Los programas que TVE compra a las productoras audiovisuales están sujetos a unas exigencias de audiencia determinadas, de modo que, si no las alcanzan, pueden ser retirados de la parrilla de inmediato. El principal problema al que se enfrenta actualmente la televisión pública española es que su share ha disminuido de forma dramática durante las últimas semanas, pero no así el porcentaje mínimo de cuota de pantalla que su Dirección establece en los contratos que rubrica con estas empresas, lo que sitúa a todos estos productos en la cuerda floja desde el día de su estreno. Vozpópuli ha preguntado a los responsables de la corporación si barajan suavizar esta cláusula para garantizar cierta estabilidad en su parrilla. Su respuesta ha sido negativa.
La crisis en la que se encuentra sumida RTVE desde hace unos meses es, sin duda, la mayor de su historia reciente. Sus cuentas han arrojado más de 100 millones de euros de números rojos durante los últimos ejercicios, su modelo de financiación no deja margen para corregir esa situación y sus responsables, nombrados a dedo por los partidos, no han sido capaces de revertir esta situación. A todo esto, se une el que sus informativos reciben críticas casi diarias por el sesgo de sus noticias y, lo que es peor, el que los ciudadanos han dejado de ver sus canales, lo que ha provocado que su audiencia roce mínimos históricos.
Hace una semana se estrenaba Jugamos en casa, un concurso presentado por el dúo cómico Los Morancos que cuesta a los contribuyentes 38.000 euros al día. Los directivos de la corporación intuyeron que la mejor hora para emitirlo es a las 20.00, pues de esa forma conseguiría arrastrar audiencia hacia un Telediario 2 que cada vez es menos seguido. El problema es que no consideraron que el hacerlo competir con Pasapalabra -Telecinco-, un programa similar, consolidado en la parrilla y sin claros signos de desgaste, podría abocarlo al fracaso más absoluto. Pues bien, la cuota de pantalla de sus primeras cinco ediciones ha sido del 6,3, el 5,1, el 5,1, el 4,9 y el 4,2%. ¿Su share de corte? El 10%.
La decisión de adelantar el 'prime time' ha dejado heridas a series como 'Águila roja' y 'Cuéntame cómo pasó'
Con estos datos sobre la mesa, José Antonio Sánchez lo podría fulminar de inmediato, pero ha decidido dar a esta espacio una segunda oportunidad y adelantar su emisión a las 18.00 horas. “De lo contrario, sería reconocer un nuevo fracaso, sobre todo pocos días después de que se viera obligado a retirar de La 1 el programa de Buruaga por ser un rotundo fracaso”, explican fuentes internas.
El “desastre” de la programación de TVE
Fuentes del Consejo de Administración de la corporación afirman que la política de programación establecida por los directivos de la corporación ha sido un “absoluto desastre” durante los últimos meses. Citan como ejemplo la decisión de adelantar el prime time que adoptó Sánchez en febrero y aplicó a partir del 2 de marzo, la cual ha dejado heridas a series de cabecera como Águila roja y Cuéntame cómo pasó y ha hundido el Telediario 2. Tres meses después, apenas si queda ningún rastro en la parrilla de este cambio.
Estos informantes inciden en que los programas para La 1 que se han aprobado en la última reunión del Consejo -30 de abril- también contemplan una cuota de pantalla de corte de dos dígitos, lo que les conduce "casi irremediablemente" al fracaso. Al menos, con los datos actuales de audiencia.
Critican especialmente Mira qué hago, una adaptación del espacio televisivo que se emitía en Telecinco con el nombre de Tú sí que vales, que será “tan caro como el programa de José Luis Moreno” y que será difícil que consiga su objetivo de audiencia mínima si se tiene en cuenta que cuando lo retiró de antena la cadena de Mediaset “había ofrecido claros signos de desgaste”.
En verano, sin Champions League ni grandes acontecimientos, se espera que se recrudezca la crisis de audiencia de La 1
Una crisis de la que será difícil salir
Esta concatenación de decisiones erróneas ha provocado que los televidentes den la espalda a TVE. En mayo, La 1 ni siquiera fue capaz de llegar al 10% del share, lo que le situó algunos días incluso por debajo de Cuatro y La Sexta en la lista de los canales más vistos. En verano, sin la posibilidad de programar grandes acontecimientos como la Champions League o Eurovisión, todas las previsiones apuntan a que su cuota de pantalla descenderá aún más.
Esto recrudecerá la crisis a la que se enfrenta su producción externa, cuyos programas necesitan conseguir una audiencia mínima para sobrevivir. Lejos de adaptarse a esta nueva situación y rebajar esta exigencia, José Antonio Sánchez no se ha planteado actuar en este sentido -según fuentes oficiales de la casa-, lo que hace peligrar la continuidad de los próximos estrenos de la casa incluso antes de que aparezcan en pantalla. “Ante esta situación, la gran pregunta es: ¿Cuánto dinero va a dilapidar TVE en programas de usar y tirar, como consecuencia de la ineptitud de su cúpula?”, critican los mismos informantes del Consejo.
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