Pocos días después de que arreciara la crisis del coronavirus, Editorial Prensa Ibérica comunicó en los periódicos del grupo su intención de presentar un Expediente de Regulación Temporal de Empleo (ERTE) sobre sus plantillas. Fue el primer holding de medios de comunicación que anunció esta medida. Hace unas horas, el pasado jueves, especificó que afectará, entre otros, al 50% de los trabajadores de El Periódico de Catalunya, tal y como denunció su Comité de Empresa.
Era muy difícil prever que el mundo se enfrentara a una pandemia de tan rápida expansión, pero no lo era tanto deducir que, ante la llegada de una nueva crisis, del tipo que fuera, los medios de comunicación iban a sufrir. No sólo porque se encuentran en plena transición hacia el nuevo modelo de negocio digital, sino porque el mercado publicitario está más fragmentado que nunca y eso ha complicado, muy mucho, la labor de obtener ingresos.
En estas circunstancias, los grandes grupos de prensa se han apresurado a anunciar recortes entre sus plantillas poco después de que comenzaran las primeras arremetidas de la nueva crisis. Durante la semana pasada, fueron Editorial Prensa, Ibérica, Vocento, Joly, Henneo y Godó los que avanzaron su intención de negociar expedientes de regulación de empleo temporales con su plantilla. En paralelo, lo hizo Mediapro, de Jaume Roures, que aplicará esta medida sobre 1.200 empleados.
En los últimos días, han tomado la misma decisión los dos mayores grupos de prensa, como son Unidad Editorial y Prisa. La editora de El Mundo, Marca y Expansión no había concretado este viernes las medidas que adoptará sobre su plantilla, aunque en los contactos que mantuvo con los representantes sindicales las justificó en la “sangría económica”, la caída de la venta de ejemplares en los quioscos y el descenso de otras vías de ingresos.
En estas conversaciones, la empresa expreso su intención es conservar todos los puestos de trabajo cuando termine esta crisis, sin embargo, advirtió de que será necesario plantear un ERTE para poder hacerlo.
Prisa tampoco aguanta
Los mensajes que ha transmitido Prisa han sido similares y durante esta semana ha comunicado a sus empleados que su propósito es el de poner en marcha un ERTE en mayo que podría extenderse hasta diciembre. A falta de determinar los términos en la negociación con los sindicatos, su intención es que reducir una parte de la jornada a los empleados de sus redacciones y plantear un expediente de suspensión total sobre las áreas que permanecerán inactivas hasta el final de la crisis.
En paralelo, su Consejo de Administración reducirá un 20% la compensación de los consejeros no ejecutivos y un 35% la del consejero delegado y la alta dirección de la casa, tal y como informó esta semana la compañía en un hecho relevante.
La pregunta que flota sobre las redacciones de todo el sector es la relativa a si la posible concesión de ayudas públicas al Gobierno por parte de la prensa podría atenuar el ajuste que han planteado estas empresas sobre sus trabajadores.
La pregunta que flota sobre las redacciones de todo el sector es la relativa a si la posible concesión de ayudas públicas al Gobierno por parte de la prensa podría atenuar el ajuste sobre sus plantillas
En este sentido, hay que recordar que las diferentes asociaciones y patronales de medios de comunicación escritos han pedido al Ejecutivo concesiones como la que pasa por suspender las cotizaciones a la Seguridad Social mientras dure el estado de alarma, por facilitar la tramitación de los ERTE, por aplicar el IVA súper-reducido a las publicaciones digitales, por adelantar campañas institucionales o por ofrecer beneficios fiscales a las empresas que decidan anunciarse en los medios de comunicación.
Con respecto a los expedientes de regulación temporal de empleo, el abogado de CECA Magán, Manuel Fernández Fontecha, especialista en derecho laboral, apunta a que, pese a que pueda haber algún intento, será casi imposible que los medios de comunicación puedan justificar sus ERTE por razones de 'fuerza mayor', pues no sólo son una actividad esencial que está permitida durante estos días, sino que no concurren causas extraordinarias, como puede ser el cierre de los puntos de venta, la falta de papel para imprimir los periódicos o la expansión de la Covid-19 por una buena parte de la plantilla. En tal caso, tomarán esta decisión por el impacto económico que ha generado esta infección en sus cuentas.
Lo paradójico es que, al ser expedientes normales y tener una tramitación ordinaria, los ERTE que están anunciando las empresas periodísticas sólo se podrán poner en marcha dentro de unas semanas, probablemente tras la finalización del estado de alarma o, a lo sumo, en sus últimos días de vigencia.
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