Gregorio Morán no escribirá más para La Vanguardia. Un mes después de que los responsables del rotativo del conde de Godó decidieran censurar un artículo en el que Morán señalaba los peligros del proceso soberanista para la sociedad catalana y la emprendía contra los acomodaticios medios de comunicación de esta comunidad autónoma, la empresa le ha comunicado su despido.
Morán -que se recupera de un infarto- ha recibido hace unas horas un burofax en el que se le informa de la extinción de su larga relación profesional con La Vanguardia. Por tanto, no volverá a publicar la columna de opinión que incluía hasta ahora la edición de los sábados del periódico, según ha adelantado Crónica Global.
El artículo censurado de Gregorio Morán se titulaba Los medios del movimiento nacional y denunciaba la “ruptura brutal de la sociedad catalana” que ha ocasionado el separatismo. “Estamos en manos de un personal que bordea la ley, y que lo hace con el ánimo de no sólo de incumplirla, sino de imponer la suya, que no es otra que ir a la ruptura y provocar un conflicto no sólo cívico sino violento. Necesitan algún muerto que sirva de símbolo a la asonada. En ocasiones pienso que estamos rememorando las guerras carlistas a los que son tan agradecidos gran parte de estos fanáticos del enfrentamiento”, exponía.
Morán lamentaba el apoyo que los medios de comunicación de Cataluña le han otorgado a la Generalitat, a cambio de generosas subvenciones que han ascendido a decenas de millones de euros en los últimos años. “Los fondos destinados a diarios como Ara, Punt Diari, TV-3, que superan Canal Sur de Andalucía o el canal de Madrid, que ya es decir, cantidades de todos modos exorbitantes que pagamos todos los ciudadanos, desde Cádiz a Girona, y donde sobreviven 7 directivos de TV-3 con salarios superiores a los 100.000 euros, podrán parecer una nadería frente a las estafas reiteradas del PP, pero describen un paisaje. Cobrando eso, ¡cómo no voy a ser independentista!”.
Gregorio Morán (Oviedo, 1947) ha colaborado en La Vanguardia durante casi 30 años. En este tiempo y en paralelo, ha firmado varios libros en los que ha criticado ferozmente las enfermedades del sistema político español. En 2014, la editorial Crítica, del Grupo Planeta, censuró su libro El Cura y los mandarines. Historia no oficial del bosque de los letrados, en el que arremetía contra la casta cultural española. La obra finalmente la publicó Akal.
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