El idilio entre la vicepresidenta del Gobierno, Soraya Sáenz de Santamaría, y el presidente del Grupo Atresmedia, José Manuel Lara Bosch, se hace cada vez más evidente. Sin ir más lejos, volvió a quedar patente este martes durante unas jornadas convocadas por la Unión de Televisiones Comerciales Asociadas (Uteca). No solo es que se dedicasen elogios al pasarse micrófonos. Además, la números dos del Ejecutivo aprovechó para lanzar una crítica, velada pero evidente, a Mediaset, principal competidor de Lara. Y es que Soraya hizo hincapié en que las televisiones deben cuidar más sus contenidos para no dañar a los menores y se encargó de recordar la reciente puesta en marcha de un organismo presuntamente independiente con capacidad real para sancionar a las cadenas. Un mensaje sin destinatario fijo que, sin embargo, la mayoría de los presentes interpretó en dirección al grupo propietario de Telecinco y Cuatro.
En concreto, la vicepresidenta del Gobierno pidió a los principales directivos de la televisión en España presentes en el acto que afronten su "enorme responsabilidad" en la educación de los más jóvenes y vulnerables de la sociedad. "La televisión -sostuvo- es un medio con un enorme protagonismo en nuestras vidas cotidinanas, y ese poder acarrea una enorme responsabilidad cuando se trata de menores y adolescentes, porque cuando encienden una pantalla, no pueden exponerse indefensos a contenidos susceptibles de influirles negativamente por una mala interpretación".
¿A qué contenidos se refería? No lo dijo, claro, pero no parece difícil adivinarlo si se piensa en determinados programas de Mediaset como Sálvame. Casualmente o no, el discurso de la vicepresidenta del Ejecutivo coincidió, en buena medida, con las palabras que Lara había pronunciado unos momentos antes, al presentarla: "Las televisiones están llamadas a tener un papel más importante del que nosotros nos creemos en la formación, y más en tiempo de cambios; creo que existe esa voluntad de afrontar nuestra responsabilidad social corporativa, esa expresión de moda, que es algo más compleja que en otros sectores". Afirmaciones ambas que escuchó de cerca el presidente de Mediaset Esapaña, Alejandro Echevarría, presente en el acto. No acudió, en cambio, el consejero delegado, Paolo Vasile, quien toma las decisiones en el grupo.
Comisión sancionadora
Además de apelar a la necesidad de unos contenidos más edificantes, Soraya recordó que desde octubre está funcionando la Comisión Nacional de los Mercados y de la Competencia (CNMC), un organismo que creó el Ejecutivo para unificar diferentes organismos reguladores. Hace unos días el Gobierno terminó los trámites de nombramientos para poner en marcha esta comisión que se ha dado en llamar superregulador. Fuentes del sector indican que la preocupación en Mediaset es creciente por la puesta en marcha del organismo sancionador. Si la CNMC empieza a sancionar, algunos de sus programas son probables objetivos de sanciones. Sin embargo, desde el grupo dirigido por Vasile niegan tajantemente ese extremo.
En todo caso, lo innegable es el mensaje que envió Soraya Sáenz de Santamaría. E igualmente innegable es la capacidad que tiene la CNMC para interponer sanciones a las televisiones. Así se estipula en la Ley 3/2013, de 4 de junio, de creación de este organismo. En el artículo 9 queda claro que tiene competencias en la supervisión del mercado de comunicación audiovisual. Y en el artículo 31 se recoge la potestad sancionadora que tiene la comisión. Y, por cierto, las autoridades de la UE han puesto en duda la independencia de esta comisión.
¿Y el dividendo digital y los canales de TDT?
En la reunión de las televisiones privadas celebrada en Madrid este lunes el foco estaba, antes de que Soraya hablase, en qué ocurrirá con el asunto del dividendo digital y, sobre todo, la ejecución de la sentencia del Tribunal Supremo que obliga a eliminar nueve canales de TDT. Ambas cuestiones están íntimanente relacionadas. El Gobierno prometió ejecutar la sentencia y también aseguró que el 1 de enero estaría en marcha el "dividendo digital". Ahora, la situación está bloqueada en dos sentidos. Por un lado, el Alto Tribunal aún tiene pendiente resolver los recursos de las partes implicadas. Y, por otro lado, continúan las conversaciones entre las cadenas privadas y el Ejecutivo, como reconoció la pasada semana el titular de Industria, José Manuel Soria, pero el acuerdo no se atisba cercano. De hecho, tras las palabras de Soria, la propia Uteca emitió un duro comunicado en que urgió al Gobierno a "zanjar las incertidumbres" sobre el dividendo digital y la TDT.
Sobre este asunto, clave para el futuro de la televisión en España, en el foro de Uteca todo fueron meras declaraciones de intenciones. La vicepresidenta del Gobierno apeló a la "negociación entre todos" los implicados encaminada a encontrar "un modelo que, con pleno respeto a las exigencias legales y a nuestros tribunales, concilie las necesidades y requerimientos técnicos con la seguridad que necesita el sector para su proyección de futuro". Suena muy bien, pero no aclaró cómo llegar a ese acuerdo más allá de la petición de diálogo. Al clausurar la jornada, el propio Lara se refirió al asunto y defendió, en su línea, que "no existen razones técnicas para la reducción de la oferta de canales", pero tampoco apuntó soluciones.
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