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El líder de la ‘ultraderecha’ que debe su fama a un ‘socio’ de Prisa

La televisión genera fenómenos extraños. Fue en los platós de Cuatro y La Sexta donde los portavoces de Podemos comenzaron a presentarse en sociedad a partir de 2014. Como su

La televisión genera fenómenos extraños. Fue en los platós de Cuatro y La Sexta donde los portavoces de Podemos comenzaron a presentarse en sociedad a partir de 2014. Como su imagen era novedosa y transgresora, engancharon a la audiencia, lo que llevó a los responsables de Atresmedia y Mediaset a ofrecerles un generoso espacio en las tertulias. La respuesta del Gobierno del Partido Popular fue la de retirar sus efectivos de las tertulias, lo que se demostró a medio plazo como un error, pues evitó que los argumentos de la izquierda morada y sus satélites –como la monja Sor Lucía- fueran replicados.

Las aguas se calmaron cuando, en abril de 2015, el Ejecutivo convocó un concurso de licencias de televisión y los grandes grupos se interesaron por ampliar su número de canales. Casualmente, en esa época Jesús Cintora fue apartado de Las Mañanas de Cuatro. Dos meses después, Jorge Moragas se hacía cargo de la estrategia de los populares y devolvía a sus representantes a los debates.

Sucede antes de la llegada de las olas gigantes que el mar se repliega varios metros y eso alerta de la catástrofe venidera. Los récords de audiencia que lograba Pablo Iglesias allá por donde pasaba precedieron su éxito electoral. Ahora, en el país vecino, emerge una figura de cara a las elecciones presidenciales de 2022 que debe una parte de su popularidad a su faceta de polemista televisivo. Es la de Éric Zemmour.

Este periodista, escritor y polemista se ha convertido en uno de los rostros más representativos y controvertidos del canal CNews, que es propiedad de Vivendi y que emite en su horario de máxima audiencia un programa, llamado Face a l’Info, una tertulia televisiva al estilo de las que se programan en los canales españoles; y en la que hay barra libre para los exabruptos y los argumentos de brocha gorda.

Según señaló Financial Times en un reciente artículo, los temas predilectos de Zemmour son el islam, la inmigración y el declive de Francia. Es decir, los mismos que componen el vídeo con el que presentó hace unos días su candidatura electoral, en el que destaca una frase que resume el espíritu del documento: “Miras a tu alrededor y no reconoces lo que ves”. Entre medias, referencias a Napoleón Bonaparte, a Juana de Arco y a Charles de Gaulle.

“El dos veces condenado por provocación racial y religiosa, ahora busca sacar rentabilidad política en la carrera presidencial de la fama que ganó gracias a sus participaciones en Face a l'Info (…), que pertenece a un canal que ocupa el segundo puesto de entre los que ofrecen información las 24 horas en Francia”, expone el citado periódico.

El socio de Prisa

CNews es propiedad de Vincent Bolloré, que es el dueño de Vivendi. A este magnate de la comunicación le han comparado con Rupert Murdoch por la vocación internacional de su estrategia empresarial y por su espíritu conservador.

En el Grupo Prisa, aterrizó hace casi un año después de que pactara con HSBC la compra del 9,9% de las acciones que poseía de la editora de El País y la Cadena SER. Lo hizo pocos meses después de que alcanzara un gran pacto en Francia con el principal accionista de Prisa, Amber Capital.

En virtud de ese acuerdo, el fondo de inversión estadounidense recibió 610 millones de euros a cambio de deshacerse del 18% de las acciones que poseía en el conglomerado mediático francés Lagardère. Tres meses después de ese pacto, Vivendi llegó a Prisa.

Hace unas semanas, la compañía que ha auspiciado el crecimiento de ‘la gran amenaza’ de Marine Le Pen pidió permiso a Moncloa para poder adquirir hasta el 30% de acciones de Prisa. Fuentes del grupo incidieron en que su objetivo inicial no era alcanzar ese porcentaje, pero sí poder superar el 10%, algo que tiene ‘vetado’ en función del Real Decreto de medidas económicas que aprobó el Ejecutivo en 2020 para proteger a las empresas de sectores estratégicos de las maniobras de los fondos extranjeros, en plena pandemia.

Entre los socialistas se observa con cierta desconfianza hacia Bolloré por su ideología conservadora, si bien fuentes de la cúpula de Prisa apuntan a que su interés en España no es el de crecer en el negocio de la información, sino el del entretenimiento.

En cualquier caso, la presencia de Bolloré en Prisa no deja de ser uno de esos hechos que habitualmente llevan a pensar que la política y los negocios hacen, en ocasiones, extraños compañeros de cama.

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