Las brasas de los incendios que generó la 'guerra del fútbol' aún humean. La principal batalla que enfrentó a Prisa y Mediapro ha finalizado con óptimo resultado para la empresa de Jaume Roures, que se ha ahorrado el pago de 320 millones de euros que le reclamaba su rival. Pero no será la última escaramuza en la que concurrirán sus huestes, pues las dos compañías aún acumulan algunas causas pendientes en los tribunales en las que se dirimirá el destino de, como mínimo, 160 millones de euros.
La causa a la que el pasado jueves dio carpetazo el Tribunal Supremo era la relativa a la 'guerra del fútbol' que se inició en 2006, cuando Mediapro y Audiovisual Sport (participada por Sogecable) llegaron a un acuerdo para la explotación de los derechos del fútbol español en el que surgió una fractura que generó demandas multimillonarias.
¿Por qué? Porque la productora de Jaume Roures negoció de forma bilateral con los clubes sin contar con su socio, lo que llevó a Juan Luis Cebrián a reclamar una indemnización en los tribunales que en esta última instancia ascendió a más de 300 millones de euros. Tras quitarle la razón el Tribunal Supremo, la malherida Prisa sólo cobrará un 10 % por unas liquidaciones que quedaban pendientes entre ambos grupos, aunque Mediapro ya ha anunciado que hará lo posible por eludir el pago.
Una causa de 110 millones que se decidirá en París
La principal disputa que queda por zanjar entre ambos grupos es la relativa a los costes de explotación del paquete de derechos audiovisuales en el que la Liga de Fútbol Profesional (LFP) vendió las temporadas 2012-2013, 2013-2014 y 2014-2015. Ambos grupos se enzarzaron en una pelea meses después de obtener el permiso de aprovechamiento por sus discrepancias sobre la forma y el precio de gestionar estos derechos. Este conflicto estuvo a punto de dejar a la audiencia sin señal para los partidos de las primeras jornadas de la liga 2012-2013.
Los argumentos del Tribunal Supremo tendrán un gran peso en el dictamen de la corte parisina
Después de varios meses de acusaciones públicas y litigios, Roures y Cebrián llegaron a un acuerdo para someter la decisión final a la Corte Internacional de Arbitraje de la Cámara de Comercio de París, que en las próximas semanas se espera que emita un juicio que las dos partes del conflicto se han comprometido a que sea vinculante. Este dictamen decidirá el destino de una cantidad monetaria que ronda los 110 millones de euros. Fuentes cercanas al proceso han incidido en que los argumentos emitidos por el Tribunal Supremo tendrán un gran peso en la palabra que dé la corte parisina.
Una fianza de 50 millones de euros
La segunda mayor cantidad que se juegan en los tribunales Prisa y Mediapro se puede considerar como un daño colateral a la 'guerra del fútbol'. Asciende a 50 millones de euros y corresponde a la fianza que Prisa depositó, como medida cautelar, en el juzgado número 36 de Madrid, después de que esta instancia judicial le diera la razón en 2007 en el pleito que ahora el Tribunal Supremo ha resuelto en su contra. Dado que esta decisión judicial comprometió a la empresa de Jaume Roures la explotación de sus derechos, ha optado por interponer una demanda por daños y perjuicios en la que solicitará una indemnización equivalente a esa suma.
Mediapro interpondrá dos nuevas demandas por daños y perjuicios a Prisa
“Nosotros somos como un bulldog. No vamos a soltar la presa”, afirmó el pasado viernes el dueño de esta productora para justificar esta nueva acción judicial, a la que acompañará otra querella con la que los responsables de esta empresa catalana pretenden que Prisa les recompense por haber tenido que convocar un concurso voluntario de acreedores en junio de 2010, a consecuencia -según esta empresa- de “la decisión de Sogecable, manifestada por escrito, de no cumplir con sus obligaciones de pago correspondientes al contrato por los derechos de emisión del fútbol” entre 2006 y 2009.
Un mercado en el que Prisa no se juega nada
Estos litigios están pendientes de resolver en un momento en el que Prisa ha perdido todo su protagonismo en el mercado de la televisión de pago, tras vender Digital Plus a Telefónica el año pasado. La otrora compañía dominante en el panorama audiovisual español ha desaparecido de este sector, a consecuencia de su multimillonaria deuda, y no optará a la adquisición del paquete en el que se venderán de forma conjunta los derechos del fútbol a partir de la temporada 2016-2017.
No por ello Juan Luis Cebrián ha querido permanecer al margen de este asunto, como demostró hace unas semanas al dedicar un artículo en la edición dominical de El País a las supuestas cuentas en el exterior que mantiene Jaume Roures, algunas de ellas, en paraísos fiscales. Esta acción hostil llevará de nuevo a estos dos grupos al escenario en el que se encuentran de una forma más frecuente, como son los tribunales, después de que Mediapro se querellara por difamación contra los responsables del periódico y contra Rosario G. Gómez, firmante de la información.
Este episodio será el penúltimo de un conflicto entre estas dos empresas que ha puesto en juego decenas de millones de euros y ha tenido repercusiones más o menos severas, en instituciones, clubes de fútbol y, por supuesto, en sus propias compañías.
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