Algunos mandamases del grupo Prisa prefieren que La Caixa, Banco Santander y HSBC no se conviertan en accionistas. A mediados de 2012, dichas entidades bancarias adquirieron bonos del grupo por valor de 334 millones de euros. Unos bonos que cambiaron por deuda y que, en virtud de los acuerdos de hace dos años, se convertirán en acciones de la compañía el próximo 1 de julio de 2014. Fuentes del mercado bursátil explican a Vozpópuli que la intención del conglomerado liderado por Juan Luis Cebrián y Fernando Abril-Martorell sería que la propia compañía recomprase dichos bonos a los bancos. Para ello, Prisa necesita hacer caja. Y, además de las recientes ventas de una parte de Santilla y otra parte de Mediaset, necesitaría cerrar, por fin, la operación de venta de Digital Plus.
Siempre según estas fuentes, se trata de una operación compleja y, por ello, difícil de materializarse. Pero hay varios hechos que apuntalan esta posibilidad. Uno de ellos es que resulta evidente que el holding de medios ha empezado a deshacerse de varios activos para embolsarse unos 200 millones de euros, 121 por el 3,7% de Mediaset y otros 72 por Alfaguara y otros sellos editoriales. El otro hecho es que a las propias entidades bancarias, o al menos a alguna de ellas, no les interesa convertirse en accionistas del conglomerado mediático. Por cuestiones de la escasa rentabilidad de la operación y de mera imagen, según remarcan quienes apuntan a esta opción.
La venta de la plataforma de pago parecía cerrada hace dos meses pero continúa la incertidumbre al respecto
Eso sí, la incertidumbre se cierne sobre esta operación porque depende de la posible venta de la citada plataforma de pago. Hace dos meses parecía obvio que Prisa iba a cerrar la venta de Digital Plus a Telefónica o Al Jazeera. Pero pasado ese período el asunto sigue en el aire, como ha sucedido en infinidad de ocasiones en los últimos meses. Claro que, según las mismas fuentes del mercado bursátil, otra posibilidad es que, con independencia de lo que ocurra con la antigua Sogecable, los bancos traspasen sus bonos a alguno de los accionistas de Prisa interesados en ampliar su participación en el grupo.
El pacto
En junio de 2012, Prisa anunció que cerraba una operación con La Caixa, Santander, HSBC y Telefónica para convertir su deuda en bonos. Una operación cifrada en 443 millones de euros. La emisión de bonos se realizaría en dos tramos: uno de 334 millones de euros destinados a bancos acreedores, que se comprometieron a suscribir en su totalidad los tres bancos, a cambio de la modificación de los préstamos a Prisa; y otro de 100 millones de euros, que desembolsaría en efectivo Telefónica. Según rezaba el acuerdo, los bonos tendrían una duración de dos años. Llegada la fecha de vencimiento final, julio de 2014, los bonos que no se hubieran convertido con anterioridad se convertirían necesariamente en acciones ordinarias Clase A y los intereses devengados y no pagados hasta la fecha de conversión se satisfarían en metálico.
Para algunos accionistas es la hora de cambiar el horizonte dibujado por el acuerdo con los bancos cerrado en junio de 2012
En román paladino, en julio de este año las citades entidades pasarían a ser accionistas de referencia del grupo mediático. Faltan dos meses y medio para que se cumplan los plazos. Y, por lo que comentan las citadas fuentes, en el conglomerado liderado por Cebrián y Abril-Martorell hay más de un accionista que prefiere que los bancos no consigan tanto poder. Argumentan que la operación de 2012 se tuvo que hacer para evitar males mayores de la compañía pero que ahora, con un plan de refinanciación cerrado y a la espera de que mejoren las cifras del negocio, es el momento de cambiar el horizonte dibujado en aquel acuerdo con los bancos.
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