La Junta General de Accionistas de Prisa se celebra este año pocas horas después de la finalización de la reunión anual del Club Bildeberg. En los años precedentes, era Juan Luis Cebrián quien asistía al selecto encuentro, sin embargo, en esta ocasión no lo ha hecho. Quien sí ha sido invitado es Javier Monzón, actual presidente de la editora de El País, quien compartirá honor con Ana Patricia Botín, presidenta del Banco Santander.
Los tiempos han cambiado en la compañía de los Polanco. La familia del fundador ya sólo conserva el 7,6% del capital (Rucandio S.A.) y quien ostentara el mando de las operaciones durante muchos años, Juan Luis Cebrián, ha desaparecido del organigrama. El grupo cuenta actualmente como máximo accionista con Amber Capital (29,6%), un fondo de inversión estadounidense cuya prioridad, evidentemente, es conseguir los máximos réditos posibles de su apuesta por la empresa.
Dentro de su accionariado, la influencia de Santander es evidente. Javier Monzón cuenta con el estatus de independiente, pese a que su nexo con la entidad financiera es difícil de negar. De hecho, ostenta el puesto de presidente no ejecutivo de OpenBank, su filial de banca online.
La Asamblea de socios de Prisa se celebrará este año en la sede del grupo en la calle de Miguel Yuste, donde se encuentra la redacción de El País. Entre los acuerdos que se someterán a votación de los socios se encuentra la modificación de su política de remuneraciones, entre otras cosas, para fijar la retribución como presidente no ejecutivo de Javier Monzón. La idea es que su sueldo oscile entre los 300.000 y los 500.000 euros anuales, una cantidad muy inferior a la que percibía Juan Luis Cebrián, quien, en algunos de los años más duros de la crisis económica, llegó a percibir cantidades de siete cifras por su gestión de la compañía.
El importe concreto del sueldo de Monzón dependerá de "los niveles de responsabilidad y dedicación requeridos como presidente del Consejo de Administración y de la Comisión Delegada"; y de "las circunstancias específicas que concurran" de sus actividades, que incluyen la representación institucional, explica el grupo.
Relación con Amber Capital
La Junta de este lunes se espera que sea mucho más tranquila que la Asamblea extraordinaria que se celebró en otoño de 2017, en la que Joseph Oughourlian, dueño de Amber Capital, se significó en público contra la gestión de Cebrián. Las previsiones apuntan a que será una reunión tranquila en la que -pese a que los resultados de 2018 no fueron positivos y la acción no remonta- se pondrá en valor la operación de adquisición del 25% de Santillana. Una editorial, por cierto, que ha sido multada recientemente por la CNMC con 9 millones de euros por formar parte de un cártel de libros de texto.
Ahora bien, los mensajes que trasladan desde Amber Capital no son precisamente de satisfacción. Desde el fondo de inversión, existe un descontento con la influencia que quieren jugar Santander y Monzón en el Consejo de Administración. También preocupación, entre otras cosas, por la imposibilidad que ha existido hasta el momento de vender Media Capital, la filial portuguesa del grupo.
Oughourlian fue nombrado vicepresidente de la compañía hace unas semanas, en algo que el grupo justificó en su deseo de situar en esa posición a un consejero dominical, tras la salida de Manuel Polanco de la presidencia, pero que otras fuentes de sus accionistas atribuyen al deseo del fondo de ocupar una posición significativa -más bien simbólica, pues no es ejecutiva- en este órgano, tras el ascenso a la presidencia de Monzón.
En la reunión de este lunes, se propondrá a los socios de Prisa la incorporación de una nueva vocal a este órgano, Béatrice de Clermont-Tonnerre, directiva de Google en Europa y con experiencia en la gestión de medios de comunicación.
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