Prisa se alinea con precisión milimétrica a lo que se repite, día sí día también, desde Moncloa en torno a una ley que regule a los medios de comunicación. Ayer este diario publicaba el apoyo de Carlos Núñez, presidente del Grupo Prisa, a esa legislación. Así lo anunció en la junta de accionistas del grupo de medios el pasado miércoles: “Seguiremos abogando por leyes que fomenten, a través del marco ESG, la inversión publicitaria en medios solventes de todas las tendencias, pero comprometidos con la sostenibilidad de la democracia, y esto en detrimento de aquellos que la corroen con nefastos sucedáneos de periodismo”, manifestó.
En ese mismo escenario, Núñez propuso a Prisa para, según refleja el comunicado de la junta de accionistas, "tejer complicidades en el sector para impulsar los cambios regulatorios que corrijan las disfunciones o anomalías del mercado". Es decir, la corporación, cuyo accionista mayoritario es el armenio Joseph Oughourlian, se ofrece para formar parte del grupo de empresas y/o profesionales que marcarían el camino de la anunciada ley de medios.
La paradoja está en la deuda de Prisa
Resulta paradójico que el primer ejecutivo de Prisa abogue por la inversión, repetimos sus palabras, "en medios solventes", cuando la deuda de la corporación que preside es uno de sus grandes problemas. Acomula unos 800 millones de euros en compromisos financieros, una cifra a todas luces opuesta al término solvencia.
El apoyo del Grupo Prisa al Ejecutivo en torno a dicha ley que regule a los "pseudomedios" coincide en el tiempo con las diversas informaciones que diferentes medios publican, día sí, día también, acerca del proceder del círculo más cercano del presidente. Está en entredicho la figura de su mujer, Begoña Gómez, por sus vínculos con la familia Hidalgo -propietaria de Air Europa- o el empresario tecnológico Carlos Barrabés. También está muy cuestionada la imagen de su hermano, David Sánchez. Disparó su patrimonio en 1,5 millones en la pandemia con 55.000 euros de sueldo. Inspectores y fiscalistas apuntan que David Sánchez Pérez-Castejón se fue a Portugal en 2021 para ocultar al Fisco su enriquecimiento en 2020, información que publicó en exclusiva este diario.
Volviendo a la posible ley de medios, las dudas están en los baremos que se utilizarán para determinar qué es un "pseudomedio" o cuáles de ellos son "máquinas de fango", más allá de que Prisa se haya ofrecido como parte y juez del proceso regulatorio.
Oughourlian dispara sus ganancias tras invertir en Indra
Prisa es un quebradero de cabeza para Joseph Oughourlian por su alta deuda, no lo es así su inversión en Indra, propiedad del Estado. Ha hecho un negocio redondo en la tecnológica, en la que actualmente posee el 7,2% de los títulos.
Un año atrás Amber Capital, su fondo de inversión, multiplicaba por dos su inversión en la empresa pública. Los 12,7 millones de acciones que poseía entonces -el citado 7,2%- tenían un valor de mercado aproximado de 147 millones de euros (la acción cotizaba en 11,6 euros). Hoy ese mismo paquete de acciones vale 260 millones de euros (la acción cotiza a unos 20 euros). En resumen, Oughourlian ha ganado unos 113 millones de euros con la operación.
La realidad es que la evolución de Indra en el parqué ha sido inédita en los últimos meses. Una de las claves de este comportamiento se debe, en gran medida, a la invasión de Ucrania por parte de Rusia. La división de Defensa de Indra aporta el 17% de los 4.353 millones de euros de facturación total del grupo (hablamos de datos de 2023), y es ahora el centro de todas las miradas. Las corporaciones que se dedican al negocio militar van a crecer siempre y cuando la geopolítica internacional se mantenga tan frágil como en los últimos tiempos.
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