El día que los firmantes de este artículo conversaron con Federico Jiménez Losantos, Planeta acababa de anunciar la cuarta edición de su nuevo libro, La vuelta del comunismo, que analiza la llegada de un partido de esa ideología al Gobierno después de ochenta años. El ensayo recibió nueve lecturas del abogado de la editorial para minimizar el riesgo de que alguien se querellara contra su contenido. Planeta guardó con celo su contenido hasta el final para evitar que fuera secuestrado, según dice el autor.
En esta entrevista, Jiménez Losantos analiza la situación política española y ofrece una perspectiva histórica sobre el comunismo y sus formas de controlar a las sociedades. La conversación tuvo lugar en un despacho de esRadio, entre decenas de libros que sirvieron para documentarse al que se puede definir como el locutor más punk de la radio española.
Pregunta. “El comunismo impone la ideología sobre los hechos”. Es una de las frases de su libro. Llama a la reflexión sobre el porqué esta ideología y sus derivaciones tienen todavía tanta aceptación en tantas sociedades...
Respuesta. Porque la gente tiene una necesidad casi biológica de engañarse; de buscar soluciones sencillas para los problemas más complejos del mundo moderno y ahí encuentran un refugio. El comunismo es la solución más fácil para el asunto más complejo, que es el mercado, la libertad de comercio, la de expresión... Todas han costado cientos de años perfilarlas.
P. Una solución fácil...
R. Así es el planteamiento del comunismo: suprimir todo a cambio de que la gente tenga lo mínimo para llegar a fin de mes. Muy mínimo, claro. Es una ideología que se basa en la fantasía del hombre nuevo, que sigue teniendo una fuerza brutal. Por otra parte, también tienes que tener en cuenta que el comunismo tiene tanto poder en los medios y que en la universidad que es la ideología oficial. Su presencia hoy en día es enorme.
P. El entrismo troskista funcionó...
R. Mira Roures, es uno de los magnates de la televisión nacional e internacional. Yo creo que la vuelta del comunismo después de la caída del Muro de Berlín obedece a que hay un grupo de comunistas, acomodados e instalados en el poder, que ha sabido conectar con la necesidad de la gente de ver un mundo muy difícil de entender en su complejidad de una manera muy sencilla: negros y blancos; buenos y malos; fascistas y maravillosos demócratas; corruptos y decentes. Ese tipo de división maniquea siempre la ha hecho el comunismo, desde Münzenberg, y pretende que cuando cae el frente principal, que es la lucha de clases, el resto siga en pie y el comunismo no pierda poder. Su objetivo es siempre el mismo, eso sí: el dominio de las mentes.
P. Pero en esta ideología hay cierto mesianismo. Mao ordenó el exterminio de los gorriones y Fidel Castro buscó la vaca perfecta, en ambos casos, por cierto, con resultados atroces...
R. Cuando a Fidel le falló aquello, creó la vaca enana. Entonces, el chiste que surgió en Cuba fue (imita el acento cubano): “Chico, el comandante ha inventado la cabra”. Es que vaya idea, la vaca enana ofrecía lo mismo que la cabra de toda la vida. Más allá de todo esto, que es una anécdota, lo cierto es que el comunismo es mesiánico, pero ese mesianismo está controlado por la Policía. ¿Qué quiere decir eso? Que los ciudadanos tienen que creer que es una ideología salvadora, pues, de lo contrario se les caerá el pelo.
P. ¿Ese mesianismo se puede atribuir a Podemos en el momento de su surgimiento? Usted coincidió con Pablo Iglesias en su primera aparición en televisión...
R. Nos vimos dos veces. La primera, por una encerrona de Julio Ariza (Intereconomía). En ese momento, yo tenía un acuerdo con (Julio) Ariza para ir a El Gato al Agua una vez al mes a cambio de que dieran la señal de mi programa en Intereconomía. El tío me lio para que estuviera el día en que debutaba Pablo Iglesias. Yo me enteré después de que Iglesias calentó las redes sociales antes del debate, a sabiendas de que íbamos a coincidir.
P. Vaya recuerdo el de esa noche...
R. La única cosa brillante que recuerdo que le dije a Iglesias la primera vez que le vi fue: “Me recuerdas a mí cuando era gilipollas”. Pero es que es verdad. Ahora en serio, lo que aprecié esa noche es que Iglesias era un líder. Eso no lo tiene en general la izquierda. Ahora tenemos al zombi de Pedro Sánchez.
La única cosa brillante que recuerdo que le dije a Iglesias la primera vez que le vi fue: 'Me recuerdas a mí cuando era gilipollas'"
P. En el libro hace un diagnóstico sobre el resurgir del comunismo en España. La pregunta que me planteaba leyéndolo es: ¿en qué ha fallado el sistema para que haya resurgido esta ideología?
R. Yo creo que la derecha ha sido suicida al pensar que en un país rico, como España, el comunismo no podía llegar al poder. Pasó en Rusia, en Cuba y en China. Mientras haya una minoría dispuesta a todo para conquistar el poder lo hará si no se lo impides.
P. ¿Cuándo comenzó este proceso?
R. Con Zapatero, que fue cuando la izquierda renunció a la Transición y volvió a la Guerra Civil. Recuerda que en su discurso de investidura afirmó que a su abuelo lo fusilaron en la Guerra Civil. Oiga, lo fusilarían los otros tres abuelos, que eran todos del bando nacional. ¿Qué culpa tenemos los demás de que a un abuelo de Zapatero lo mataran en la guerra? Él llega al poder con la idea de legitimar a la izquierda radical de la Guerra Civil. La de (Juan) Negrín y (Julio) Álvarez del Vayo. En el libro, yo recupero el momento en el que le dan otra vez el carné del PSOE a estos dos, a los que el propio partido expulsó al final de la guerra. Hay que recordar que Álvarez del Vayo era el presidente del FRAP, es decir, del partido criminal del padre de Pablo Iglesias.
¿Qué culpa tenemos los demás de que a un abuelo de Zapatero lo mataran en la guerra?"
P. El FRAP...
R. Yo lo conocí porque entonces estaba en el antifranquismo. Este partido era el único, junto con la ETA, que no aceptaba la democracia. El FRAP decía que la Guerra Civil nunca terminó y que todavía se podía ganar. Lo tremendo del asunto es que la derecha, pese a todo, no se haya dado cuenta del peligro; y que la izquierda, en lugar de reivindicar a (Julián) Besteiro, es decir, al PSOE que intentó impedir que el partido fuera a la Guerra Civil, se acerque a esa izquierda radical, cuyo discurso asumió Zapatero. Oiga, ¡la Guerra Civil terminó hace 80 años y llevamos ya muchos años de democracia!
P. Llama la atención que en los mítines de los años 80 del PCE costara tanto encontrar la bandera tricolor...
R. Claro, se asumió la bandera nacional. El pacto de Juan Carlos I con Santiago Carrillo fue: monarquía, unidad de España y bandera nacional. “Por supuesto”, dijo Carrillo, que se veía defenestrado.
P. Ahora, esa izquierda niega la bandera...
R. Eso vino después de (Julio) Anguita. Hasta entonces, en la izquierda quedaba una idea de unidad nacional. Después, IU se dispersa y entra el pacto con los separatistas.
P. Separatistas reaccionarios...
R. La sumisión al separatismo se la inventó el PSUC y su propagandista Manuel Vázquez Montalbán, que era genial para el mal. Es el que inventa el mito del Barça, el del ejército catalán desarmado... era un sinvergüenza millonario, comunista, acomplejado, charnego... un mal bicho, pero con un don para la publicidad extraordinario. El PSUC se cargó toda la base social tradicional, que se pasó al PSOE y, posteriormente, el PSOE la traicionó entregándosela al PSC. Ahí había casi 2 millones de inmigrantes, nacidos fuera de Cataluña, que de pronto se ven privados de derechos, salvo que aceptaran que eran ciudadanos de segunda para siempre. Y ya sus hijos serían catalanes, pero ellos no.
Vázquez Montalbán era un sinvergüenza millonario, comunista, acomplejado, charnego... un mal bicho, pero con un don para la publicidad extraordinario"
P. Entonces, el PCE se resistía...
R. Pero eso se acabó imponiendo porque la ideología en los partidos acaba siempre imponiéndose sobre la realidad. Y los medios de comunicación, que son decisivos en esto, se pusieron de lado con el nacionalismo porque era antifranquista. Y yo me pregunto: ¿qué tiene eso que ver? Pues nada, pero así pasó.
P. Hablaba antes de Vázquez Montalbán como propagandista. En el libro, compara a otro gran propagandista de la España actual, como es Iván Redondo, con Goebbels y Münzenberg. Y le tilda de ser alguien sin ideología...
R. Es que el buen propagandista es eso: alguien sin ideología necesariamente. Goebbels, de hecho, era un discípulo de Münzenberg, que lo que hacía era vender técnicas de propaganda inventadas en la Rusia bolchevique. ¿Su método? Pues no dista mucho del de los coaching que hay ahora, cosa que no deja de ser curiosa. Todo consiste en repetirse: “estoy bien, estoy bien". Y al final uno se cree que está bien, aunque no sea así. Y cuando todo el mundo repite que está bien, que el pasado era malo y que el futuro es maravilloso, que el nacionalismo también es maravilloso y que la ETA, en el fondo, es buena, al final la gente se lo cree. O, al menos, deja de combatirlo.
P. ¿Cree que eso se ha conseguido en España?
R. Sin duda. Y, no te olvides, con la acción terrible de entregar La Sexta a Podemos, que es lo que hicieron Mariano Rajoy y Soraya para que nunca gane el PSOE. ¿Pero es que nadie pensó, entonces, que las dos izquierdas se podían unir, imbéciles?
Cuando todo el mundo repite que está bien, que el pasado era malo y que el futuro es maravilloso, que el nacionalismo también es maravilloso y que la ETA en el fondo es buena, al final la gente se lo cree. O, al menos, deja de combatirlo"
P. Socialdemócratas y comunistas...la Historia dice que, tarde o temprano, acaban lanzándose los trastos a la cabeza...
R. Hay un momento en la Transición, en la tercera legislatura de Felipe González, donde están Múgica, Semprún, Corcuera, Barrionuevo...es decir, gente que tiene una idea anticomunista y nacional. En esa tercera legislatura, cuando Felipe amagó con retirarse, Polanco y Cebrián lo convencieron de que volviera. Pero claro, ya no tenía la base social del PSOE porque el PP de Aznar había crecido mucho. Entonces, en las elecciones de 1993 echó mano de Baltasar Garzón, del comunismo, de la memoria histórica, del doberman y de Franco. Ahí es donde se rompe la Transición.
P. Pero eso se lo atribuye usted a Zapatero...
R. Ahí se rompió, pero Zapatero fue quien lo aplicó.
P. ¿De verdad cree que Pedro Sánchez es un radical de izquierda?
R. Es un monigote. Aquí los que mandan son Otegi y Pablo Iglesias, que son los dos jefes de los partidos comunistas. En España, siempre ha habido una inteligencia, que es la democrática; y, enfrente, una poderosa, que es la etarra, con la Iglesia, los empresarios...con todo ese magma siniestro del carlismo. Ahí, no hay ninguno tonto. ETA siempre ha tenido un cerebro, con pistola o sin pistola, que ha estado detrás. Ellos han hecho algo inteligente, que es esperar su momento. ¿Cuándo llegó? Con la moción de Rajoy. Entonces, ven que el punto débil de Sánchez es que, teniendo 120 escaños, necesita a Podemos. Por eso, ahí se lanzan a por Podemos, que es donde saben que pueden influir.
P. ¿Pero de veras cree que el poder de Otegi es tan grande?
R. Voy a ser claro: Sánchez preside un Gobierno cuya agenda es totalmente comunista y separatista. Pero totalmente. La última noticia que acabo de leer es que van a impedir que el Consejo General del Poder Judicial renueve a los miembros que tiene que renovar. Es que esto deja claro que estamos en pleno golpe de Estado. Y es algo que un socialista tradicional no se hubiera atrevido hacer, pero un comunista está encantado.
Sánchez preside un Gobierno cuya agenda es totalmente comunista y separatista. Pero totalmente"
P. Y el presidente es Sánchez...
R. Sánchez es un idiota que intelectualmente oscila entre el cero y la nada, además de un narcisista que ha destruido al partido por completo. Enfrente sólo tiene a Susana Díaz, que es tan tonta como él. Recuerda que, cuando se cargó a Javier Fernández, lo que hizo es comenzar a flotar en una ola en la que pensaba que podía estar durante mucho tiempo. Para que eso pudiera suceder, debía entregarse a Iglesias, Otegi y Junqueras. ¿Adónde nos lleva eso? Pues a que, seguramente, al final de esta legislatura se convoquen dos referéndum en Cataluña y País Vasco. Ahí es donde ya todo se va a venir abajo.
P. ¿Cuál es la 'vida útil' que vaticina en política para Sánchez e Iglesias?
R. La de Iglesias, eterna, porque quiere hacer una España comunista que no tenga ni a Cataluña, ni a País Vasco, ni a Baleares ni a Navarra. Quiere mandar en Madrid para tener aquí la bandera roja y que a su casa vayan los embajadores a ver a los nenes. Ha creado su dinastía. El padre era un desastre, pero él no. Él ha aprovechado su oportunidad y ya tiene a su señora, su descendencia...y es el que manda en el Gobierno. Y, a cambio de romper España, va a conquistar el resto como a Venezuela. ¿Quién les está haciendo el trabajo sucio? Los tontos del PSOE. En esa España roja con la que sueña Iglesias, mata-curas, revolucionaria... Iglesias tiene razón de ser, pero el PSOE no. Por eso, Sánchez se lo ha cargado.
Quiere mandar en Madrid para tener aquí la bandera roja y que a su casa vayan los embajadores a ver a los nenes. Ha creado su dinastía"
P. ¿Cuánto tiempo les da, entonces?
R. Yo calculo que esto tiene dos años y medio. Si quedan tres años de legislatura...Lo normal es que el tajo, con el referéndum, lo den al terminar la legislatura. Y lo van a dar con seguridad. La cuestión es qué hará la oposición.
P. ¿No ve a la oposición desnortada?
R. Es que lo más grave que ha pasado desde el inicio de la legislatura, en la derecha, es la ruptura del PP con Vox. Eso es letal con la derecha.
P: ¿Por qué deja el PP de librar la batalla cultural?
R: Es muy extraño. A mí Casado me ha engañado tanto como a Abascal. Ese discurso en el que le culpa a Abascal de pisotear la sangre de las víctimas de la ETA. Un niñato como Casado, que en su vida se ha visto en un peligro...¡a Abascal!, que ha nacido en él. En fin, estamos ante otro narciso que carece absolutamente de nociones y cree que le conviene romper con Vox porque cree que el voto de Vox siempre va a ir a él. Y hay un pequeño problema, y es que Vox puede sacar un escaño más que él en las elecciones. Pero hay un problema todavía más grave: ¿cree este bobo, pero bobo...pero bobo de baba, que cuando llegan los etarras y los separatistas catalanes, que salen de la cárcel tras dar un golpe de Estado, van a dejar que se celebren unas elecciones limpias en las que se pueda paralizar su proceso? ¿Cree que esta gente va a asumir que los votantes de Albacete van a detener sus ansias de independencia?
Sobre Pablo Casado: "¿Cree este bobo, pero bobo...pero bobo de baba, que cuando llegan los etarras y los separatistas catalanes, que salen de la cárcel tras dar un golpe de Estado, van a dejar que se celebren unas elecciones limpias en las que se pueda paralizar su proceso?".
P: Dijo Iglesias a Casado que nunca volverá a gobernar...
R: Y está dispuesto a cumplirlo. Se ha roto la unidad de la derecha. Escucho ahora a Maroto decir lo contrario a lo que sostenían hace un año y no me lo explico. Es puro marketing, creen que esto les conviene. Han hecho el cuento de la lechera para estimar quiénes les van a votar, procedentes del PSOE, Vox y Ciudadanos, y no se han dado cuenta de que, sin mérito, no van a conseguir eso. ¡Y se han rendido a cambio de nada! ¡De que les trate bien la prensa!
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