(Esta es una sección para la crítica televisiva. Pero el coronavirus lo ha cambiado todo y, de forma extraordinaria, pasamos del análisis a la petición pura y dura. Esta es una carta obligatoria en tiempos de confinamiento)
Estimados señores de Netflix:
En su exitosa plataforma ustedes anuncian que la no menos exitosa serie La casa de papel vuelve a las pantallas el próximo 3 de abril. Es la fecha elegida legítimamente para el estreno de la cuarta temporada. Pero deberían rectificar y cambiar su calendario teniendo en cuenta que en España, cuna y escenario de esta ficción, se decretó el estado de alarma el pasado 15 de marzo. Adelanten el estreno, por favor.
Los españoles no podemos salir de casa salvo para trabajar o hacer la compra. Este confinamiento provoca que pasemos muchas más horas de lo habitual en nuestros domicilios. Este encierro obligatorio amenaza a los clientes y socava su moral conforme pasan los días. El coronavirus golpea tanto a los solitarios como a las familias. Es hora de darnos a todos una alegría tomando una decisión con la que sin duda ustedes ganarían adeptos.
El catálogo de Netflix es amplio. Amplísimo. Hay muchas cosas interesantes que ver. Pero el adelanto del estreno de La casa de papel se antoja casi una necesidad social. En estos tiempos de zozobra, los espectadores necesitamos volver a emocionarnos con El Profesor, Lisboa, Río o Nairobi. Necesitamos saber qué les depara la nueva temporada. Ahora que sabemos que habrá quinta y sexta temporadas, se aviva esa necesidad de saber qué pasa en la cuarta.
Habrá razones comerciales que desaconsejen el cambio. Pero todas las empresas están tomando medidas para mejorar la oferta de ocio a los espectadores. Los periódicos retiran sus muros de pago para ofrecer los contenidos gratis. Los cantantes dan conciertos en directo a través de las redes sociales. Netflix también tiene que hacer algo grande.
Quizás una de las dificultades logísticas para adelantar el estreno sea que la serie se emite en muchos más países que España. Hay que traducir y doblar los diálogos y esas cosas. Pero seguro que ustedes ya lo tienen terminado o, en su defecto, pueden acelerar para lograrlo antes. Solo hay que echar un vistazo a las redes sociales, con el hashtag #LCDP4, para darse cuenta de que muchos otros espectadores en todo el mundo también desean el cambio de fecha.
Esta serie no es solo una serie. Es ya un fenómeno social que narra grandes e inverosímiles atracos y, de paso, pone en solfa los pilares mismos del sistema en que vivimos. La crisis del coronavirus nos ha hecho adentrarnos en una etapa de incertidumbre y miedo sin precedentes. Los espectadores necesitamos soñar más que nunca, evadirnos y emocionarnos, aunque sea solo durante los minutos de cada capítulo. Esta petición les parecerá descabellada, pero, como dice el protagonista de la serie, es hora de "pensar a lo grande". "¿Por qué nos empeñamos en pensar en pequeño?".
Reciban un cordial saludo.
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