La complicada situación que vive 13TV exige la realización de profundos cambios en su parrilla de programación, pero sus directivos están divididos sobre cómo y en qué medida se tienen que introducir. Y en la Iglesia española existe un intenso debate al respecto, con posiciones enfrentadas entre su ala más conservadora y la partidaria de la doctrina del Papa Francisco. Durante los últimos meses, se ha proyectado en el seno del canal un viraje hacia una posición ideológica más moderada, en la que el entretenimiento y la información ganarían protagonismo, en detrimento de las tertulias de corte más conservador, como El Cascabel. La medida pretende principalmente que 13TV abandone sus preocupantes números rojos a medio plazo, pero no ha convencido a algunos de los pesos pesados de la cadena y a una parte de los obispos, que apuestan porque la televisión de la Iglesia se emplee como arma para librar una “batalla ideológica” sobre temas como el aborto, la familia o la educación.
Fernando Giménez Barriocanal dimitía este jueves como presidente de este canal ante la imposibiidad de hacer compatible esta función con las de principal ejecutivo de COPE, la de máximo responsable de las cuentas de la Conferencia Episcopal y la de profesor titular de la Universidad Autónoma de Madrid. En su lugar, el Consejo de Administración de 13TV situaba a Julián Velasco, director general de la radio de los obispos y hombre de su plena confianza.
Se espera que Velasco defienda –al igual que su predecesor- la suavización de la línea editorial de 13TV y la potenciación de los espacios de entretenimiento. Y que eso se traduzca en la elaboración de un proyecto de parrilla de programación que incluya profundos cambios y que pueda aplicarse a partir de la próxima temporada, han explicado a Vozpópuli fuentes internas.
Su labor no estará exenta de dificultades, puesto que su proyecto chocará con los postulados que han defendido directivos del canal como Sergio Peláez –consejero delegado- y su principal apoyo desde que en diciembre de 2014 accedió a su puesto, José María Mas Millet, presidente de la compañía hasta hace tres meses, implicado en el caso Manos Limpias y hombre al que se atribuyen buenos contactos en el PP de la Comunidad Valenciana.
La influencia de ambos menguó considerablemente el pasado diciembre, cuando Giménez Barriocanal logró sumar los apoyos suficientes en su Consejo de Administración para provocar un vuelco de poder en esta televisión. Sin embargo, los recientes cambios en la cúpula de la Conferencia Episcopal Española –principal accionista de 13TV, con el 80% de las participaciones- podrían hacer ganar peso a su opinión sobre la línea ideológica que debe mantener el canal.
Cambios en la Conferencia Episcopal
No hay que olvidar que los obispos españoles decidieron hace 15 días renovar al moderado Ricardo Blázquez como presidente de la Conferencia Episcopal y apartar de la Vicepresidencia a Carlos Osoro, cardenal arzobispo de Madrid y considerado como el máximo defensor en esta Institución católica de los aires renovadores de Francisco I. En su lugar, situaron a Antonio Cañizares, el principal apoyo en España de Benedicto XVI y muy criticado en los últimos tiempos por su postura ante los refugiados y los homosexuales.
En el Comité Ejecutivo también se coló el arzobispo de Oviedo, Jesús Sanz, hombre cercano a Antonio María Rouco Varela y poseedor de una considerable influencia sobre los obispos más conservadores de la Iglesia española.
Cohabitan, por tanto, en 13TV y en la Conferencia Episcopal quienes apuestan por que este canal defienda con beligerancia los intereses de la Iglesia católica –en algunos casos, del ala más conservadora del PP- y quienes pretenden alejarlo de la batalla política e ideológica, como vía para cuadrar sus cuentas a medio plazo.
La televisión de la Conferencia Episcopal perdió en 2015 un total de 12,89 millones de euros, a los que hay que sumar los casi 50 millones que registró durante los ejercicios anteriores
Según los últimos datos que obran en poder del Registro Mercantil, la televisión de la Conferencia Episcopal perdió en 2015 un total de 12,89 millones de euros, a los que hay que sumar los casi 50 millones de euros de déficit que registró durante los cinco ejercicios anteriores.
Sus resultados de audiencia tampoco invitan al optimismo. El pasado febrero registró una cuota de pantalla del 2%, con una significativa bajada de 4 décimas con respecto al año anterior. “La programación apenas (si) ha cambiado en los últimos meses y eso lo estamos pagando ahora”, señalan fuentes internas, críticas con el actual modelo de 13TV.
En 2015, los gestores del canal lograron salvar una bola de partido al asegurarse una licencia en propiedad para emitir en la TDT, lo que les ahorró un coste aproximado de 2,5 millones de euros en el pago del alquiler de la frecuencia a Unidad Editorial. No obstante, sus dificultades para obtener ingresos publicitarios no son menores ahora que entonces.
El año pasado contrataron a Publimedia (Mediaset) para que se hiciera cargo de esta tarea y sus ingresos descendieron un 40%. Todo un desastre para la empresa.
Desde hace unos meses, la encargada de esta tarea es la empresa Pulsa (Manuel Casals), pero el descenso de la audiencia de 13TV y la propia estructura del mercado –duopolística- complican sobremanera la labor de enderezar su rumbo.
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