Es una guerra sin cuartel, los combates son cada vez más duros y un armisticio parece imposible. La lucha entre Pedro J. Ramírez y Casimiro García-Abadillo ya ha saltado las fronteras de El Mundo. El fundador y exdirector del citado rotativo no se amedrenta y plantea batalla ante Rizzoli Corriere della Sera Mediagroup (RCS), matriz italiana de Unidad Editorial. En estos momentos, el periodista riojano y los propietarios italianos del diario se reclaman mutuamente 200.000 euros por hipotéticos incumplimientos en el contrato que todavía les une. Fuentes del entorno de Ramírez explican que éste ha pedido a sus abogados que interpongan dos requerimientos contra Rizzoli: uno por la entrevista que Pietro Scott Jovane, consejero delegado de RCS, concedió a El País meses atrás y otro por la célebre exclusión del periodista en la foto del XXV aniversario de El Mundo.
La destitución fulminante de Ramírez no rompió las relaciones entra ambas partes, sino que se acordó una fórmula para que el fundador siguiera vinculado al periódico y no crease otro medio en dos años. Un pacto por el que Pedro J. recibiría una indemnización de unos 13 millones de euros y no podría poner en marcha una cabecera durante los siguientes 24 meses. Para garantizar que se cumpliría lo prometido, ambos incluyeron una serie de cláusulas que supondrían quebrantar el contrato y cifraron en 100.000 euros la cantidad que una parte podría exigir a la otra en caso de que se produjera dicho quebranto. Ahora mismo, cada una de las partes ha presentado dos requerimientos a la otra por presuntos incumplimientos.
Como ya se ha dicho, Pedro J. acaba de ordenar a sus letrados la presentación de dos requerimientos por los asuntos ya mencionados. El movimiento del periodista es una respuesta, dado que Rizzoli inició esta escalada de requerimientos. En concreto, según ha podido saber este diario, meses atrás la matriz de Unidad Editorial ya reclamó 100.000 euros a Ramírez por las palabras que éste pronunció en una entrevista al New York Times. En su momento, antes de dicho requerimiento, el fundador de El Mundo ya dejó claro que el citado periódico norteamericano había interpretado mal sus palabras. RCS Mediagroup acaba de enviar el segundo requerimiento al periodista por refutar públicamente los motivos de su despido, como éste mismo reveló en su carta del pasado domingo.
Larga batalla...
Requerimientos aparte, era bastante previsible que hubiera pelea entre ambos periodistas, pero no a este nivel. El caso es que la batalla entre Pedro J. y Casimiro alcanzó las mayores cotas de dureza este lunes. Primero El Mundo publicó un editorial en que arremetía contra el fundador del diario como evidente respuesta a la carta dominical de Ramírez. La reacción de éste no se hizo esperar, a través de un mensaje colgado en facebook donde incluía su versión de los hechos y, de paso, sugería que García-Abadillo no ha querido reunirse con él para limar asperezas, tal y como pide el presidente de Unidad Editorial, Antonio Fernández-Galiano. Después, ambos implicados en la guerra, exdirector y director, acudieron a programas televisivos para explicar su versión del asunto. Abrió el fuego Casimiro con una visita a Espejo Público recogida por Prnoticias, donde, entre otra cosas, responsabilizó a la Casa del Rey de la exclusión de Ramírez en la foto del aniversario.
Después le tocó el turno a Pedro J., que intervino en los programas Las mañanas de Cuatro (Cuatro) y Al rojo vivo (La Sexta). Su versión puede resumirse en que "Casimiro me empuja a salir del periódico pero los accionistas no me lo permiten". Aunque sus argumentos son más extensos, como puede verse a continuación:
Además de estas intervenciones televisivas, Pedro J. envió este lunes por la tarde una carta a García-Abadillo para que se publique este martes en El Mundo. Es decir, parece que hoy mismo continuará la polémica entre ambos. Esta guerra sin cuartel se inició a cuenta de lo sucedido en la gala de celebración del XXV aniversario y por cómo informó al respecto el periódico, cuya redacción vive ahora mismo uno de los momentos más convulsos de su historia.
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