La batalla por los likes está cada vez más reñida. Cuando empezaron las redes eran cuatro gatos pero cada vez hay más gente para repartirse el pastel y hay que dar la nota como sea. El youtuber Roma Gallardo salió ayer en el programa de Iker Jiménez anunciando que va a cambiarse de sexo. La típica idea que acaba con un vídeo arrepentido y llorando. El objetivo es denunciar la grieta de la Ley Trans y los beneficios de ser mujer en España: ayudas al emprendimiento, pensiones… A veces es difícil averiguar por donde te va a salir Iker cuando hay escasez de platillos volantes y ovnis chinos, pero con Roma ha vuelto a uno de los temas fetiches: los fantasmas.
La tiktoker malagueña Marina Yers no se ha cambiado de sexo pero sí se ha convertido al Islam porque el le encanta el hiyab como outfit y porque “No está en un momento de su vida en la que le apetezca enseñar cacho”, palabras literales. Marina es una de las tiktokers españolas con más seguidores y se hizo conocida por posicionarse contra las mascarillas, por difundir que los gobiernos le echaban flúor al agua para que no desarrollasemos nuestra glándula pineal y por recomendar las hierbas como tratamiento contra el cáncer. El ‘No importa que hablen de ti aunque sea mal’ está hoy en sus cotas más altas.
El Patica es el caso contrario: un tipo que ha conquistado a la gente siendo como es, de campo y serrano. Su fórmula es comer pimiento verdes crudos a bocados, almorzar bocatas de medio metro y vivir en un cortijo con dos burras. Una fórmula que ya le funcionó en TikTok a Ginés Correhuela. Hace unas semanas decían que el Patica era un ser de luz que caía bien a todo el mundo pero su luna de miel con las redes ha terminado ahora que han descubierto que el Patica es de pueblo para todo. Lo han cancelado por un vídeo en el que aparece de botellón amigos del pueblo contando con naturalidad a sus followers que después van a ‘las lumis’ (las prostitutas) porque en su entorno eso no está mal visto socialmente.
Y tras esta parada en el mundo salud mental de influencers, empieza el repaso a Twitter. Esta semana Mónica García pidió la dimisión del vicepresidente de Ayuso por cobrar el bono social térmico sin saber que ella misma también lo cobraba. ¿Dimitió después? No, dijo que no se le caían los anillos en reconocer su error y a otra cosa. Mónica García demostró que la nueva política ya es política de pata negra, de la que se podía haber criado perfectamente en las juventudes del PSOE de Sevilla o del PP de Valencia. Entre lo más viral de la semana también la jirafa de The Last of Us, que recibió muchas críticas por estar mal hecha y luego resulta que era real. Estamos en ese momento en el que lo virtual nos parece más real que la realidad misma.
Los hashtags del Tuitopía de hoy son #BonoTérmico #Pasapalabra #MociónDeCensura y #SaludMental
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