Las redacciones de los medios de comunicación se han vuelto a revolver en este principio de 2023. La razón se encuentra en el malestar de los trabajadores de los grandes grupos de prensa con sus condiciones laborales, que en muchos casos empeoraron durante la pandemia y que las empresas actualmente no quieren mejorar. Al menos, en la medida que desean los representantes sindicales. Eso ha encrespado los ánimos en los periódicos, hasta el punto que ya se han convocado las primeras movilizaciones.
Los sindicatos del sector –FeSP, UGT y CCOO- han anunciado para el próximo 1 de marzo una concentración -en la sede de varios grupos de prensa- en la que denunciarán la paralización de la negociación del convenio estatal de prensa diaria, después de cuatro meses sin reunirse con la patronal, la Asociación de Medios de Información (AMI).
Fuentes sindicales consideran insuficiente la propuesta de AMI –encabezada desde 2022 por Irene Lanzaco-, por la que se incrementarían los salarios de los redactores el 1% a partir de la fecha en la que se firme el convenio. La patronal propone, además, que los responsables de sección y redactores jefe no disfruten de este aumento salarial, lo que rechazan los representantes de los trabajadores, explican desde la Federación de Sindicatos de Periodistas, desde donde recuerdan que este documento marco se aplica en muchas empresas periodísticas en España, que no disponen de su propio convenio.
Protestas en varios grupos
Las primeras movilizaciones del sector se produjeron a finales de enero en Prisa, donde los trabajadores de varias empresas del grupo (las de Prisa Media) realizaron tres jornadas de huelga ante la "intransigencia" que ha demostrado la dueña de El País y la Cadena SER durante la negociación del nuevo convenio colectivo, que unificará nueve acuerdos laborales existentes.
"Tras dos meses de intentos de conseguir un pacto que satisfaga a ambas partes, la plantilla se ha visto obligada a realizar esta acción sindical por verse estancados en el avance de la negociación y ante la amenaza empresarial de pasar a depender del convenio de oficinas y despachos", expresaron los sindicatos del grupo. Desde El País y As también lamentaron la falta de flexibilidad de la empresa con el teletrabajo, que –denunciaron- suprimió al comienzo de febrero.
Fuentes de la empresa, apuntaron entonces que los puntos que ya habían pactado con sus sindicatos eran muy beneficiosos y consolidaban los derechos existentes para los trabajadores. En este sentido, citaron como ejemplo el acuerdo para la subida salarial del 4%, el reconocimiento en la nómina del coste del plan de pensiones para los empleados que lo tenían y el mantenimiento de la jornada continuada durante el verano.
Los despidos de 'ABC'
Unos días después de que comenzara ese conflicto, un grupo de trabajadores se concentró a las puertas de la sede de Vocento en la calle madrileña de Josefa Valcarcel para protestar por la decena de despidos que acababa de anunciar la empresa, que afectaban a algunos de los empleados más veteranos de ABC.
Según los representantes del sindicato UGT, la editora de la cabecera justificó las salidas en su necesidad de renovar perfiles profesionales en la redacción. Sin embargo, la decisión causó malestar en los trabajadores, dado que se produjo pocos días después de que quedara sin efecto el compromiso que había adquirido con ellos Vocento, que contemplaba el mantenimiento del empleo en su plantilla a cambio de que aceptara recortes temporales, los cuales se plantearon durante la pandemia de covid-19.
Ciertamente, los medios de comunicación todavía no han recuperado la cifra de negocio que declaraban antes de la llegada del coronavirus. En 2019, acapararon un total de 3.948 millones de euros de inversión publicitaria, mientras que en 2022, lograron 3.491 millones, según el índice i2P, de Arcemedia.
La prensa facturó hace tres años –antes de la crisis sanitaria- un total de 792 millones de euros entre todos sus formatos, mientras que el pasado ejercicio obtuvo 733,1 millones. Los negocios de las revistas y los dominicales también han experimentado un descenso en ese tiempo, al igual que las tiradas de los grandes periódicos.
Tal y como detalló Vozpópuli, en el ejercicio 2016, el periódico generalista más leído era El País, con una difusión media de 215.471 ejemplares diarios. El pasado septiembre entre el diario de Prisa, El Mundo, La Vanguardia y ABC no igualaron ese dato. Según la Oficina para la Justificación de la Difusión, ‘lanzaron’ al mercado 196.105 periódicos de media.
El rotativo con más difusión total fue El País, con 59.147 ejemplares diarios, es decir, el 7% menos que en el mismo mes de 2021. La Vanguardia registró una media de 56.692 (-9,76%), ABC, 42.975 (-11,29%), El Mundo, el 37.291 (-4,33%) y El Periódico de Catalunya, 22.942 (-14,77%).
Unidad Editorial
En estas circunstancias, los editores se muestran reticentes a mejorar las condiciones de sus empleados. Otro caso en el que se han producido choques entre las partes es Unidad Editorial.
Este martes, sus representantes sindicales enviaban una comunicación a sus trabajadores en la que incidían en que llevan varios meses demandando a la empresa una renovación de los convenios colectivos, “con la prioridad de una subida salarial que minimice el daño provocado por la actual coyuntura inflacionista”. Todo ello, después de varios años sin que los sueldos de sus trabajadores se hayan actualizado, lo que “ha mermado sensiblemente la capacidad adquisitiva de todos sus profesionales”.
En el comunicado, añadían: “Mantenemos nuestro objetivo de negociar un acuerdo para regular el teletrabajo para las distintas sociedades del grupo, algo que hasta ahora también ha recibido (la empresa) con una negativa”.
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