La operación de compra de Digital Plus por parte de Telefónica no fue aprobada por unanimidad en la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC), sino que contó con un voto particular, emitido por Eduardo García Matilla, que alertó de la excesiva libertad que se ha concedido a la compañía presidida por César Alierta para emprender acciones que resten fuerza a sus competidores en el mercado de la televisión de pago. El consejero critica que no se hayan establecido limitaciones a la operadora para ofrecer a los clientes de Digital Plus otros productos de su catálogo, como los que tienen que ver con la telefonía o la banda ancha.
El organismo regulador de la competencia autorizó el pasado abril esta operación a cambio de que Telefónica se comprometiera, entre otras cosas, a compartir el 50% de sus contenidos premium con sus competidores y a rebajar de 5 a 3 años el tiempo de exclusividad que tiene sobre sus proveedores. Con estas exigencias, la CNMC pretende evitar las prácticas monopolísticas en este mercado, toda vez que Telefónica acaparará a partir de ahora el 84 % de sus ingresos, así como 7 de cada 10 de sus clientes.
Compromisos insuficientes de Telefónica
García Matilla consideró insuficientes estos compromisos, por lo que emitió un voto particular -hecho público este jueves- en el que expresa su sorpresa porque no se haya restringido el margen de maniobra que posee Telefónica para captar abonados de Digital Plus para el resto de sus servicios de telecomunicaciones.
"Telefónica ofrece (a la CNMC) compromisos relacionados con las obligaciones de permanencia, con los procesos de retención y con la renuncia a las ventas activas sobre los clientes de las operadoras rivales. Sin embargo, no asume ningún compromiso en el caso de los numerosos abonados de DTS que tiene contratados sus servicios de comunicaciones electrónicas con operadoras competidoras", critica el consejero.
Asimismo, incide en que los 1,5 millones de clientes de Canal Plus pertenecen al segmento "más apreciado" por los operadores de telecomunicaciones, puesto que su capacidad de gasto "puede llegar a triplicar" la de los abonados de las otras empresas y su gasto en este tipo de servicios audiovisuales "está por encima de la media". De ahí que hubiera preferido que Telefónica hubiera tenido algún tipo de cortapisa para atraerles hacia el resto de sus productos.
Demasiada libertad en los contenidos
Telefónica acapara el 84% de los clientes y el 70% de los ingresos en el sector de la televisión de pago
El consejero, vinculado desde hace décadas al sector audiovisual, considera que el acuerdo adoptado por el Pleno de la CNMC presenta algunas carencias que pueden poner en peligro la libre competencia en el mercado de la televisión de pago. Entre las más relevantes, cita el que no se conozca el número de canales que compondrán la oferta de Telefónica, ni que se tenga constancia de cómo los va empaquetar.
En su voto particular, García Matilla avisa de que la resolución de la CNMC no deja claro si Telefónica tendrá que proporcionar a quienes compren los canales premium los servicios alternativos que pueda ofrecer a mayores, como la emisión "multicámara" durante las carreras de MotoGP o Fórmula 1.
A su juicio, los cabos sueltos que deja la resolución en materia de contenidos televisivos pueden generar una ventaja decisiva para la teleco, algo que no sólo afectará a sus rivales en el terreno de la televisión de pago, sino también a los que ofrezcan paquetes que incluyan internet de banda ancha, así como telefonía fija y móvil.
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