Un año atrás, el 23 de septiembre de 2013, Juan Luis Cebrián protagonizó un desayuno informativo en el Hotel Ritz de Madrid. Y terminó su intervención con esta frase: "Juntos, podemos". Ayer, 15 de septiembre de 2014, el escenario y el personaje principal eran idénticos. Pero al presidente de Prisa ya no le gusta ese eslogan. O no puede pronunciarlo, teniendo en cuenta que, como recogió este diario, ahora considera que la formación que lleva ese nombre es "marginal", "populista" y "alternativa, anarquista o lo que sea".
Más allá de juegos de palabras, en efecto muchas e importantes cosas han cambiado en España en este año que parece evidenciar el final de un régimen. Abdica un rey y llega otro. Los resultados electorales certifican la crisis del bipartidismo. Caen a los infiernos mitos como Jordi Pujol. O se mueren Emilio Botín e Isidoro Álvarez, a quienes, por cierto, se dedicó un minuto de silencio aderezado por bellos acordes clásicos. Eso sí, pese a tantos cambios, Cebrián sigue en su puesto y continúa defendiendo muy similares tesis. Para comprobarlo, solo es cuestión de comparar los dos discursos, separados por doce meses pero unidos por la mayoría de ideas que contienen: un decálogo publicado por el rotativo del grupo, la corrupción sistémica, etcétera.
En 2013 Felipe González presentó a Cebrián y entre el público estaba medio PSOE; ayer apareció Diego López Garrido y poco más
Pero las compañías del primer director de El País no son las mismas. O, al menos, no son tan glamourosas ni numerosas. Doce meses atrás su buen amigo Felipe González presentó a Cebrián. Y entre el público asistente estaban la mitad del PSOE y lo más granado del empresariado español. Ayer el mandamás de Prisa se tuvo que conformar con Diego López Garrido y poco más. Aunque, cómo no, allí estaban sus compañeros en el consejo de administración del grupo mediático, encabezados por el saliente Fernando Abril-Martorell y por el exministro y exconsejero Rodolfo Martín Villa.
Estupor en la sala
Presidiendo la mesa principal estaba Ignacio Polanco. El hijo del fundador del imperio menguante debió quedarse de piedra, si es que no estaba entre bostezo y bostezo, al escuchar cómo Cebrián, ni corto ni perezoso, afirmaba que la enfermedad y el posterior óbito de Jesús de Polanco "ralentizó" la venta de Digital Plus a Telefónica, decidida ya en 2006 y acometida, como se sabe, este mismo año. El estupor ante tamaña aseveración fue general y se desataron los murmullos en el salón Real del majestuoso hotel.
Cebrián, que se bautizó así mismo como "niño del franquismo", se hizo un lío y primero dijo que el próximo verano la deuda estará en "niveles sostenibles", aunque luego dijo que esos niveles ya se han alcanzado hoy
Los rostros siguieron estupefactos cuando, justo a continuación, el presidente de Prisa se centró en el gran problema que acecha al conglomerado mediático que preside. La mastodóntica deuda que supera los 2.500 millones de euros. Explicó que ya se han pagado 3.000 millones y que espera pagar "otros 800 o 900 en los próximos meses", gracias precisamente a la venta a Telefónica de la plataforma de pago. Claro que para esa reducción de la deuda hace falta que la CNMC apruebe la transacción sin imponer condiciones demasiado duras. En ese punto Cebrián bajó el tono y dijo esperar que las autoridades autoricen la venta y "respeten los derechos de otros operadores". El informador, que en otro momento se bautizó así mismo como "niño del franquismo", se hizo un lío y primero dijo que el próximo verano la deuda estará en "niveles sostenibles", aunque luego dijo que esos niveles ya se han alcanzado hoy.
Con las cifras de deuda que sean, el presidente de Prisa no podía dejar de lado la llegada a la empresa del mexicano Roberto Alcántara Rojas. Quizás ese es el gran cambio en el holding en este último año, amén, claro está, de la refinanciación firmada con numerosos bancos y fondos buitre a finales de 2013. En este punto sobre su nuevo socio, Cebrián volvió a sorprender al personal presente en el desayuno organizado por Nueva Economía Fórum. Y es que sostuvo que el empresario azteca ha llegado al grupo editor "solo con una condición: que El País siga siendo lo que ha sido históricamente". Algo que trae causa del "compromiso moral" que Alcántara tiene con el diario. "No lo ha hecho para ganar dinero". O sea, es el socio perfecto para garantizar el incierto futuro de la compañía.
Críticas a otros medios que son "desviaciones"
En estos meses entre los dos discursos de Cebrián tampoco ha cambiado, claro está, la crisis del modelo de negocio del periodismo. A ese respecto, reconoció la "confusión" que viven las grandes corporaciones, incapaces de encontrar rentabilidad a las rotativas. Y también siguen en el mismo punto las críticas del veterano periodista a determinados medios de comunicación. Esos que, según él, son "confidenciales, blogueros, espacios", a los que reclamó que se dirijan con "la misma transparencia" que ellos exigen a los grupos mediáticos. Resignado, habló de "convivir con esas desviaciones" en "ese espacio de libertad que es internet".
"Las bases morales de la ordenación de la convivencia de la democracia están siendo contagiadas de populismo y reacciones populistas de algunos agentes marginales de la sociedad"
Era el inevitable momento de las lecciones periodísticas de todo un académico de la RAE. Cebrián denunció el "abandono de principios básicos del periodismo" porque se cuentan las cosas de forma muy diferente, "en algunos casos con falta de rigor". Todo ello fruto de una "invertebración" de la opinión pública, con cambios encaminados a empeorar el oficio porque, a su juicio, "los valores tradicionales, las bases morales de la ordenación de la convivencia de la democracia están siendo contagiadas de populismo y reacciones populistas de algunos agentes marginales de la sociedad".
Al primer director de 'El País' también le dio tiempo de agradecer la postura de los bancos tanto en la citada refinanciación como en los descuentos de hasta el 25% de la deuda de Prisa
Al primer director de El País también le dio tiempo de agradecer la postura de los bancos tanto en la citada refinanciación como en los descuentos de hasta el 25% de la deuda de Prisa. Nadie preguntó por la provisión de 6 millones de euros que ha acometido la compañía para pagarle su jubilación. Lástima. Luego llegaron múltiples cuestiones sobre la actualidad política que Cebrián contestó con paciencia. Justo la virtud que ya no le quedaba a un público hastiado por la hora y media que duró el acto. Quizás muchos de los asistentes decidan no acudir el año que viene.
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