El último informe sobre los telediarios de TV-3 realizado por el Consejo Audiovisual de Cataluña (CAC) revela lo que hasta el momento era un secreto a voces: que los partidos independentistas cuentan con mucho más protagonismo en este medio de comunicación que los que se muestran críticos con el proceso soberanista, algo difícil de justificar si se tiene en cuenta que este servicio público es sufragado por todos los contribuyentes de la región. Prueba de este fenómeno es que el presidente de la Generalitat, Carles Puigdemont, contó el pasado mayo –último mes estudiado- con casi el doble de tiempo en los noticiarios de esta cadena que Xavier García Albiol (PPC), Inés Arrimadas (Ciudadanos) y Miquel Iceta (PSC) juntos.
Durante estos 31 días, las declaraciones de Puigdemont aparecieron en 45 ocasiones en los informativos de esta televisión (12 minutos y 19 segundos). Por su parte, las de Arrimadas 9 veces (2’18’’), las de García Albiol en 16 (3’57’’) y las de Iceta en 8 (1’33’’). Llama la atención que el político abertzale Arnaldo Otegui (Sortu) figurara más tiempo en pantalla (2’07’’) que el secretario general del PSC, según se destaca en este informe.
Entre los líderes de los partidos nacionales, el que más tiempo acaparó fue Pedro Sánchez (8’56’’), por delante de Mariano Rajoy (5’45’’), Albert Rivera (4’58’’) y Pablo Iglesias (3’47’’). De los diez políticos de Cataluña que más aparecieron en pantalla el pasado mayo, 8 pertenecían a partidos favorables a la independencia (5 a CDC, 2 a la CUP y 1 a ERC), 1 al Partido Popular (García Albiol) y 1 a Podemos (Ada Colau).
También resulta llamativo que el expresidente de la Govern, Artur Mas, tuviera una mayor exposición (4’02’’) en esta televisión autonómica que las cabezas visibles de Ciudadanos, PSC y PP. No ocurrió lo mismo con Oriol Junqueras, cuyas declaraciones fueron incluidas en la escaleta de los noticiarios en 31 ocasiones (7’47’’). Sólo Puigdemont obtuvo más minutos en los noticiarios.
Un jefe de informativos condenado por el CAC
El responsable último de la línea editorial de estos noticiarios es desde el pasado marzo David Bassa, un enfervorizado defensor del soberanismo que en sus artículos de opinión ha atacado en reiteradas ocasiones a las principales instituciones españolas; y en cuyo currículum figuran obras como el documental Terra Lliure: Punt Final, afeado en 2007 por el CAC por denominar a los atentados de este grupo como "acciones armadas" y por silenciar a sus víctimas.
En un mes en el que la CUP lanzó el primer órdago al Ejecutivo encabezado por Puigdemont (o cumplía su calendario en pro de la independencia o le retiraba el apoyo), cabe señalar que los telediarios de TV-3 dedicaron más tiempo a la crisis de los refugiados (1 hora, 13 minutos y 40 segundos) que a los avatares de la política territorial catalana (29’20’’) o a un asunto de suma trascendencia cuya resolución se vio amenazada por las exigencias de la CUP: la aprobación de los Presupuestos para 2016 de esta comunidad autónoma (1 hora y 5 minutos).
Los noticiarios dedicaron más tiempo a la crisis de los refugiados que a la negociación de los Presupuestos de Cataluña
La práctica consistente en restar importancia a los asuntos incómodos para la Generalitat no es nueva. Ni mucho menos. Sin ir más lejos, el pasado febrero los telediarios de TV-3 invirtieron más tiempo en desgranar los detalles de las elecciones de Irán (23 minutos y 57 segundos) que en relatar las novedades del escándalo de las cuentas bancarias de los Pujol Ferrusola (19 minutos y 47 segundos). En este último informe, se destaca que las elecciones de Austria (20’02’’) que al Caso Inipro (9’54’’), de corrupción en varios ayuntamientos catalanes.
Un nuevo canon para TV-3
Dentro del CAC, la realización de este informe ha discurrido en paralelo a la elaboración de un ‘libro blanco’ sobre el panorama audiovisual catalán con el que, según el diario Ara, la Generalitat quiere demostrar que TV-3 necesita 100 millones de euros de financiación extra al año para cumplir con su servicio público. Para obtener esta cantidad, sugerirá el establecimiento de un canon o una tasa que se cobrará a los ciudadanos directa o indirectamente.
Atendiendo al sesgo editorial de sus informativos –criticado en reiteradas ocasiones por los partidos de la oposición-, la implantación de este impuesto a buen seguro estaría rodeada de una gran polémica. Tanto entre las empresas como entre los ciudadanos que estarían obligados a sufragarlo.
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