Las aguas bajan revueltas a lo largo de la calle de Juan Ignacio Luca de Tena, en la capital madrileña, donde se encuentra la sede del periódico La Razón. El motivo es el reciente despido de cinco trabajadores del diario, todos ellos pertenecientes a la sección de Cierre.
Fuentes de la empresa han explicado a este periódico que la decisión de cerrar ese departamento es 'lógica' y debía haberse tomado hace tiempo, dado que pueden prescindir de las funciones técnicas que desarrollaba ese área. Desde la parte sindical apuntan a que todos los afectados llevaban varios años empleándose para el rotativo.
Las salidas tienen lugar en un momento complejo para el sector de la prensa. Puede sonar tópico decirlo a estas alturas, pero la difusión y las ventas de ejemplares se han desplomado durante los últimos años, mientras que los ingresos de la actividad digital no han crecido en la misma medida. Los costes fijos derivados de la impresión y circulación de diarios no han disminuido especialmente, mientras que la rentabilidad de este producto sí que lo ha hecho.
Este fenómeno no es doméstico, sino que ha afectado a las cabeceras de todo el mundo, como es sabido. Ahora bien, el mercado español tiene una particularidad; y es que el negocio de las suscripciones está menos desarrollado, ante el retraso de los principales medios de comunicación en lanzar sus muros de pago. De hecho, los principales diarios pusieron en marcha estos modelos de pago justo antes de la pandemia o tras su declaración, cuando el líder mundial en español, Clarín, contaba ya con 300.000 suscriptores.
Varias bajas en La Razón
En este contexto de dificultad se han producido las últimas salidas de La Razón, donde los trabajadores critican la política de 'asfixia' y recortes que se ha establecido en los últimos tiempos, decidida por el equipo directivo, capitaneado por Mauricio Casals y Andrés Navarro, explican.
En las últimas semanas, han tenido lugar otras 'bajas' en la cabecera por diferentes motivos. A finales de junio, el diario prescindió de dos maquetadores que tenían contratos temporales, mientras que previamente había abandonado la empresa el director de la Ddelegación de la Comunidad Valenciana, Iñaki Zaragüeta.
Después de conocer la clausura del departamento de Cierre, el Comité de Empresa enviaba un comunicado a los empleados del diario en el que denunciaba los despidos. "Esta plantilla ha sufrido muchos golpes en los últimos años, pero ninguno tan duro como éste (...) En ocasiones anteriores, han desaparecido secciones, pero siempre se han priorizado los puestos de trabajo y se ha reubicado a los compañeros afectados".
Y añade: "Es un paso más hacia la precarización del trabajo que sufrimos en los últimos tiempos".
Hay que recordar que hace exactamente un año saltaron las alarmas en el diario -tal y como contó Vozpópuli- después de que se confirmaran seis despidos en la redacción, que afectaron a las secciones de Fotografía, Opinión y Maquetación. La empresa comunicó entonces que no tenía intención de presentar un Expediente de Regulación de Empleo (ERE), pero comunicó al Comité de Empresa que proyecta 'salidas individuales'.
Los responsables del rotativo optaron por mantener al grueso de su plantilla durante los años más duros de la crisis económica; entre otras cosas, porque este diario tenía (y tiene) el apoyo de Planeta, que es su dueño. Sin embargo, con la llegada de la pandemia y la grave caída de la inversión publicitaria -el 16,6% en prensa en 2020-, se realizaron distintos recortes en la cabecera.
A cierre de esta edición, la Asamblea de trabajadores de La Razón debatía la posibilidad de realizar protestas por el despido de los cinco trabajadores.
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