Medios

Francisco Rivera, Cristina Cifuentes y otros paracaidistas en televisión

Lo que va a hacer el torero en 'Espejo Público' y lo que quizás haga la expolítica en 'Sálvame' no es periodismo. Ni de lejos. Es parte del espectáculo televisivo. Llamarlos intrusos es erróneo

En este agosto que agoniza nos estamos enterando de noticias televisivas que resultan fascinantes. Todo un torero de larga estirpe como Francisco Rivera empieza una sección de entrevistas en Espejo público (Antena 3). También se rumorea con fuerza creciente que la expresidenta madrileña Cristina Cifuentes acabará como tertuliana de Sálvame (Telecinco). No digan que no suena maravilloso. 

Unos cuantos periodistas y no pocos tuiteros andan indignados por estas novedades. Cuesta entender por qué. Denuncian que se trata de casos de intrusismo pero yerran en ese juicio. Porque la televisión es puro entretenimiento y en ella rara vez rigen las normas y costumbres periodísticas. Entre otras cosas, porque abunda el espectáculo y escasea el periodismo propiamente dicho. Aquí hablamos de otra cosa. En todo caso, lo de Rivera y Cifuentes es paracaidismo.

Quiero decir que estos paracaidistas están sentados en programas de televisión haciendo el gamba como podrían haber acabado en otras tareas deshonrosas. Pero no son intrusos porque lo que estos personajes van a hacer no es periodismo. De hecho, llamarlos intrusos no sólo es erróneo sino que también resulta negativo para los auténticos periodistas, porque aunque sea por un momento se les compara con ellos. Ningún informador que se precie debiera aspirar a imitar a estos tertulianos, aunque pueda entenderse que sí envidien sus ingresos. 

El problema o el acierto de contar con Rivera y Cifuentes en sus programas será de las cadenas que decidan legítimamente contratarlos y, por supuesto, pagarles un pastón para ganar audiencia. En términos de reputación, por ahora parece que estos fichajes no van a ser demasiado positivos para las televisiones. Pero quién sabe, tal vez sean apuestas ganadoras porque el público es imprevisible y carece de memoria. 

Lo de Cifuentes ya no asombra. Hace un tiempo vaticinábamos aquí que podría acabar de concursante en Masterchef Celebrity. Todo se andará

Lo de Rivera tal vez sorprenda más, por aquello de que además lo ponen a hacer entrevistas y no a hablar de su familia, que es lo que se le da realmente bien. Lo de Cifuentes ya no asombra. Hace un tiempo vaticinábamos aquí que podría acabar de concursante en Masterchef Celebrity. Todo se andará. En todo caso, estos penúltimos ejemplos de paracaidismo televisivo tampoco resultan novedosos. Miren bien al televisor y lo descubrirán.  

Tal vez, bien mirado, los fichajes de Rivera y Cifuentes les ayuden a encontrar destinos más lógicos y propicios. Porque esperemos, por el bien de los espectadores, que ambos sean mejores en la tele que con la espada y los másteres.

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