En el Centro Cívico del barrio de Les Corts en Barcelona, el programa 'Salvados' de La Sexta, presentado por el cornellanense Jordi Évole, juntó alrededor de una mesa al presidente de la Generalitat de Catalunya, Artur Mas, y al expresidente del Gobierno Felipe González, para un programa atípico, no un reportaje a fondo como nos tiene acostumbrados, sino un debate político.
Ambos contendientes dialécticos empezaron pronto y González dejó clara desde el principio su postura: "El derecho a decidir no es algo que pertenece a Cataluña, Valencia o Galicia. Es la decisión de todo el pueblo español". Pero, a diferencia de la postura del Partido Popular, pidió cambios: "Me gustaría evitar que entráramos en un callejón sin salida que no nos permitiera hablar de reformas que creo necesarias y nos permitieran rearticular la voluntad del Estado español".
Pero el president Mas también dejó clara la que es, en este momento, la forma de pensar dominante en la sociedad catalana: "El problema que tenemos es que hay una mayoría clara del pueblo catalán que no se siente representado por la actual Constitución Española. Seguramente esto no pasa en otras latitudes del Estado español. Hay que preguntarse por qué el pueblo catalán le está dando la espalda a esta Constitución que en su día aprobó de forma mayoritaria".
No romper la legalidad
González llevó el ascua a su sardina socialista: "Estoy seguro de que el presidente de la Generalitat nunca incumplirá la legalidad vigente", lo que venía siendo una invitación a un futuro pactismo con el PSOE, ya que sí está a favor de "reformas", aunque no de la independencia. Felipe se mostró en contra de cualquier consulta: "Si se pronunciaran acabaríamos en un callejón sin salida", un punto en el que no coincide con Mas ni con lo que la mayoría de la población catalana opina, según sucesivas encuestas.
"La vía hacia la conquista de la autodeterminación es inexistente -reiteró González- y si usted dice que tiene derecho a decidir, yo digo que yo también, pero con la diferencia de que a mí me da la legitimidad la Constitución". Mas sacó a colación el caso escocés: "Donde votan los escoceses, no todo el Reino Unido, y si saliera que sí se abriría un proceso de negociación", pero González destacó las diferencias entre UK y España: "Allí había una consolidación de UK pactada, pero en España no es una cuestión de Rajoy, ningún presidente podría aceptar una consulta".
Mas aseguró que en los últimos años con José María Aznar se inició un anticatalanismo, azuzado con la revocación de parte del Estatuto de Cataluña por el TC en 2010
"Hay cosas que no tocan directamente el bolsillo, pero sí la dignidad, y por tanto la confianza y la amistad", dijo Mas refiriéndose a "la segunda mitad de la segunda legislatura de Aznar, de 2002 a 2004", cuando según él se inició un proceso de menosprecio y ataques humillantes a los catalanes, "que somos una minoría en España y no podemos cambiar ninguna Constitución". González coincidió con Mas en que la sentencia del TC de 2010 revocando el Estatut de Catalunya fue "innecesaria", tanto por el lenguaje como por los muchos artículos suprimidos del estatuto catalán "que sí están vigentes en otros estatutos".
¿Catalonofobia y españofobia?
Hablando sobre sentimientos, Mas admitió que "en los sentimientos las cosas están muy cruzadas", y reconoció que campañas como la de 'La España subsidiada vive a costa de la Cataluña productiva', lanzada por CDC, "no ayudan" a mejorar el ambiente. Pero justificó diciendo que "es el caldo de cultivo que se genera después de lo que ha ocurrido en los últimos años en España, pero no me verá como presidente de la Generalitat expresarme en estos términos". Sin embargo, dejó claro que apoyaría "una cuota de solidaridad implícita" para cualquier futuro modelo de transferencias fiscales en España.
"Yo no tengo el teléfono de Rajoy", ha asegurado Artur Mas, mientras que González ha dicho que tampoco lo tiene, "aunque el del gabinete sí".
Mas ha dicho que convertirse en Estado es una evolución clara "para una nación que se siente nación" como es Cataluña, mientras que González alertó sobre el despertar "del nacionalismo español" y también habló de Europa: "Allí están aterrados de pensar que se pueda producir una desarticulación territorial respecto de los Estados-nación que conforman la Unión. Ellos no son neutrales".
Habrá consulta o no
Artur Mas volvió a reiterar que habrá consulta "de una forma o de otra", y habló de 3 formas: "Una negociada, sabiendo que estamos haciendo una consulta. Segundo, una consulta de acuerdo con una ley específica del Parlamento catalán, y que el Estado no intervenga. Tercera vía, cuando haya elecciones en Cataluña, mucha gente convertiría esas elecciones en la consulta".
Y a continuación criticó el inmovilismo del Gobierno popular, "que no publica las balanzas fiscales porque no les conviene, que pide españolizar a los niños catalanes".
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