Contra todo pronóstico, Luis Enríquez ha salvado este miércoles la situación más complicada a la que se ha enfrentado desde que aterrizó en Vocento, en 2011. Sus críticos habían convocado un Consejo de Administración extraordinario para tramitar su cese, tras varios meses de guerra interna. Sin embargo, finalmente no han logrado su objetivo.
Fuentes de los consejeros críticos han explicado a Vozpópuli que no han logrado articular la mayoría necesaria para destituir al consejero delegado. Entre otras cosas, porque los miembros de la familia Ybarra han hecho un frente común en favor de Enríquez. Incluido su presidente, Ignacio.
Consultadas por Vozpópuli, fuentes de este grupo de consejeros, encabezado por Santiago Bergareche, reconocen que esperaban contar con apoyos que finalmente no han tenido, si bien no han especificado los nombres que han hecho fracasar su plan. En este sentido, cabe incidir en que las principales dudas, antes de la reunión, estaban en la posición que adoptarían Gonzalo Soto Aguirre y Soledad Luca de Tena. No obstante, fuentes del Consejo, favorables a Enríquez, habían transmitido que incluso el consejero delegado había asumido su marcha.
En un escueto comunicado, difundido tras la reunión, la compañía ha explicado que Enríquez, a día de hoy, cuenta con el respaldo del Ignacio Ybarra y del Consejo de Administración; y ha salido al paso de las informaciones que cuestionaban su continuidad, si bien sin desmentir la guerra interna, que motivó la celebración de esta reunión del órgano de gobierno, cuyo motivo era la evaluación de la continuidad del consejero delegado.
De hecho, su sustituto fue aprobado en una reciente reunión del Comité de Nombramientos y Retribuciones, en la que se impulsó la candidatura de Iñaki Arechabaleta, un histórico de la compañía que se encuentra en su seno desde su fundación, a principios de siglo, y que actualmente ejerce de director general de Negocio.
Situación del negocio
Enríquez, continuará al frente de Vocento en un momento de incertidumbre general en el sector de los medios de comunicación, en el que el negocio tradicional no da señales de remontada; y en el que los ingresos derivados de la transformación digital no son precisamente abundantes.
Durante el pasado ejercicio, la compañía logró una facturación de 139,7 millones de euros (-4,6%) y un EBITDA de 41,17 millones (+4%). Su deuda financiera ascendía el pasado 31 de diciembre a 64,4 millones de euros (-19%).
A partir de ahora, está por ver si los accionistas cierran filas, finalmente, alrededor del consejero delegado o si se mantiene la tensión en el Consejo, donde se han producido varios enfrentamientos durante los últimos años; y en el que han existido fricciones entre los accionistas desde poco después de su fundación.
En este sentido, hay que tener en cuenta que entre los consejeros contrarios a la gestión de Enríquez -los Bergareche, Fernando Yarza y compañía- no ocultan que su intención es participar de una forma más activa en el proceso de consolidación del sector de los medios de comunicación. Es decir, en posibles fusiones. En este sentido, consideran que Enríquez ha obstaculizado en los últimos tiempos la consecución de este plan.
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