El universo mediático de esta España entristecida y confusa nos depara sorpresas cada día. Así, vemos cómo Igancio Sánchez Galán recibe premios periodísticos al tiempo que se conoce que el inefable José Manuel Villarejo también le prestó servicios, vemos cómo la Junta Electoral expedienta al presidente del Gobierno porque utilizó electoralmente La Moncloa a cuenta de la también electoralista exhumación del dictador o cómo parece que en el debate electoral de esta campaña los periodistas no podrán preguntar. Pero, puestos a analizar sorpresas, ninguna como la del último escándalo relacionado con el célebre libro que escribió Pedro Sánchez.
Lo sorprendente, o mejor dicho escandaloso, no es la propia existencia de semejante obra, cosa que ya nos sorprendió lo suficiente en su día, ni siquiera saber, como sabemos de sobra, que en realidad la negra que escribió esas páginas es Irene Lozano. Tampoco podemos alucinar, porque ya alucinamos en su día por el hecho de que ella ostente una secretaría de Estado en el Gobierno de Sánchez, por el contenido de esas páginas inefables o por los 16.000 euros que cobró. No, esta vez lo vergonzoso es el silencio televisivo sobre la penúltima tropelía conocida del jefe del Ejecutivo.
La exclusiva de 'Abc'
Este martes desayunamos con una de esas primeras páginas que antes hacían temblar los cimientos del poder. Abc desvelaba que Sánchez incumplió la ley con su 'Manual de Resistencia' porque en la declaración de actividades que presentó cuando llegó a La Moncloa no aparecía el contrato del libro. Ergo si antes firmó ese contrato, mintió en dicha declaración, y si por el contrario rubricó el contrato después, vulneró tanto la Ley de Altos Cargos como el propio Código Ético del PSOE. Un escándalo más.
Sin embargo, en la mayoría de medios, sobre todo en las principales televisiones, ni una palabra sobre el asunto. Nada de nada en Antena 3 o La Sexta porque pertenecen al mismo grupo Planeta que contrató a Sánchez para el libro. Y nada de nada en Telecinco, acaso para no meterse en problemas. Todo el mundo aplaudía la entrevista de Carlos Alsina a Sánchez de este jueves. Eran aplausos justificados. El presentador de Onda Cero es quizás el mejor entrevistador que hay ahora mismo. Pero, eso sí, de 'Manual de Resistencia' y de lo desvelado por el diario monárquico nada que decir.
Los mismos medios que cuando conviene elevan noticias curiosas o sin demasiada trascendencia a los altares de las grandes exclusivas, callan cuando no conviene avivar determinadas historias por ciertos intereses mediáticos, políticos o económicos. Lo que ha sucedido en este caso, al cabo, es una actitud que en los últimos años se ha convertido en una insana costumbre.
Motivos siempre ocultos
Los medios, en especial las televisiones, eluden mencionar o citar -"repicar" se dice erróneamente en el oficio- determinados asuntos por motivos tan espurios como que los haya publicado la competencia, que los haya desvelado un medio con el que no existe buena relación, que haya un veto al periodista autor de la noticia o, cómo no, que la información afecte a los accionistas. Motivos siempre ocultos pero que, en ocasiones como esta, son tan evidentes que abochornan.
La consecuencia práctica es que en este caso solo los lectores de Abc y de algunos otros medios que sí recogieron la noticia -varios medios digitales y 13TV- se han enterado de la penúltima tropelía de Sánchez relacionada con 'Manual de Resistencia'. Malos tiempos para contar la verdad si su hipotética trascendencia depende más de alianzas mediáticas que de la veracidad de los hechos que se cuentan.
Que esto haya ocurrido durante años no es óbice para denunciarlo, ya que además, en esta época de multiplicidad de medios y de incesantes fake news, es más fácil que nunca que cualquier diario sea condenado a la inanidad por sus enemigos aunque sus informaciones sean demoledoras. Ya se sabe que lo que no aparece en televisión no existe en el imaginario colectivo. Las televisiones conocen ese poder que atesoran y lo manejan a su antojo pero habitualmente conchabadas con el poder político.
El hombre que no escribía sus obras
Pese a los pocos medios que se han hecho eco de la exclusiva de Abc, es poco arriesgado aventurar que durante el debate de la semana próxima alguno de los candidatos a la presidencia del Gobierno -apuesto por Albert Rivera- recordará a Sánchez este contrato sobre su libro. En todo caso, tanto esa hipótesis como lo narrado líneas más arriba son cuestiones accesorias, si uno lo piensa con detenimiento.
Lo primordial en este caso es investigar una faceta inquietante, casi desconocida, y hasta diríase que psicológica del presidente del Gobierno. Me refiero, claro está, a su presunto gusto por no escribir las obras que publica y firma. Es lo que hizo con 'Manual de resistencia' y es, según numerosos indicios, lo que pudo hacer con su tesis doctoral. Solo su amor por las contradicciones supera a esta característica tan singular. Estaría bien un especial televisivo para averiguar los motivos de esta pulsión sanchista por las obras ajenas. Quizás algún día lo veamos, pero no será en la Televisión Española de Rosa María Mateo.
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