Cada uno a su manera, pero los dos poderosos mandamases de la televisión en España se mueven en la misma dirección. Tanto el presidente del Grupo Planeta y Atresmedia, José Manuel Lara, como el consejero delegado de Mediaset, Paolo Vasile, están cortejando al Gobierno a la espera de que éste decida la nueva repartición de los canales de TDT.
El pastel de la televisión es más que jugoso. Y en las última semanas Lara y Vasile han enviado mensajes evidentes al Ejecutivo para no quedarse sin todas las porciones de la tarta que tanto ansían. El empresario catalán echó un cable cuando menos generoso al Gobierno con sus declaraciones sobre la imposibilidad de la independencia de Cataluña. El italiano lleva un tiempo reduciendo la crítica política en sus cadenas: primero fue la retirada de El Gran Debate y ahora ha sido la desaparición de Te vas a enterar, dos espacios donde abundaban las críticas al PP. Y a ello hay que sumar declaraciones públicas sobre su intención de ir terminando con las tertulias políticas.
El pasado mes de marzo el Gobierno anunció que ejecutaría la sentencia del Tribunal Supremo de 2010 que obliga a reordenar los canales de TDT en España. Casualmente o no, la vicepresidenta del Gobierno, Soraya Sáenz de Santamaría, anunció la decisión, que escoció a los Lara, Vasile y compañía, cuando las críticas eran furibundas por el caso Bárcenas. Han pasado más de seis meses y, de momento, ni ejecución ni nada que se le parezca. Desde el Ministerio de Industria aseguran a Vozpópuli que se está elaborando un protocolo para cumplir con lo decidido por los jueces.Aademás, existen varios recursos de las partes interesadas pendientes de resolución.
La sentencia establece que el reparto de canales que hizo en 2010 el Gobierno de Zapatero es ilegal. Hasta nueve de los actuales canales de TDT deben desaparecer. Los dos grandes grupos del panorama mediático, Atresmedia y Mediaset, deberían quedarse, a priori, sin tres canales cada uno. Ahí se enmarcan, por ello, los movimientos de Lara y Vasile para contentar a los gobernantes. Además de sus declaraciones públicas, también se mueven entre bambalinas. Sin ir más lejos, el propio Lara y otro directivo de Planeta visitaron La Moncloa este mes de octubre. Sobre la mesa, el tema catalán era lo principal. Aunque resulta difícil creer que el asunto de la TDT no se tocase.
Que las relaciones entre Lara y el Ejecutivo son buenas no se puede poner en cuestión. Basta con recordar cómo el Gobierno favoreció la fusión de Antena 3 y La Sexta o cómo trata editorialmente el periódico La Razón a Rajoy y los otros miembros del Gabinete, quienes, por su parte, acuden a menudo a los actos que monta el diario de Planeta en su sede Madrid. También es conocida la excelente relación entre el presidente del rotativo, Mauricio Casals, y la propia Sáenz de Santamaría, quien se ocupa personalmente de las relaciones del Gobierno con los medios.
Es la propia vicepresidenta quien dirige las operaciones para ejecutar la sentencia del Supremo. Y ha atado en corto a los grupos mediáticos, como ya informó este diario tiempo atrás. Ello a pesar de que la ejecución depende del Ministerio de Industria. Pero, claro, este asunto no sólo tiene que ver con licencias, sino con las críticas al Ejecutivo.
En concreto, la sentencia del Supremo supone que debendesaparecer nueve canales de TDT. Si no hay cambios, Antena 3-Atresmedia perderá tres canales, Mediase-Telecinco dos, Vocent-Net Televisión dos y Unidad Editorial-Veo TV dos. Ahora, el Ejecutivo debe mover ficha.
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