Medios

Una ‘nueva RTVE’ a la antigua usanza que no dará disgustos a Pedro Sánchez en campaña

Salvo en mayo, junio, noviembre y diciembre, todos los meses de 2022 fueron peores que los del año anterior, que fue el peor de la historia

Radiotelevisión Española terminó 2022 con una mala noticia: sus informativos cosecharon la peor audiencia de su historia, con el 10,4% de la cuota de pantalla. Pese a todo, sus directivos evitaron un titular todavía más indeseado, dado que fue el segundo año peor en audiencia, con un 9%, frente al 8,8% de 2021. Los 40 millones de euros que se invirtieron en la adquisición de los derechos audiovisuales y en la cobertura del Mundial de Catar evitaron ese hecho.

Una de las preguntas que surgió a principios de la década pasada, cuando se recortaron los presupuestos de los medios públicos y la audiencia de unos cuantos se hundió, fue: ¿para qué sirve manipular estas televisiones y radios si llegan a un porcentaje muy reducido de la población? En otras palabras: ¿merece la pena pagar el descrédito político que generan los manejos en los despachos de estas cadenas?

Sea cual sea la respuesta a esta pregunta, lo cierto es que los diferentes gobiernos no han renunciado a influir en las televisiones públicas, pese a las maniobras de maquillaje que se han aplicado en los últimos años, como la relacionada con la organización de concursos de méritos para elegir a sus directivos. 

Radiotelevisión Española es uno de los mejores ejemplos en este sentido: del concurso público que se celebró - con varios fallos reglamentarios- salió un Consejo de Administración conformado por varios vocales muy asociados a los grupos parlamentarios. Actualmente, este órgano está presidido por Elena Sánchez. Su antecesor (el elegido por el Parlamento para esa función), José Manuel Pérez Tornero, no gustaba en Moncloa y desde allí se comandó una conjura para provocar su dimisión. Así lo explican sin miramientos ni disimulo algunos consejeros.

Pedro Sánchez se garantizó con esta maniobra -como es sabido- el control de la televisión pública durante los diferentes periodos electorales de 2023, algo que le evitará quebraderos de cabeza como el que vivió en 2019, cuando utilizó a Rosa María Mateo para intentar evitar un debate electoral en Atresmedia (quiso que TVE cambiara de fecha el suyo para hacerlo coincidir) y eso provocó una rebelión en Torrespaña. Incluso la jefa de Informativos de entonces, Begoña Alegría, se opuso a esa maniobra. La polémica que se generó fue la mayor de aquella campaña.

El 2023 de Radiotelevisión Española

El Gobierno ha garantizado a RTVE para este 2023 el mayor presupuesto del que ha gozado desde que se produjera el gran tijeretazo a la Administración de 2010, con Elena Salgado de ministra de Economía. Serán casi 1.200 millones de euros los que recibirá la corporación, que se emplearán, en buena parte, en la tarea de mejorar su audiencia. Eso sí, alrededor del 40% irá a parar al pago de los salarios de sus empleados.

La situación de partida no es positiva. Hay puntales de la parrilla, como MasterChef, que han dado claros signos de desgaste en sus últimas ediciones. El año 2022, hasta noviembre, había deparado muy pocas alegrías: la sorpresa del Benidorm Fest, algunos partidos de fútbol –muy costosos, como la final de la Liga de Campeones- y poco más. Entre medias, fracasos de Javier Ruiz, de Javier Sardá, de las apuestas matinales, de alguna serie… y cantos del cisne de clásicos como Cuéntame cómo pasó.

Salvo en mayo, junio, noviembre y diciembre, todos los meses de 2022 fueron peores que los del año anterior, que fue el peor de la historia. Es cierto que algunas franjas, como la parte final de las tardes de los días laborables, han mejorado en los últimos meses. Pero la sensación entre algunos consejeros es que no se ha sabido aprovechar la crisis de Telecinco; y que la mayor parte de la audiencia que ha perdido la cadena de Mediaset ha ido a parar a Antena 3.

La audiencia de los telediarios

¿Cómo ha terminado el año cada informativo de La 1? Sus noticiarios han tenido una audiencia media global de 1.195.000 espectadores y el 10,4%, frente a los 1.408.000 del año anterior.

Su edición de la sobremesa (lunes a viernes) ha marcado una media del 9,9% y 1.064.000 seguidores, lo que supone bastante menos de la mitad que el telediario que emite a esa hora Antena 3 (2.255.000 / 21.2%).

A las 21.00 horas, Carlos Franganillo obtiene el 10,2% y 1.294.000 espectadores, mientras que Vicente Vallés consigue el 20,2% y 2.457.000. La segunda posición la ocupa Pedro Piqueras, en Telecinco (10,9% y 1.336.000), aunque en los últimos tiempos ha perdido en muchas ocasiones este puesto en favor de La 1, ante los desaciertos de Telecinco con el 'programa de arrastre'. Es decir, el anterior al informativo.

Los fines de semana, La 1 consigue en la sobremesa 1.166.000 seguidores y el 11,3% del share medio, mientras que por la noche, el 10,9% y 1.328.000. En esta última franja es en la única en la que se aproxima al liderato, que ostenta Antena 3, con el 13% y 1.539.000 espectadores.

Un futuro incierto

El ejercicio 2018 fue el último en el que La 1 terminó con una audiencia de doble dígito. Fue del 10,5%. Ese año, se estrenó Rosa María Mateo en su despacho principal.

Desde entonces, las malas decisiones, la labor oscura de los delfines políticos de sus despachos (son varios) y la propia crisis que acompaña al sector de la televisión convencional y a los canales generalistas han alejado a RTVE de ese dato. En 2022, llegó al 9%, pero la mejora tuvo 'truco'. Fue un Mundial que tuvo un efecto sobre su share con una vida corta. Fue, en realidad, una flor de otoño.

La principal incógnita para 2023 se resume en una pregunta: ¿Cuánto tiempo mantendrá Moncloa a Elena Sánchez como comandante provisional? A tenor del precedente de Rosa María Mateo, cualquier cosa puede pasar.

Apoya TU periodismo independiente y crítico

Ayúdanos a contribuir a la Defensa del Estado de Derecho Haz tu aportación
Salir de ver en versión AMP