El Mundo de “mentir, manipular y difamar” y Pedro J. hablaba de los libros, el cine, los hoteles, los caballos y “las pistolas” que tenía la compañía de Jesús de Polanco, parecía impensable.
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