Juan Luis Cebrián ha vuelto a utilizar el Grupo Prisa como escudo para defenderse de las arremetidas que recibe a título particular. En este caso, lo ha hecho a través del periódico El País, que ha modificado su portada en su segunda edición para incluir un ataque hacia los medios de comunicación que este lunes revelaron la presencia del periodista y académico en los Papeles de Panamá. Lo más llamativo del caso es que esta noticia no aparecía en la primera edición, sino que fue incluida a última hora, al considerar su portadista que este tema, relacionado con los intereses del presidente del grupo y de su exmujer, tenía más interés que los planes de futuro de uno de los principales países exportadores de petróleo, como es Arabia Saudí.
Tal y como recogió Vozpópuli, Teresa Aranda, exmujer de Juan Luis Cebrián, presidente de Prisa, figura como vicepresidenta de una fundación de izquierdas financiada por millonarios que aparecen en los conocidos como Papeles de Panamá.
La Fundación Atman para el Diálogo entre Civilizaciones se presentó en octubre de 2004 (y cesó su actividad en 2007 por el escaso apoyo obtenido) y su presidente era Massoud Farshad Zandi, millonario iraní con residencia en Madrid y amigo de Felipe González y el propio Cebrián.
'El País' quitó de su portada una información sobre el futuro de Arabia Saudí para airear la denuncia de Cebrián a La Sexta
Según La Sexta, entre Zandi, González y Cebrián idearon este think tank de izquierdas como forma de hacer frente, desde el terreno de la ideología, a la FAES de José María Aznar. Estos empresarios vinculados a la fundación aparece en los llamados Papeles de Panamá como clientes del despacho Mossack Fonseca.
Pocas horas después de que trascendiera esta noticia, el Grupo Prisa emitía un comunicado en el que confirma que tanto la empresa como su presidente emprenderán medidas legales contra La Sexta, El Confidencial y Eldiario.es "por las informaciones y comentarios difamatorios" difundidos a este respecto.
"Los autores de dichas informaciones y comentarios, así como los responsables de la difusión de los mismos, han sido advertidos de que dichas insinuaciones son absolutamente falsas, tienen clara intención difamatoria y suponen un grave menoscabo de la honorabilidad y reputación, tanto de Juan Luis Cebrián, como del Grupo Prisa y sus empresas", destaca el texto, que se reproduce íntegro en las páginas interiores del diario.
'El País', al servicio de los intereses de Prisa
No es ni mucho menos la primera vez que El País dedica una parte de su espacio a atacar a los enemigos del Grupo Prisa. Durante las conocidas como 'Guerras del fútbol', fueron abundantes las críticas dedicadas a sus rivales, en especial a Jaume Roures, de quien, en vísperas de la resolución de un litigio en el que Prisa y Mediapro se jugaban 300 millones de euros, el rotativo generalista denunció su presencia en varios paraísos fiscales.
También ha sido habitual durante los últimos tiempos la adopción de una línea editorial amable con los inversores o accionistas que salvaron al grupo de la quiebra durante su gran refinanciación. Sin ir más lejos, el pasado septiembre El País publicó una complaciente entrevista con Nicolás Berggruen que recibió fuertes críticas en la redacción del rotativo, toda vez que no hacía alusión a ninguno de los temas polémicos que acompañan al empresario, como su singular concepción de la democracia o su visión de la relación Oriente-Occidente.
Durante las conocidas como 'Guerras del fútbol', fueron abundantes las críticas dedicadas a sus rivales, en especial a Jaume Roures
Una entrevista de similares características con el ministro del ramo de Catar, Salah Bin Ghanem Bin Nasser Al Ali, abrió la sección de deportes de este diario en abril de 2015, pocas semanas después de que Prisa comunicara el interés del sultán de ese país Ghanim Alhodaifi Al-Kuwari por invertir 75 millones de euros en la compañía fundada por Jesús de Polanco a través de su holding International Media Group.
Los periodistas de El País denunciaron a través de su Comité de Redacción, pocos días antes de la publicación de este artículo, que la cúpula del periódico había censurado dos informaciones que retrataban el maltrato que sufren los empleados de las obras del Mundial. La primera, relativa a la detención en este país de dos periodistas de la BBC, mientras que, la segunda, sobre una denuncia formulada por Amnistía Internacional.
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