Antonio Fernández-Galiano, presidente ejecutivo de Unidad Editorial (antigua Unedisa), es un serio candidato a batir el récord de trabajadores despedidos en empresas periodísticas. Más de 800 empleados han tenido que abandonar la empresa editora de El Mundo, Expansión y Marca en los últimos cinco años. Este martes, sin ir más lejos, salieron 108 empleados que se han acogido, en su mayoría voluntariamente y en algunos casos por invitación de sus jefes, al último plan de bajas incentivadas aprobado el mes pasado.
Diversas fuentes sindicales de los medios de Unidad Editorial remarcan a Vozpópuli la preocupación y el malestar existentes entre los miembros de la plantilla que conservan su puesto de trabajo. La ecuación es muy sencilla y coincide con la célebre frase que en su día pronunció el entonces presidente de la patronal y hoy encarcelado Gerardo Díaz Ferrán: “Tenemos que trabajar más y cobrar menos”. “El trabajo es el mismo y somos muchos menos, la redacción queda muy tocada”, asegura un empleado de uno de los periódicos del grupo. Sirva como ejemplo el caso de El Mundo, cuyos miembros deben afanarse por trabajar en la edición en papel, la de Internet y en algunos contenidos de la plataforma de pago Orbyt.
En el diario dirigido por Pedro J. Ramírez este martes fue “un día de tristeza”. “Son como desgarros emocionales, se han ido compañeros con los que, por ejemplo, yo llevaba trabajando 18, 20 ó 22 años”, comenta un representante sindical de El Mundo. “Hay desánimo y poca ilusión –agrega-, hay secciones que han quedado muy debilitadas y el panorama que ahora se nos presenta es de más trabajo por menos dinero”.
Estas sensaciones están generalizadas en todo el grupo. “Hay que recordar que aquí hubo un expediente de regulación de empleo hace cinco años y otro más el año pasado, a los que hay que sumar las 108 bajas de ahora”, destaca otro representante de los trabajadores. “Antes del primer ERE, en Unidad Editorial trabajaban 2.200 personas y ahora quedan 1.356”. Es decir, 844 trabajadores menos (un 38,3%) en cinco años.
Nóminas mermadas
Pero los despidos no son la única fuente de la que mana el enfado de los trabajadores de Unidad Editorial. Y es que, para colmo de males, la salida de 108 empleados coincide con el cobro de las primeras nóminas que incluyen los recortes pactados por la empresa y los representantes sindicales. Cada trabajador ha tenido que reducirse aproximadamente un 10% su salario, entre el 6% de rebaja directa y otro 3% en días de suspensión de empleo y sueldo. Los empleados tenían hasta seis opciones distintas para elegir cómo dejaban de percibir el salario. La mayoría ya ha pasado por el trance de ver mermados sus ingresos en la nómina de septiembre. “Ha sido un hachazo ver las nóminas con 400, 600 o mil euros menos de lo habitual”, comenta un afectado.
La empresa y los sindicatos acordaron este severo paquete de medidas de recortes y bajas voluntarias porque así lo exigían desde Italia los gerifaltes del grupo Rizolli Corriere Della Sera Mediagroup (RCS), que controla el 96% de las acciones de Unidad Editorial. Los dueños de la matriz italiana no están dispuestos a perder más dinero. Y presionan hasta la extenuación a Fernández-Galiano. A mediados de septiembre, los trabajadores de todas las empresas aprobaron por mayoría (73,9%) el preacuerdo que sus representantes habían alcanzado en julio con la empresa. Ese mismo preacuerdo fue rechazado por la plantilla solo unos días antes, el pasado 4 de septiembre, por una diferencia de sólo 45 votos.
Según el citado acuerdo, los trabajadores de Unidad Editorial tienen la posibilidad de apuntarse para abandonar el grupo de forma voluntaria hasta el próximo 31 de diciembre. Eso sí, aquellos que se han marchado ahora cobrarán unas cuantiosas indemnizaciones, que contemplan 45 días por año trabajado y sin límite de mensualidades, a lo que hay que sumar quince días de preaviso y 5.000 euros lineales. Sin embargo, quienes se marchen después solo serán indemnizados con 35 días por año trabajado. No es de extrañar, por tanto, que prácticamente haya habido bofetadas por marcharse cuanto antes entre aquellos que tenían decidido dejarlo.
Corrillos y rumores
Como suele ocurrir en las redacciones amenazadas por la espada de Damocles de los recortes y/o los despidos, estos días en la sede de Unidad Editorial se repiten los corrillos entre trabajadores y se multiplican los rumores. “Solo sabemos que están adelgazando el grupo, pero no sabemos si es para continuar o para acabar vendiéndonos”, explica gráficamente un trabajador. Entre otras cosas, se habla de renovación de la redacción y de una novedosa (y de momento misteriosa) aplicación que pronto se pondrá en marcha.
Por encima de la rumorología se imponen los datos constantes y sonantes. Como ya ha detallado Vozpópuli en otras ocasiones, Unidad Editorial registró en el primer trimestre de este año pérdidas netas de 107,1 millones de euros, casi 4 veces más que los 27,3 millones de euros que perdió en el mismo periodo de 2012. Sus ingresos publicitarios fueron de 32,4 millones de euros, lejos de los 41,8 del primer trimestre de 2012. Y gracias a los ingresos editoriales alcanzaron los 48,5 millones frente a los 54,5 de un año antes. La antigua Unedisa sigue sin digerir la compra del Grupo Recoletos, editor de Marca y Expansión, por más de mil millones de euros. Una mastodóntica operación que con los años se ha revelado ruinosa.
De hecho, el presidente ejecutivo de la compañía española, Fernández-Galiano, cada vez está más cuestionado, incluso públicamente. La semana pasada el presidente editor de elEconomista, miembro fundador de El Mundo, Alfonso de Salas, publicó una carta en la que arremetía contra él y pedía su dimisión por la forma en que ha gestionado el grupo editorial. “Casi solo ante el peligro afrontó la compra del Grupo Recoletos por 1.100 millones en 2007, y hoy su valor no supera el 30% del precio pagado, y su valor de mercado tiende a cero", sentenciaba De Salas.
Despidos inesperados en ABC
En otro orden de cosas, el diario ABC despidió este martes a cinco trabajadores de su página web. Despidos completamente inesperados en la redacción y que, por tanto, cogieron desprevenidos a los afectados. Según ellos, que narran a este diario este sorprendente movimiento, los despedidos serán sustituidos por cinco estudiantes del máster del diario monárquico.
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