Lejos de remitir, se intensifican los problemas entre la dirección y la plantilla de TV3. En su última asamblea, los trabajadores se mostraron más irritados que nunca con las intenciones de Brauli Duart, presidente de la Corporación Catalana de Medios Audiovisuales (CCMA), que pretende rebajarles el sueldo. Aprobaron llevar a cabo varias protestas en los próximos días y amenazaron con poner en marcha una huelga indefinida. Dentro de una semana los empleados votarán si definitivamente tumban las emisiones a partir del próximo 1 de febrero. Una huelga que llega en un momento muy delicado para el presidente de la Generalitar, Artur Mas, que se quedarían sin uno de sus principales altavoces en pleno reto independentista.
De momento, la plantilla de la CCMA ha convocado una huelga de 12 horas para el próximo 27 de enero, día en que votarán si llevan adelante el parón indefinido, y otra de 24 horas para el 30 de enero. Dos movilizaciones que sustituyen a dos paros de media hora previstos la semana pasada y que serán el preludio de la posible huelga sine die. Es evidente que estas protestas chocan frontalmente con los planes de las formaciones nacionalistas para las mismas fechas.
Dentro de la hoja de ruta diseñada por los partidos catalanes que apoyan la famosa "consulta" y el "derecho a decidir", febrero se prevé como un mes clave. En cuanto se inicie el período de sesiones del Congreso de los Diputados, precisamente en febrero, empezará la ofensiva de los nacionalistas, con continuas interpelaciones e iniciativas de todo tipo destinadas a que el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, y sus ministros se vean obligados a hablar en sede parlamentaria sobre el problema catalán. Además, lo previsible es que en los próximos días las formaciones CiU y ERC registren en el Congreso su propuesta de "consulta" y que en marzo se debata sobre ella.
Está previsto que en febrero las formaciones nacionalistas lleven a cabo una ofensiva sobre la "consulta" en el Congreso
Es decir, febrero y marzo serán meses en los que con toda seguridad el debate político sobre el futuro de Cataluña seguirá candente. Una huelga indefinida y exitosa de los empleados de TV3 y Catalunya Radio dinamitaría en buena medida la estrategia de las formaciones nacionalistas. Es obvio, por tanto, que sin medios públicos informando sobre el tema, Mas y el resto de nacionalistas empeñados en la "consulta" tendrían un gran problema de comunicación. Y también es evidente que la plantilla de la corporación pública sabe muy bien que las protestas serían más favorables a sus intereses en febrero. Sin ir más lejos, los empleados ya realizaron un parón en un momento clave recientemente, cuando impidieron la retransmisión del mensaje del Rey en Nochebuena.
Siempre ha existido polémica acerca del sesgo ideológico de TV3. Hace unos días, The Wall Street Journal retrató la parcialidad de la cadena pública en un duro reportaje. En el mismo, el prestigioso periódico llegaba a asegurar, como recogió Vozpópuli, que el canal autonómico era "peor que la televisión soviética". Igualmente, la cadena ha sido noticia hace unos días porque en el mapa del tiempo Cataluña aparecía separada de España. De hecho, al poco de anunciarse el acuerdo de los partidos catalanes para celebrar una consulta independentista en noviembre, TV3 emitió una entrevista a Mas en prime time para que explicase los pormenores de la iniciativa.
La dirección de TV3 quiere un recorte salarial que suponga un ahorro de 15 millones. La plantilla se niega y pide que se bajen el sueldo los altos cargos
Aparte de las implicaciones políticas de la huelga, el motivo de la misma está relacionado con la negociación del Convenio Colectivo de los empleados de la CCMA. Un convenio que expira el próximo 31 de enero. La intención de Duart y el resto de la dirección es aplicar un recorte salarial con el que combatir el déficit de la corporación, cifrado en 27 millones de euros. Con la rebaja de los sueldos se ahorrarían aproximadamente 15 millones, según prevén los altos cargos.
La opinión de la plantilla es la opuesta. Los empleados se oponen a cualquier bajada de sueldo, entre otras cosas porque en 2013 ya padecieron un ERE que supuso el despido de 220 empleados. Ellos reclaman que haya una rebaja salarial de los altos cargos de la corporación pública. Y recuerdan que no hace mucho el 96% de la plantilla reclamó en un referéndum la marcha del presidente, Brauli Duart, por su gestión.
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