El Grupo Prisa y Godó han puesto fin a la asociación que mantenían desde hace una década y media. La propietaria de La Vanguardia ha aceptado una oferta para vender la participación del 20% que poseía en Prisa Radio por un total de 45 millones de euros, tal y como ha comunicado la dueña de la Cadena SER a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV).
La operación permitirá a Prisa controlar la totalidad de las participaciones de su filial radiofónica, que cuenta con marcas como la SER, Cadena Dial o 40 Principales; y que es líder de audiencia tanto en el ámbito generalista como el de la radiofórmula.
Prisa pagará 30 millones de euros a la firma del acuerdo y otros 15 en el ejercicio 2023, tal y como se apunta en el hecho relevante.
"Esta operación es un paso más en la consolidación de los negocios de radio y de prensa puesta en marcha por la compañía y refuerza el proyecto industrial del Grupo. Además, permite a PRISA simplificar la estructura, dotándola de mayor flexibilidad y menores costes", ha explicado la compradora.
La asociación entre la empresa catalana y la madrileña data de un año antes de la muerte de Jesús de Polanco, 2006, cuando acordaron la agrupación de sus participaciones en la Sociedad Española de Radiodifusión (SER), Antena 3 y Grupo Latino de Radio (GLR); y anunciaron una empresa con una facturación de 350 millones de euros anuales.
En virtud de ese acuerdo, Prisa controlaría el 80% de las acciones de la nueva sociedad, frente al 20% de Godó.
Ahora, una vez que la propietaria de El País ha refinanciado su deuda y ha presentado su nuevo plan estratégico (2022-2025), ha decidido adquirir las acciones de Godó.
Las dudas de Godó
Dentro del grupo catalán se barajó en 2021 la posibilidad de expandir su negocio a Madrid y asegurarse una participación en Prisa Media, que es la división de Prisa que aglutina todos sus activos mediáticos.
Sin embargo, las dudas de la familia Godó sobre la posibilidad de rentabilizar dicha inversión y el cambio de estrategia de Prisa, que finalmente no dividirá el grupo en dos áreas -la de educación y la de medios- con consejos de administración independientes hicieron que esa operación nunca se consumara.
Los propietarios de La Vanguardia han rastreado en el último lustro el mercado nacional de los medios de comunicación en busca de otras oportunidades para adquirir nuevas cabeceras que aportaran valor añadido a sus medios de comunicación. Sin embargo, ninguna de esas iniciativas ha prosperado.
La desinversión en Prisa resulta significativa en este sentido. Eso sí, le permitirá ingresar 45 millones de euros con los que podría buscar nuevas oportunidades en el mercado.
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