Murieron 22 personas y solo 6 se salvaron. Wu Ningxi, de tres años de edad, fue la última en ser rescatada tras 12 horas de desescombro en este edificio de Wenzhou, a 460 kilómetros al sur de Shanghai, en la provincia de Zhejiang.
#HeartWrenching
Father's last embrace saves girl in China building collapse. He was found dead after shielding daughter from falling debris pic.twitter.com/ZVSPMEnQ0G— Gautam (@gautyou) October 11, 2016
La foto del momento se ha vuelto viral en redes por la fuerza que transmite. El último sacrificio de un padre entregado a la supervivencia de su hija. Su valor impidió que una de las columnas del edificio aplastara a la niña durante el colapso. Su vida desapareció protegiendo a su descendencia. Aterrador.
La niña está sana y salva tras más de 12 horas atrapada bajo su padre y los escombros. El cuerpo de su madre también fue encontrado junto a ellos, en lo que era el hogar de la familia.
Los edificios de esta aldea están construidos por los propios ciudadanos, con unas condiciones de seguridad pésimas que no aguantan ni las contingencias naturales suaves. Como consecuencia los constantes accidentes tienen resultados catastróficos.
No es la primera vez que las fotos de un rescate sirven para conseguir que un problema o noticia llegue a mas gente, más lejos. Las historias, las desgracias colectivas se entienden mejor cuando se convierten en historias personales que nos ponen más cerca la tragedia. No hay mal que por bien no venga
Si además estás historias de supervivencia están protagonizados por niños, la viralidad aumenta exponencialmente.
La historia más célebre fue el rescate de Kiki en el terremoto de Haití en 2010. Tras estar 8 días completos bajo los escombros el niño regaló al mundo esta espectacular sonrisa.
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