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La SEPI auxilia con 15,5 millones a EFE tras aumentar sus pérdidas en 2022 en más del 30%

Las cuentas provisionales que ha formulado la agencia pública de noticias reflejan un déficit de 14 millones de euros, frente a los 9 millones del ejercicio anterior

La situación económica de la Agencia EFE es ‘complicada’, por ponerle algún adjetivo. La empresa pública de noticias ha registrado pérdidas en todos los últimos ejercicios y su negocio no ofrece excesivos síntomas de mejora. Las cuentas de 2022, todavía provisionales, reflejan un déficit de 14 millones de euros, frente a los 9 millones del año anterior.

Estos datos se los ha trasladado la agencia recientemente a los sindicatos. En concreto, EFE reconoce que en 2022 ingresó  53,9 millones de forma directa del Estado por su labor de Servicio Público de Interés General. Es decir, la misma cantidad que el ejercicio anterior.

Las ventas de los productos informativos ascendieron a 30,6 millones de euros, de los que 8,2 millones se correspondieron con la facturación por los teletipos en España y 4,7 en el mercado internacional. El servicio gráfico de EFE reportó unos ingresos de 6 millones y el de vídeo, un total de 4.

Pérdidas acumuladas de EFE

Hay que tener en cuenta que esta empresa de la Sociedad Estatal de Participaciones Industriales (SEPI) registró un resultado negativo de 11,2 millones en 2020, de 8,8 en 2019, de 6,1 en 2018, de 13,17 en 2017, de 9,8 en 2016; y de 7 millones en 2015.

La suma de estas pérdidas ha provocado que la empresa dispusiera a final de 2022 de un patrimonio negativo de 24 millones de euros. En esas circunstancias, la SEPI realizó un préstamo participativo de 15,5 millones de euros que justificó –según trasladó la Dirección de la agencia a sus trabajadores- como un adelanto de los fondos del nuevo plan estratégico de EFE.

Precisamente, en alguno de los últimos contactos que han mantenido los sindicatos y los directivos de esta empresa pública se ha incidido en la próxima aprobación del citado plan, que se ha cocinado durante los últimos tres años y que pretende incrementar la cifra de negocio de la agencia en el medio plazo. Se espera que el Consejo de Administración de la SEPI  conceda su visto bueno a este proyecto en las próximas semanas.

La presidenta de EFE, Gabriela Cañas, envió al final de año una carta a la plantilla en la que subrayó la mejora de los ingresos de la agencia. También puso en valor algunas de las decisiones que tomó su equipo en 2022, como la relativa a la “reconfiguración” de algunos equipos informativos, el diseño del nuevo logotipo y la modificación de la web.

Cañas también avisó del impacto en las cuentas –en forma de aumento del gasto- de la revalorización del dólar frente al euro, de las revisiones salariales y de la inflación. Eso ha provocado un incremento de las pérdidas que las fuentes oficiales de EFE –consultadas por este periódico- califican como coyuntural.

Causa de disolución

Hay que recordar el patrimonio neto de Agencia EFE al cierre del ejercicio 2020 quedó por debajo de la mitad de la cifra de su capital social. Por tanto, en condiciones normales se hubiera encontrado en causa de disolución y tendría un plazo legal de un año para volver a equilibrar su balance.

No obstante, la Ley 3/2020, del 18 de septiembre, de medidas procesales y organizativas para hacer frente a la covid-19 en el ámbito de la Administración de Justicia establece la suspensión de la causa de disolución por pérdidas.

En concreto, en su artículo 13 afirma: "A los solos efectos de determinar la causa de disolución (...) no se tomarán en consideración las pérdidas del ejercicio 2020”. Por tanto, si no se tienen en cuenta las pérdidas de 2020 -estiman en la agencia-, su balance no le obligaría a reconocer la causa de disolución.

Situación compleja

Hay que tener en cuenta que EFE se financia, principalmente, a través de los Presupuestos Generales del Estado y de su actividad comercial. Esta empresa pertenece a la Sociedad Estatal de Participaciones Industriales (SEPI) y está presente en 180 ciudades de 120 países.

Desde que arreciara la crisis de 2008, su situación económica ha sido precaria, al igual que la de una buena parte de los medios que contratan sus servicios. Sus anteriores presidentes -José Antonio Vera y Fernando Garea- han reclamado una mejora de la financiación para la agencia, dada las condiciones de desigualdad con las que compite en el exterior con compañías como Associated Press o Reuters.

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