José Manuel Pérez Tornero transmitió en Moncloa su preocupación por la actitud de dos consejeras del PSOE en RTVE -Concepción Cascajosa y Elena Sánchez- varios meses antes de presentar su dimisión. Lo hizo en una reunión que mantuvo con el secretario de Estado de Comunicación, Francesc Vallès, y con el director del Gabinete de la Presidencia, Óscar López, en la que se quejó de las dificultades a las que se enfrentaba en el Consejo de Administración de la corporación como consecuencia de este hecho.
Los dos empleados de Moncloa le escucharon y expresaron su voluntad de que los vocales elegidos por los socialistas para este órgano -las dos díscolas, Ramón Colom y el propio Pérez Tornero- pudieran remar en la misma dirección en el futuro. El tiempo ha demostrado que Moncloa no medió en este asunto y que las palabras de los dos spin doctors del Gobierno no se tradujeron en acciones. Al menos, no de las que esperaba el ya expresidente de la corporación.
No fue la única vez que Pérez Tornero puso sobre la mesa este asunto. El contacto entre el expresidente de RTVE y el Gobierno ha sido frecuente en este 2022, entre otras cosas, para coordinar la cobertura de la cumbre de la OTAN en Madrid. Ninguno de los requerimientos del periodista sirvieron para mejorar la situación.
Sin fumar la pipa de la paz
En mitad de este enfrentamiento, Pérez Tornero convocó a los consejeros designados por el PSOE y Podemos a una cena, junto al responsable de los Servicios Informativos, con el objetivo de limar asperezas y así tratar de reducir la hostilidad que le demostraban dentro y fuera del Consejo.
Varias de las personas citadas decidieron no aceptar la invitación, lo que se interpretó en el despacho principal de Torrespaña como una acción hostil. ¿Qué significaba eso? Que el líder de la televisión pública había quedado en minoría en su 'cúpula'. Los críticos le habían arrinconado y se negaban a fumar la pipa de la paz con el 'cabeza visible' de RTVE.
El pasado 26 de septiembre, Pérez Tornero anunciaba su renuncia a mantenerse en el puesto. Ese mismo día, por la mañana, Elena Sánchez había acudido a Moncloa para entrevistarse con Vallès. Unas horas después, era investida como presidenta provisional -sin funciones ejecutivas- del Consejo de la corporación.
En Moncloa no quisieron apagar el incendio de RTVE cuando se lo reclamó su expresidente, pero ahora se encuentran con una circunstancia indeseada dentro de la televisión pública, y es que Ramón Colom, designado por el PSOE para el órgano de gobierno, ha dado algún síntoma de rebelión contra el nuevo orden establecido.
De hecho, el pasado martes a las 9.30 horas acudió a la llamada de los 'hombres del presidente' del Gobierno para que le comunicaran la necesidad de que apoyara a Elena Sánchez para comandar RTVE en esta nueva etapa, en la que el PSOE quiere controlar los informativos para tratar de remontar en las encuestas de cara al 2023 multi-electoral.
Colom se negó a apoyar a Elena Sánchez. De hecho, esa misma tarde presentó su candidatura para presidente, que sólo obtuvo un voto a favor, que fue el suyo. Alguno de sus compañeros de Consejo se pregunta acerca de la línea que mantendrá el 'rebelde' a partir de ahora. Es decir, si se erigirá como un 'consejero independiente' o si finalmente optará por confrontar un frente común junto a los consejeros de la izquierda.
La cuestión no es baladí, dado que en caso de que Colom decida ir por libre, los vocales del PSOE y Podemos deberán consolidar su alianza con el del PNV. Sobre el papel, a los socialistas les correspondería designar a un sustituto de Pérez Tornero. El problema es que el Partido Popular no está dispuesto a apoyar al aspirante que propongan en el Congreso. En Génova 13, dan por roto el pacto que sirvió, en 2021, para renovar al Consejo de RTVE. Por tanto, no reconocen las cuotas que estableció ese acuerdo (4 PSOE, 3 PP, 2 Podemos y 1 PNV).
Cambio de rumbo político
Los colaboradores más cercanos del expresidente de la corporación explican que la salida de Iván Redondo del Gabinete de la Presidencia del Gobierno supuso un cambio de estrategia con respecto a la televisión pública. Entre otras cosas, porque en el palacio presidencial ganaron importancia voces como las de 'los migueles', que cuentan actualmente con intereses en el sector audiovisual. A Moncloa llegaron mensajes sobre las concesiones que había hecho Pérez Tornero al Partido Popular e inquietaron.
Los resultados de RTVE tampoco eran buenos. La audiencia de La 1 ha batido su peor registro histórico en varios de los meses precedentes y eso provocó que Concepción Cascajosa y Elena Sánchez -esta última había sido defendida para presidenta por un sector del PSOE en 2021- acusaran a Pérez Tornero de inmovilista y señalaran varios puntos negativos de su gestión.
Se unieron, de este modo, a un 'bando rebelde' del que ya formaban parte los consejeros de Podemos, Roberto Lakidain y José Manuel Martín Medem, que estaban enfrentados al presidente desde que se retiró de la parrilla de La 1 el magacín Las cosas claras, presentado por Jesús Cintora.
Más allá de estos enfrentamientos, lo cierto es que la despolitización y la estabilidad de RTVE no se ha producido desde que fue 'rebautizada' como una corporación en 2007. Desde entonces, Luis Fernández tuvo que dimitir tras ser 'asfixiado' por el Gobierno. Después, lo hizo Alberto Oliart (2011) y en 2014 tomó la misma decisión Leopoldo González-Echenique.
Ahora lo hace Pérez Tornero tras 18 meses de gestión que estuvieron precedidos por un mandato provisional de Rosa María Mateo que empeoró los problemas de audiencia y estructura (III Convenio Colectivo) de RTVE.
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