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Mínimo histórico de las TV autonómicas: su audiencia se desploma hasta el 6,9%

Las televisiones autónomicas costaron el año pasado a los contribuyentes 928 millones de euros, lo que supone que cada punto de audiencia que consiguen tiene un coste de 134 millones.

Las televisiones autonómicas nunca habían tenido menos audiencia que ahora. Estos caros servicios públicos, sufragados y teledirigidos por los gobiernos regionales, iniciaron oficialmente su declive cuando la crisis económica arreció y la partida presupuestaria que recibían de la Administración se redujo drásticamente. Maniatados por la deuda que arrastraban en muchos casos y por los enormes costes fijos a los que deben hacer frente en su día a día, se vieron obligados a recortar el dinero que destinaban para configurar su parrilla de programación, lo que espantó a gran parte de sus espectadores. El pasado junio, registraron de media un 6,9% de cuota de pantalla, su mínimo histórico. Y lo que es peor: no parece que la tormenta perfecta que les afecta vaya a remitir a corto plazo.

La inversión que realizan estas empresas públicas para conseguir este porcentaje de la cuota de pantalla es multimillonaria. De hecho, cada punto de audiencia les cuesta, en conjunto, 134 millones de euros, si se tiene en cuenta que, en 2015, el presupuesto de las autonómicas de la FORTA y del Canal Extremadura (no inscrito) fue de 928 millones de euros.

El 6,9% de share que cosecharon el pasado junio es 5 décimas inferior al que lograron en mayo y 9 décimas menor que el mismo mes del año pasado. Según los datos recogidos por Kantar Media, TV3 fue la cadena más vista, con el 10,5% de la cuota de pantalla (-11,8), seguida de la TVG gallega, con el 9,6% (-2%), Canal Sur, con el 8% (-5,9%) y Aragón Televisión, con el 8% (-5,9%).

Las televisiones autonómicas gastan al año en sueldos más de 330 millones de euros

Telemadrid, cuya parrilla de programación cuenta actualmente con una menor carga de información política debido al cambio de rumbo que el PP y Ciudadanos han realizado en el canal, perdió en junio el 7,7% de su audiencia, al registrar un share del 4,8%, frente al 5,2% del mes anterior.

Mención especial merece también la televisión autonómica vasca, la tercera más cara de la FORTA (122,7 millones de euros de presupuesto en 2015) y la tercera con una mayor plantilla (979 trabajadores), pero con un número de seguidores muy bajo en todos sus canales. El mes pasado, logró un 6,9% de share con ETB2 (+0,2%), un 1,5% con ETB1 (-0,5%), un 0,7% con ETB4 (-0,1%) y un 0,7% con ETB3 (+0,2%).

Acusaciones de manipulación

En la progresiva pérdida de audiencia de los canales autonómicos, además de los motivos presupuestarios, también ha influido la pérdida de credibilidad de sus informativos como consecuencia de su alineación con los gobiernos regionales. Los ejemplos de manipulación denunciados en los últimos años se cuentan por decenas y, sin ir más lejos, hace unas semanas fueron destituidos los editores de fin de semana de la Televisión Castilla-La Mancha después de que dieran su visto bueno a una información en la que Francisco Hernando 'El Pocero' realizaba unas declaraciones perjudiciales para Emiliano García-Page.

En Canal Sur, han sido habituales las críticas de la oposición parlamentaria hacia el PSOE por el reparto desigual de tiempo entre Susana Díaz y el resto de los líderes políticos andaluces; mientras que en Telemadrid son diversos los vídeos que figuran en la web de Salvemos Telemadrid en los que se refleja el sesgo que tenían sus telediarios mientras Esperanza Aguirre e Ignacio González ostentaron la Presidencia de la Comunidad Autónoma. En estos documentos, se observa desde cómo los noticiarios silenciaron los abucheos que recibió Ana Botella tras los sucesos del Madrid Arena; hasta cómo en una pieza informativa se situó el sello de ETA sobre la cara de Alfredo Pérez Rubalcaba y José Luis Rodríguez Zapatero.

Desde las televisiones privadas, también se escuchan frecuentemente voces que atribuyen la decadencia de las cadenas de la FORTA a su negativa a adaptar su estructura de costes a su nueva realidad, algo que les impide, por ejemplo, invertir más en sus programas e informativos y, a fin de cuentas, en mejorar como servicio público.

En 2015, estas empresas públicas empleaban a 6.282 trabajadores y gastaban en sueldos 331,47 millones de euros. Es decir, aproximadamente una tercera parte de su presupuesto global. Las plantillas más numerosas las tenían la CCMA de Cataluña (2.364), la RTVA de Andalucía (1.206), la EITB vasca (979) y la TVG gallega (948).

TVE: un caso similar

A la factura que envían cada año a las Administraciones públicas que las sostienen hay que sumar la de Radiotelevisión Española, que desde el inicio de la crisis económica ha vivido un proceso de declive similar y que invierte cada año en salarios casi 380 millones de euros, con los que mantiene a 6.400 empleados.

En junio, su audiencia fue de 9,5 puntos, es decir, 7 décimas menos que el mes pasado, 2 menos que el año anterior y tan sólo 6 décimas superior a su peor registro histórico. En julio y agosto, con los buques insignia de su parrilla en puerto, podría volver a batir su récord negativo.

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