El Consejo de Ministros ha concedido el visto bueno a la multinacional francesa Vivendi para incrementar su participación en el Grupo Prisa por encima del 10% del capital. Se espera que su peso en el accionariado crezca del 9,9 al 10,9% en los últimos días, tal y como ha informado la empresa española a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) en un hecho relevante difundido este viernes.
La legislación que se aprobó en 2020, durante el primer estado de alarma, obliga a obtener el visto bueno del Ejecutivo antes de adquirir participaciones significativas en empresas estratégicas, entre las que se encuentran los medios de comunicación.
Esta normativa se promulgó para evitar que las grandes compañías españolas fueran 'asaltadas' por los fondos de inversión y los gigantes internacionales en un contexto de incertidumbre global; y, pese a que la pandemia ha finalizado, Moncloa todavía no la ha derogado, lo que le concede la última palabra sobre las operaciones que se realizan en los medios cotizados.
Vivendi ya solicitó al gabinete de Pedro Sánchez en el otoño de 2021 su plácet para poder incrementar su peso en Prisa. Sin embargo, el Ejecutivo demoró la respuesta, lo que llevó al grupo francés -presidido por el conservador Vicent Bolloré- a retirar su petición, entre quejas veladas por la cantidad de información estratégica y sensible que le había exigido el Gobierno dentro de este procedimiento.
Bonos convertibles en acciones
En el momento de dar marcha atrás, Vivendi aseguró que su apuesta por Prisa era firme y que no descartaba volver a intentarlo en el futuro. La ocasión se presentó a principios de año, cuando la dueña de El País y la Cadena SER planteó una emisión de bonos convertibles en acciones de 130 millones de euros.
El objetivo de esta operación era el de poder afrontar los costes derivados del incremento del precio de la deuda de Prisa, que en aquel momento era superior a los 850 millones de euros. La mayor parte de estos productos financieros los compraron los propios accionistas, que serán los que canjeen su inversión por participaciones del grupo.
El problema que se planteaba es que Vivendi disponía del 9,9% de las acciones y no podía ejecutar esa opción, al no poder, por ley, rebasar el umbral del 10%. De ahí que Moncloa haya concedido este permiso, pese a las desconfianzas que genera en el PSOE la ideología del fundador de la compañía gala.
Prisa explica en el hecho relevante que "la conversión por Vivendi de las obligaciones suscritas resultará, en el escenario final de una conversión total por todos los obligacionistas, en un incremento de su participación
accionarial en PRISA hasta el 10,9%".
No obstante, aclara que "dicha participación alcanzaría un máximo temporal del 15% en el supuesto de que Vivendi fuera el único suscriptor que ejerciese su derecho voluntario de conversión en el periodo de conversión ordinario referido en el párrafo anterior".
Vivendi en Prisa
Hay que recordar que Vivendi aterrizó en Prisa a finales de 2019, en un momento de guerra intestina en el que el dueño de Amber Capital, Joseph Oughourlian, trataba de hacerse con el control del grupo y restar peso a Santander en la toma de decisiones.
La multinacional francesa -con la que había pactado previamente en el grupo Lagardère para cambiar la estructura del Consejo de Administración- se puso del lado de Oughourlian y, junto a Telefónica, consiguieron destituir a Javier Monzón como presidente de Prisa.
Unas semanas después, Oughourlian se hizo con el puesto y todavía lo mantiene. Actualmente, gestiona la compañía y trata de impulsar el negocio, ante la evidencia de que los 300 millones de euros que Amber Capital ha invertido en la compañía se han devaluado considerablemente durante los últimos años.