Las aguas bajan revueltas en la Corporación Catalana de Medios Audiovisuales (CCMA). Su actual presidente, Brauli Duart, puede tener las horas contadas en su puesto. Fuentes del propio ente público aseguran que el Gobierno catalán ya estudia relevarle e incluso baraja diversos nombres como posibles sustitutos. La posición del alto cargo se ha hecho casi insostenible tras cosechar dos derrotas frente a la plantilla de TV3 y Catalunya Radio. Todos sus planes han naufragado en las últimas semanas. Primero fue la congelación de los recortes salariales y ahora ha sido la marcha atrás en la externalización de la publicidad.
Duart tiene en contra a la práctica totalidad de la plantilla de los medios públicos catalanes. Los sindicatos responsabilizan al alto cargo de la tensión vivida en los últimos meses. Y desean que sea sustituido cuanto antes. La decisión depende, en gran medida, del presidente de la Generalitat, Artur Mas, y de su número dos, Francesc Homs, el hombre fuerte en los asuntos de medios. Duart llegó a su puesto de la mano de ambos en marzo de 2012 y con el beneplácito del Parlament. Y de la mano de ellos puede salir en breve de un cargo en el que, por cierto, percibe la nada despreciable cifra de 129.679 euros al año.
Escenificar la paz
La desaparición del cargo de Duart, sea por voluntad propia o por decisión del Govern, supondría una suerte de escenificación de la paz en la corporación pública. Las tensiones en los últimos meses se han elevado por encima de lo soportable, incluido un encierro forzoso en las oficinas del propio Duart y otros directivos. Las protestas de la plantilla han sido muchas en este tiempo. Además, ERC se ha sumado a las críticas a la decisión de acometer recortes en TV3 y Catalunya Radio. Una crítica compartida igualmente por la famosa Asamblea Nacional Catalana, que incluso elaboró un documento en que justificaba la imposibilidad de dichas medidas de austeridad.
Duart ha defendido a capa y espada en el Parlament las medidas de ajuste a las que ahora ha tenido que renunciar
Pese a todas las voces en su contra, Duart, que siempre ha sido un hombre cercano al citado Homs, se empeñaba en defender públicamente la necesidad de reducir los costes de la CCMA que preside. Sobre todo en sus comparecencias periódicas en el Parlament de Cataluña. Allí, frente a las duras críticas de ERC, apostaba por resistir y atacar sin descanso. Ahora, con una justificación de sus decisiones difícil de creer y sin asumir sus dos sonoras derrotas, su posición se hace más que complicada, insisten las fuentes antes mencionadas. Son cada vez más quienes piden su cabeza.
El 96%, en su contra
De todos los enemigos del presidente de la CCMA, el más evidente es la propia plantilla. Como en su día informó este diario, en noviembre los empleados celebraron un referéndum sobre la gestión de Duart y el resto de la dirección. El resultado fue aplastante, con un 96,46% de la plantilla exigiendo la marcha del alto cargo. En concreto, votaron 1.300 empleados de la corporación. De ellos, hasta 1.254, el 96’46%, votaron a favor de pedir la salida de Duart de su puesto. Hubo también 20 votos en contra, 24 votos en blanco y 2 votos nulos. O sea, un varapalo inapelable.
Duart es un veterano de Convergencia Democrática de Cataluña (CDC) nombrado para este cargo 2012, como ya se ha dicho. Ya ocupó cargos en la época de Jordi Pujol al frente de la Generalitat. Y ahora es considerado un peón más del todopoderoso consejero de la Presidencia y portavoz del Ejecutivo catalán, perteneciente al sector más independentista de CDC. En caso de que, como parece, el propio Homs y Mas decidan relevar a Duart, no están nada claros quiénes serían los aspirantes mejor colocados para sustituirle.
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