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UEFA iniciará en junio la subasta de la Champions: la venta de Mediapro, comprometida

Las diferentes fuentes del mercado audiovisual consultadas sitúan a Telefónica como la principal favorita para ganar el proceso, en el que se subastarán los derechos de las temporadas 2018/2019, 2019/2020 y 2020/2021. El resultado podría alterar el proceso de venta de Mediapro.

La UEFA iniciará el próximo junio la subasta en España de los derechos audiovisuales de la Liga de Campeones para las temporadas 2018/2019, 2019/2020 y 2020/2021. La organización continental prevé negociar con los operadores durante las próximas semanas la venta de este producto, del que actualmente ostentan la titularidad Mediapro, Atresmedia y TV-3. Su intención es adjudicar los derechos por una cantidad sensiblemente mayor a la que obtuvo en 2014 y, de hecho, en Reino Unido ha conseguido que BT pague 300 millones de libras más (1.200 millones) que en la subasta precedente.

El principal favorito para ganar la puja es Telefónica, según estiman las fuentes del mercado consultadas por este periódico. Por lo tanto, si se impone esta lógica en el proceso, a partir de septiembre de 2018 el principal torneo continental de fútbol se emitirá de forma íntegra en la televisión de pago, al contrario que durante las últimas dos temporadas, en las que se ofrecido un partido a la semana en la TDT.

Hay que tener en cuenta que el fútbol es el producto más codiciado por las televisiones de pago y el más demandado por sus abonados, como se demuestra en que, durante los últimos dos meses, los 25 espacios más vistos en estas plataformas -emisiones lineales- fueron partidos o programas de este deporte.

En marzo, el que más espectadores concitó fue el encuentro de Champions League entre el Barcelona y el Paris St. Germain (8/03/2017). En abril, fue el choque ligero Real Madrid-Barcelona (23/04/2017), según datos de Kantar Media y Barlovento Comunicación.

Esto convierte al fútbol, también, en uno de los principales productos-reclamo que utilizan las operadoras para vender sus servicios convergentes, de ahí la importancia que tendrá para sus negocios el resultado de la subasta de los derechos de esta competición europea. Y de ahí que Telefónica pagara en enero de 2016 –tras meses de arduas negociaciones- 2.400 millones de euros para poder emitir en Movistar Plus la Liga de Campeones y un lote con ocho partidos de la Liga Santander. Ambos, en poder de Mediapro.

La buena jugada de Roures

La productora audiovisual dirigida por Jaume Roures se hizo con estos derechos en 2014 en una puja en la que presentó una oferta conjunta con Atresmedia y la Corporación Catalana de Medios Audiovisuales para emitir la competición en abierto (Antena 3 y TV-3) y en el pago (beIN Sports). En el proceso se impuso a Telefónica, que apostó por ofrecer la Champions en exclusiva –rechazando una eventual alianza con TVE-, lo que entonces dio al traste con sus opciones, han explicado fuentes involucradas en esa negociación.

El resultado de esta subasta podría influir en el proceso de venta de la mayoría de las acciones Mediapro, en marcha en la capital londinense desde hace varios meses. De hecho, fuentes conocedoras de la operación han detallado a Vozpópuli que los finalistas del proceso (entre ellos, el fondo Pamplona Capital Management) han pedido su "paralización" hasta que se conozca el ganador de esta puja, lo que ha imposibilitado cerrar una venta que se esperaba que concluyera este mes.

Este periódico ha intentado contactar este lunes con fuentes oficiales del conglomerado dirigido por Roures para obtener su versión a este respecto. Sin embargo, no ha obtenido contestación.

Mediapro, Atresmedia y TV-3 tienen los derechos de la Liga de Campeones de la próxima temporada

Conviene también recordar que Telefónica está obligada a compartir con sus competidores en el mercado de la televisión de pago (principalmente, Orange y Vodafone) sus productos premium, como mayorista, tal y como se comprometió con la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC) después de comprar Digital Plus a Prisa.

Esto, evidentemente, le impediría tener la exclusividad sobre este producto, aunque le ayudaría a amortizar la cuantiosa inversión en estos derechos audiovisuales.

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