El Grupo Prisa ha decidido reforzar la cúpula de El País en un momento en que su director, Antonio Caño, mantiene una batalla interna con una parte de sus periodistas por el rumbo tomado por el periódico. La compañía presidida por Juan Luis Cebrián ha colocado al hasta ahora redactor jefe de Economía y Negocios, Miguel Jiménez, como nuevo subdirector de Información del diario, algo que en la redacción se ha interpretado como una medida de presión a Caño y a su equipo, a quienes se acusa de no saber aprovechar "el talento de sus profesionales" y de no haber podido contener la caída de la difusión y de las ventas del rotativo.
El nuevo subdirector lleva casi dos décadas vinculado a Prisa, donde llegó en 1996 como redactor del diario económico Cinco Días. En esta cabecera ejerció de jefe de las secciones de Mercados y Empresas, así como de redactor jefe de la edición de fin de semana. Su desembarco en El País se produjo de la mano de su anterior director, Javier Moreno, y desde entonces ha ocupado cargos como el de responsable de Economía.
La plantilla de 'El País' votó en contra del nombramiento de Antonio Caño como director y de David Alandete y Eva Sáiz como director adjunto y subdirectora
En la sede del diario en la calle madrileña de Miguel Yuste se ha recibido su ascenso con satisfacción, por lo que se espera que la mayoría de los periodistas avalen su nombramiento en la votación del próximo 25 de noviembre en la que están llamados a pronunciarse sobre este asunto, han precisado a Vozpópuli fuentes internas, que recuerdan que la mayoría de los redactores no apoyó la llegada de Caño, ni la de algunos de sus colaboradores más cercanos, como la subdirectora Eva Sáiz y el director adjunto David Alandete.
La principal función de Miguel Jiménez será la de mejorar la información que ofrece el diario en sus ediciones en papel y digital, cuya calidad ha sido duramente criticada por sus propios periodistas en los últimos tiempos. Sin ir más lejos, hace unas semanas el Comité de Redacción le trasladó a Caño un comunicado en el que le alertaba del descontento que reinaba en una parte de su plantilla por la deriva tomada por el diario. "Los tiempos demandan modelos más estimulantes de trabajo en equipo y un ambiente más creativo que evite los riesgos de desafección hacia el producto que se está elaborando", la cual es consecuencia de "la pérdida de calidad informativa que constatamos", destacaba el texto.
Varios redactores abandonaron el barco
Esta misiva le llegó a Caño poco después de que varios periodistas decidieran abandonar el diario por su malestar con el rumbo adoptado por El País. Dos de ellos, Manuel Altozano y Rafael Méndez, tuvieron una fuerte polémica unas semanas antes con el director del rotativo después de que les censurara un artículo en el que se cuestionaba la idoneidad de Soraya Sáenz de Santamaría para votar sobre Telefónica en el Consejo de Ministros, toda vez que su marido, Iván Rosa Vallejo, trabaja para la compañía.
Este episodio agrandó la fractura existente entre Caño y la redacción de El País, que ha expresado su intención de celebrar una consulta entre todos sus miembros en las próximas semanas para trasladar a su director su "estado de ánimo, las inquietudes de los trabajadores y su opinión sobre aspectos tan relevantes como la independencia del periódico". Y todas las previsiones internas apuntan a que la plantilla criticará duramente la línea editorial del diario, la escasez de noticias exclusivas y la falta de aprovechamiento del talento de sus profesionales, auguran los mismos informantes.
El nombramiento de Miguel Jiménez, "un hombre respetado y meticuloso en su trabajo", como subdirector de Información puede ayudar a aliviar las tensiones existentes entre la plantilla y la cúpula del periódico. Ahora bien, a priori parece difícil que los periodistas recuperen la confianza en Caño y Alandete, cuya gestión del día a día del periódico y cuyo criterio informativo han sido fuertemente cuestionados prácticamente desde que ascendieron a su cargo, aseveran fuentes de El País.
Como dato ilustrativo, cabe señalar que el rotativo de Prisa vendía diariamente 281.000 ejemplares en el momento en que Antonio Caño fue nombrado director (febrero de 2014), mientras que, actualmente, sólo difunde 133.700 de media (con datos del OJD de septiembre). Es obvio que la remontada que buscaba Cebrián con el cambio de inquilino del despacho principal de El País no se ha producido. También lo es que ha fracasado en su intento de que la plantilla del rotativo recuperara la confianza en su líder. Con Javier Moreno la perdió después del Expediente de Regulación de Empleo (ERE) de 2012 y con Caño después de comprobar que su proyecto informativo ha menguado la capacidad del diario de influir en la agenda políticay económica española.
Apoya TU periodismo independiente y crítico
Ayúdanos a contribuir a la Defensa del Estado de Derecho Haz tu aportación