No sé si es más sórdido o más dantesco, pero es ambas cosas. Me refiero, ya se imaginarán, a lo que está ocurriendo en televisión respecto al abominable Miguel Ricart, único condenado por el brutal crimen de Alcasser. Contábamos aquí mismo la semana pasada que tal vez quienes contemplan las mezquindades televisivas son personas inteligentes, que disciernen la basura de la calidad, pero que se entregan a la primera como modo de evasión frente a la realidad terrible que nos asfixia. Y, coño, me van a perdonar, pero pareció premonitorio con lo que ocurrió horas después, el pasado domingo, cuando la presión social, o la indignación ciudadana, llámenle como quieran, consiguió impedir la infamia de que Ricart acabase siendo entrevistado en un plató de televisión. Motivos para la esperanza. Para creer que no todo vale en televisión con la excusa de la búsqueda de audiencia. Las ilusiones, como siempre ocurre, se desvanecieron pronto. Porque tres días después corrió por whatsapp y las redes sociales un bulo acerca de una posible entrevista con el ex preso. O sea, alguien malintencionado o poco informado o directamente descerebrado consigue que una mentira, la presunta entrevista que iba a emitir Antena 3, se convierta en verdad porque se repite mil veces. Puro manual de Goebbels. Pero lo más curioso es que, tras tanta pelea entre las televisiones privadas por grabar, preguntar o entrevistar a Ricart, finalmente fue una pública, Telemadrid, la que consiguió localizarle y grabarle con cámara oculta. Y mi pregunta es: ¿Para qué? ¿Qué puede aportar este personaje en televisión? ¿Acaso es importante o interesante lo que tenga que decir? Por repugnante que sea este tipo, ¿va a haber un periodista tras sus pasos el resto de su vida? Piénsenlo bien. Ya hace muchos años que casi todo vale en la televisión que se hace en España. Vale, incluso, montar un espectáculo en torno a algo tan grave, tan sensible, tan personal y tan doloroso como un intento de suicidio. Si no lo saben ya, les cuento que el pasado fin de semana Telecinco lideró la audiencia con la aparición de Rosa Benito para contar "toda la verdad" sobre su repentino ingreso en un hospital el pasado octubre. Este goloso pastel se sirvió en dos platos, para que no nos empachásemos. Primero en la noche del viernes la pareja (no se si ex o no y no me importa) de Amador Mohedano fue a Sálvame Deluxe para contar, entre lágrimas, cómo había intentado "descansar" tomándose un montón de pastillas. Al día siguiente, en Abre los ojos y mira, programa que definitivamente se ha pasado al corazón, nos mostraron en exclusiva imágenes tomadas en el plató de Sálvame cuando se suponía que nadie grababa. En ellas, Benito reconocía su intento de suicidio más abiertamente. Por si no había quedado claro. Después, ya en esta semana que termina, horas y horas de debate sobre la tragedia. Trágico, verdaderamente trágico, es que Mariló Montero siga siendo víctima de tanto ataque injustificado, la pobre. Otro trending topic en twitter. Ahora, a cuenta de su pelea en directo con el alcalde de Borja (Zaragoza), la localidad del Ecce Homo restaurado con tanta maña. ¡Pero si solo se le ocurrió bromear con la posibilidad de que la detención del párroco de Borja, acusado de unos cuantos delitos, entre ellos uno sexual, fuera en realidad una campaña publicitaria para conseguir que se hable de la localidad! ¿Es que a ninguno de ustedes, queridos lectores, se les hubiera ocurrido un símil semejante? ¿No es razonable esta comparación tan divertida cuando se habla de presuntos delitos con tamaña gravedad? ¿No ven la evidente asociación entre ambas ideas? Lo que ocurre es que en este país sembrado por Caín mucha gente se la tiene jurada a la buena de Mariló porque no soportan su puesto de trabajo, su belleza y, sobre todo, su feroz inteligencia. Audiencias y otras noticiasRespecto a las audiencias, la bomba de la semana es que por fin El tiempo entre costuras (Antena 3) no venció un lunes. El estreno de la popular y desternillante serie La que se avecina (Telecinco) pudo con la cuidada adaptación del libro de María Dueñas. Esta apasionante batalla continuará el próximo lunes. Y todo el mes. Porque la victoria de Atresmedia sobre Mediaset en noviembre ha provocado que ambos aceleren aún más en diciembre para ser los ganadores. Aun más dura será la lucha en 2014. Una de las que volverá entonces con nuevo programa es Patricia Conde. Pero antes, el próximo jueves, podremos ver a Iker Casillas en El Hormiguero. Una entrevista que promete. Casi por último y aunque ya hemos informado profusamente sobre ello, el despido fulminante de Josep Pedrerol también ha protagonizado la semana televisiva. Y tras su vendetta en 13TV, parece que seguirá dando que hablar. Y uno no puede terminar esta pieza sin recordar al gran Fernando Argenta. Un hombre que logró conjugar la música clásica y el entretenimiento, que consiguió acercar la cultura a los más pequeños, que siempre sonrió y despertó sonrisas en la pantalla y que permanecerá en las memorias de miles de personas. Si él existió, otra televisión es posible.
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