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Gonzo y otros cuatro periodistas de la productora de 'Salvados', retenidos y expulsados de Marruecos

Las autoridades marroquíes han retenido brevemente y obligado a volver a España a cinco periodistas españoles de la productora de 'Salvados' que se encontraban en Tánger. Entre ellos figura el

Las autoridades marroquíes han retenido brevemente y obligado a volver a España a cinco periodistas españoles de la productora de 'Salvados' que se encontraban en Tánger. Entre ellos figura el presentador del programa, Fernando González, más conocido como Gonzo, que en 2019 sustituyó al frente del espacio a Jordi Évole y que, como el resto de sus compañeros, se encuentra en perfecto estado.

El equipo estaba realizando labores de documentación y preproducción sobre el accidente laboral que, el pasado mes de febrero, costó la vida a 29 personas en un taller textil de Tánger al inundarse repentinamente el sótano de la fábrica en la que trabajaban, según han confirmado fuentes de la productora.

En concreto, iban a entrevistar a los familiares de las víctimas, que fallecieron ahogadas y electrocutadas. Pero alrededor de media tarde, antes de dicha cita, los periodistas fueron sorprendidos por la policía en una cafetería, siendo invitados a abandonar el lugar y dirigirse de inmediato a su hotel, desde donde han salido de vuelta a Barcelona.

"No estaban grabando nada, no llevaban ni cámaras, y por eso no habían pedido permiso de rodaje (necesario en Marruecos)", cuentan desde el programa, asegurando que no han llegado a estar "detenidos" en una comisaría y que desconocían que fueran necesarios los mencionados permisos para dichas tareas de preproducción.

29 fallecidos

El accidente en la fábrica textil de Tánger puso de manifiesto la precariedad de las condiciones de trabajo en sectores como el textil en Marruecos, donde muchos locales no reúnen los mínimos requisitos de prevención de riesgos laborales, salubridad o salidas de incendios.

El sótano donde se encontraba el taller se inundó tras una noche de tormenta y la mayoría de los trabajadores (29) fallecieron dentro, atrapados y ahogados. Aunque en principio las autoridades locales aseguraron que se trataba de un taller clandestino, poco después se acabó demostrando que estaba inscrito en el Registro Mercantil de Marruecos.

Tras el suceso, las familias de las víctimas publicaron una carta, que previamente enviaron al jefe del Gobierno, Saadedín el Otmani, en el que aseguraban tener “un cierto número de informaciones” que prueban “la responsabilidad de instituciones locales" y que el taller se encontraba de la misma forma desde “hace más de 15 años”.

Las familias reclamaron por tanto la creación de un comité independiente para investigar el accidente, y “pedir cuentas a los responsables implicados”, además de solicitar “apoyo financiero y moral” al Gobierno.

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