La presencia del Grupo Prisa en el sector televisivo español es, desde hoy, testimonial. Un hecho relevante de la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) ha formalizado hoy la renuncia de Juan Luis Cebrián y Manuel Polanco a su puesto en el Consejo de Administración de Mediaset, un trámite que faltaba por cumplir después de que este conglomerado mediático vendiera el pasado julio el 8,5 % del total de las acciones que poseía en el grupo.
El imperio mediático levantado por el padre de los Polanco, que otrora dominaba la televisión de pago con Sogecable (hoy Prisa TV) y aspiraba a ser protagonista en el mercado en abierto con Cuatro, ha quedado reducido a la mínima expresión, después de la venta de Digital Plus a Telefónica y su pérdida efectiva de poder de decisión en Mediaset.
La dimisión de Cebrián y Polanco se produce después de que la participación de Prisa en Mediaset haya descendido por debajo del 5 % necesario para formar parte del Consejo. Es la consumación de una pérdida de poder que se inició en 2009, cuando el grupo italiano adquirió Cuatro y un 22 % de las acciones de Digital Plus; y que se certificó cuando la compañía dirigida de Juan Luis Cebrián tuvo que refinanciar su deuda para asegurar su supervivencia y aceptó, como condición, el salir de alguno de los sectores en los que estaba presente, como el televisivo.
Hasta el pasado julio, Prisa atesoraba el 13,65 % de la propiedad de Mediaset, pero en ese momento acordó la venta –a la propia Mediaset- de un 8,5 % de sus títulos por un total de 307,5 millones de euros. Esta cantidad y los 725 millones “en efectivo” que recibió por la venta de Digital Plus resultaron fundamentales para reducir el agujero de cientos de millones que condiciona el presente y el porvenir de esta empresa.
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