Pasados unos minutos de las 16.00 horas de este martes, poco después de que fuera confirmado como director de El Mundo, Francisco Rosell pronunciaba su primer discurso ante sus periodistas. Lo hacía en el auditorio de la sede madrileña del rotativo, bajo la atenta mirada del dueño del grupo, Urbano Cairo, y del presidente de Unidad Editorial, Antonio Fernández-Galiano. En su intervención, expresaba su confianza en el proyecto periodístico y en la capacidad de su plantilla para hacer frente a los retos que deparará el futuro. Al finalizar, apenas si recibió los aplausos de algunos directivos. El grueso de la redacción le dedicó un significativo silencio, muestra del “escepticismo” que ha provocado su nombramiento.
Basta con visitar las cuentas de Twitter de algunas de las firmas más destacadas del diario para cerciorarse del efecto que ha producido la sustitución de Pedro G. Cuartango en la sede cental de Unidad Editorial. El arandino accedió a su puesto hace un año en uno de los momentos más convulsos de la historia del periódico, con un Expediente de Regulación de Empleo que iba a ejecutarse en pocas semanas y con una plantilla en la que existían múltiples voces críticas por el deterioro de la calidad del diario, que achacaban a su hasta entonces director, David Jiménez. Para más inri, el magnate italiano Urbano Cairo –apodado 'mini-Berlusconi'- había lanzado una OPA sobre el grupo que pilló a los ejecutivos de Unedisa con el pie cambiado y que finalmente tuvo éxito.
A G. Cuartango se le atribuye el mérito de templar gaitas entre sus periodistas. “Lo suyo no es la diplomacia y eso se veía en su trato con los directivos del grupo, que fue tenso muchos días. Pero era honesto con la información y apoyaba a su redacción”, describen fuentes internas, que expresan sus dudas en que Rosell tenga la misma actitud en el futuro. Principalmente porque es un hombre de la máxima confianza de Fernández-Galiano al que difícilmente ven adoptando una actitud contestataria con respecto a “las órdenes” que reciba “desde arriba”.
En su redacción se le considera como alguien más conservador que G. Cuartango y se teme que acerque a 'El Mundo' a la posición de 'ABC'. A la que se considera menos incómoda para el Gobierno
El nuevo director procede de El Mundo de Andalucía, donde mantuvo una línea crítica con el Gobierno autonómico socialista. De hecho, este medio de comunicación fue uno de los más activos en la publicación de la información relacionada con el caso de los ERE de la Junta.
Tras ser nombrado director, ha destacado que desde su nuevo puesto apostará por el periodismo de investigación y por una línea editorial que sirva para fortalecer la democracia española. “Nuestra fortaleza radicará en adaptarnos a las necesidades del lector, pero sin perder el alma y espíritu de un periódico que ha marcado tendencia y que seguirá haciéndolo”, ha afirmado. No obstante, en su redacción se le considera como alguien más conservador que G. Cuartango y se teme que acerque a El Mundo a la posición de ABC. A la que se considera menos incómoda para el Gobierno.
Los 'deberes' de Cairo
Sobre la línea ideológica de El Mundo se ha pronunciado este martes Cairo en una reunión que ha mantenido a última hora de la mañana con varios representantes de la plantilla. En el encuentro, ha incidido en que la línea ideológica del diario no le quita el sueño, dado que la principal tarea que le ocupa es la de conseguir incrementar los ingresos del rotativo.
En las palabras que ha dirigido posteriormente a sus trabajadores –en italiano-, Cairo ha expresado su confianza en mejorar la rentabilidad del proyecto y su vocación por “invertir” en sus cabeceras y potenciar los “productos españoles”. La persona más adecuada para conseguir estos objetivos es Rosell, ha manifestado.
La decisión de nombrarle director se ha producido en un consejo de administración que se ha convocado de forma “exprés”, según la empresa. No obstante, G. Cuartango sabía que iba a ser relevado desde hace varios días. En las palabras que ha dirigido a la redacción pocos minutos después de que trascendiera la decisión, ha destacado el trabajo que han realizado sus periodistas durante el último, pero ha mostrado su sorpresa porque su cese se haya producido en un momento en el que, "por primera vez en mucho tiempo" las ventas del periódico no caían en picado.
Sobre su destino, dentro o fuera de Unidad Editorial, no ha trascendido información. No obstante, fuentes oficiales de la compañía han expresado su confianza en alcanzar un pacto con G. Cuartango para mantenerle dentro de Unidad Editorial.
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