Atresmedia y Mediaset se mantienen como las empresas mediáticas más rentables de España, aunque cada vez existen más indicadores que advierten de que próximamente podrían comenzar a notar los efectos de una crisis de modelo de negocio similar a la que ha sufrido la prensa durante los ejercicios precedentes. El comportamiento que han tenido sus títulos en bolsa durante los últimos meses permite apreciar las dudas que genera entre los inversores las dos grandes empresas de la TDT. Desde el comienzo del año, las acciones de la dueña de Antena 3 y La Sexta se ha depreciado el 26,52%, mientras que las participaciones de su principal competidor lo han hecho el 29,25%.
Entre el pasado 2 de enero y el 7 de agosto, los grupos comandados por Paolo Vasile y Silvio González han perdido casi 1.400 millones de euros en el parqué, de los que 519,6 le corresponden a Atresmedia y 874,9 a Mediaset.
Desde agosto del año pasado, la compañía controlada por Planeta se ha dejado 836,78 millones de euros en bolsa (-36,75%), mientras que la televisión propiedad de la familia Berlusconi, 1.339,42 millones (38,76%).
Los títulos de Atresmedia valían hace un año 10,12 y 10,86 euros, mientras que al cierre de la última sesión, su cotización era de 6,40 y 6,65 euros, respectivamente. Su caída ha sido mucho mayor a la del Ibex 35, que ha sido del 8,9%.
Los títulos de Atresmedia valían hace un año 10,12 y 10,86 euros, mientras que al cierre de la última sesión, su cotización era de 6,40 y 6,65 euros, respectivamente.
Los 2.176 millones de euros que han perdido en el parqué estas dos empresas en los últimos 12 meses son superiores a los que ingresos que consiguieron en todo el ejercicio 2017, en el que Atresmedia facturó 1.052 millones y Mediaset, 996. Es decir, 2.048 millones en conjunto.
Las previsiones de algunos de los principales analistas de los mercados no son muy esperanzadoras. Hace unas semanas, Deutsche Bank vaticinaba que las acciones del duopolio se mantendrían a la baja hasta alcanzar un precio objetivo de 6 euros por acción. En una línea similar se pronunció el pasado junio Morgan Stanley, que atribuyó a Mediaset un valor de 6,3 euros.
El complicado mercado publicitario
El bursátil no es el único indicador que permite apreciar que para estas compañías será difícil mantener su posición ante los efectos de la revolución digital del sector audiovisual, que ya ha comenzado.
El año en que comenzó la crisis económica, 2008, los medios de comunicación tradicionales ingresaron 6.647 millones de euros, de los que 3.146 fueron a parar a la televisión. En 2017, esas cantidades se habían reducido a 4.486 y 2.178 millones de euros, respectivamente. Es decir, el 32,5 y el 30%.
La inversión publicitaria ha estado ligada tradicionalmente a la evolución del PIB y del consumo privado, de modo que en períodos de crisis los anunciantes escondían la mano; y cuando la economía remontaba, salían de la cueva. Desde 2017, esta tendencia se ha roto y el mercado no crece al mismo ritmo que el Producto Interior Bruto, entre otras cosas, porque una parte del gasto de las empresas para promocionarse ha ido a parar a las nuevas plataformas.
Dentro de la TDT, su situación es de dominio casi absoluto, pues con el 56,3% de la audiencia aglutinan el 85% de los ingresos. Sin embargo, sus competidores fuera de este ámbito cada vez tienen más músculo. La televisión de pago congregó el pasado julio, de media, al 30,6% de la cuota de pantalla, mientras que los abonados de las principales plataformas han aumentado sustancialmente en los últimos años gracias a la apuesta de las operadoras de telecomunicaciones por incluir sus paquetes de canales en sus ofertas convergentes.
El bursátil no es el único indicador que permite apreciar que para estas compañías será difícil mantener su posición ante los efectos de la revolución digital del sector audiovisual, que ya ha comenzado.
Al finales de 2014, Movistar, Orange y Vodafone contaban con 1.881.457, 783.887 y 152.440 abonados, según datos de la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia. El pasado junio, lo cerraron con 3.934.000, 1.328.000 y 639.000, respectivamente, según los propios operadores.
Es cierto que cada español ve la televisión de media 206 minutos al día (11 minutos menos que en julio de 2017), según Kantar Media. Pero también lo es que plataformas como Netflix y HBO han irrumpido con relativa fuerza en el mercado español y han propuesto una forma de ver la televisión distinta a la del negocio tradicional de la TDT.
Los inversores internacionales han apreciado este cambio de tendencia y han penalizado ostensiblemente a la acción de Atresmedia y Mediaset, que han perdido cientos de millones de euros en bolsa durante los últimos meses.
De momento, no se puede decir que su negocio esté en crisis, pues Atresmedia ganó 69 millones y Mediaset, 125 durante el primer semestre del año. Pero el dato de este último no mejoró con respecto al año pasado y el del segundo empeoró el 17,8%. Y sus ingresos no han crecido dentro de un mercado que, según Infoadex, cayó el 0,9% en el primer semestre de 2018.
La cosa, desde luego, no pinta tan bien como en ejercicios precedentes y próximamente podrían tener que hacer frente a una multa de la CNMC de hasta 200 millones de euros -conjunta- si se demuestra que realizaron prácticas anticompetitivas de carácter "muy grave" en el mercado publicitario.
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